L’ESTAT DE LA CIUTAT
La pasada semana mercurial se inició con la entrevista a Manuel Bustos en el programa Àgora de TV3 y terminó con el anuncio -por tierra, mar y aire- de su intención de reincorporarse a la alcaldía el jueves 7 de febrero. Una decisión que, de verificarse, podría acelerar extraordinariamente el desenlace de la crisis política desencadenada por la Operación Mercurio.
El estilo Bustos quedó bien retratado ante las cámaras de la televisión pública catalana: sus turbias relaciones con Soriano y los constructores, sus regalitos al juez Guillermo Ruiz de Polanco o sus viajes a Almería, las presiones a Daniel Fernández, secretario de organización del PSC, imputado en el caso, para colocar a Carmina Llumà en el Ayuntamiento de Montcada, la entrevista con Felip Puig, entonces responsable de la policía autonómica cuando se entera que le están investigando… En fin, todos los síntomas del síndrome del ciclista Lance Amstrong.
La entrevista reveló los deletéreos efectos de su primitiva estrategia de comparecer ante los medios para proclamar su inocencia. Todo ello contra los múltiples indicios que apuntan a su implicación en una trama de corrupción urbanística cuyas dimensiones iremos conociendo a medida que se vaya levantando el secreto del sumario.
Actuando en sentido contrario a la mayoría del resto de imputados por corrupción, que prefieren guardar silencio, busca un efecto impostado de sinceridad donde siempre el responsable de sus malos pasos son otros: desde Soriano a su ex esposa. Pero ¿cómo puede afirmarse eso cuando sobre su persona están abiertas nueve causas por graves delitos contra la administración pública y también imputados su hermano, su esposa y el tío Melquíades, presidente del Gremi de Constructors?
La devastadora entrevista en Ágora señaló un punto de inflexión en la caída en picado de la credibilidad política y ética de un alcalde apartado temporalmente de su cargo por el caso Mercurio.
Secretos del sumario
De momento conocemos los 2.000 folios de la parte del sumario correspondiente a la red empresarial de Soriano donde se transcriben las conversaciones telefónicas intervenidas. Una pequeña parte de un sumario que podrían abarcar más de 13.000 páginas.
Aun no disponemos de las transcripciones de los interrogatorios del alcalde y del resto de imputados a las que tendremos acceso cuando el magistrado concluya la instrucción de las 31 piezas separadas y redacte el auto de procesamiento.
Tampoco sabemos nada del contenido de las grabaciones del alcalde y el resto cargos públicos y funcionarios imputados a las que pronto accederemos, cuando el titular del juzgado de instrucción número 1 de Sabadell considere oportuno levantar el secreto del sumario.
Unas grabaciones que el alcalde, a través de Cristóbal Martell abogado especializado en la defensa políticos socialistas imputados en casos de corrupción, reclamó fuesen declaradas nulas. ¿Qué pasa aquí? ¿Si no tiene nada que ocultar porqué pide que la opinión pública no tenga acceso a ellas?
Corrupción estructural
Mientras las portadas de los grandes medios de comunicación internacionales informaban de la implicación de Mariano Rajoy en el caso Bárcenas -una explosión termonuclear en los cimientos del sistema de partidos de la Segunda Restauración borbónica- Bustos tuvo la caradura de comunicar la reunión con el equipo de gobierno para preparar su inminente regreso a la alcaldía. ¿Acaso no lee los diarios? ¿Quizás no se vio en la portada de ABC junto a los grandes corruptos del Reino de España?
No podemos descartar que Bustos esté jugando de farol para pulsar el estado de fuerzas entre la oposición y si están realmente decididas a presentarle la moción de censura. Sin embargo, si regresa a la alcaldía el 7 de febrero, antes del levantamiento del secreto de sumario sobre sus imputaciones y dos días después del pleno municipal, precipitará el desenlace de la crisis.
En cualquier caso, le endosa el marrón de un pleno muy complicado al reprobado alcalde accidental Juan Carlos Sánchez que se ha achicharrado ejerciendo el papel de hombre de paja de Bustos. Otra muestra de las infinitas triquiñuelas y trampas de un personaje, acostumbrado a moverse en las áreas grises del poder y al margen de cualquier principio moral, que encarna los peores defectos de una clase política completamente desacreditada.
Por cierto, ¿si Bustos se reintegra plenamente a la alcaldía hará efectivos los mandatos del pleno de obligado cumplimiento respecto a la dimisión de los cargos públicos imputados en Mercurio?
Crisis total
El comportamiento del alcalde rebasa las mínimas normas, desde el punto de vista político y ético exigibles, a un cargo público en un sistema democrático. Las responsabilidades penales no son cosa nuestra y están en manos de los tribunales.
En el caso que Bustos regresase a la alcaldía, a la oposición no le quedará otra opción que presentar la moción de censura. A estas alturas más que justificada por el incumplimiento sistemático de las mociones del pleno y por la conducta del alcalde en la evolución de la crisis.
La gobernabilidad de la ciudad, sumida en una profunda crisis social y económica, no puede permitirse estar al albur de las vicisitudes judiciales de un alcalde que ha asegurado que no piensa dimitir hasta que se dicte contra él una condena firme ante los tribunales. Tras este sombrío telón de fondo y mientras se esperan noticias de la dirección nacional del PSC, envuelta en un espeso silencio, a los cinco grupos de la oposición se le plantean tareas políticas muy complicadas derivadas de su elevada heterogeneidad ideológica –del PP a Entesa– y de la gran distancia entre el PSC con 13 regidores y la segunda fuerza política, CiU con cinco regidores.
El enroque del PSC de Sabadell y el comportamiento del alcalde ha contribuido notablemente a cohesionar a los grupos opositores. Entesa y EUiA ya se han posicionado abiertamente por esta solución que exige una negociación compleja y de la que aún quedarían flecos pendientes por resolver.
Fechas rojas
La semana entrante estará marcada por dos fechas señaladas en rojo en el calendario político mercurial: el pleno municipal del martes 5 de febrero, presidido por Juan Carlos Sánchez y el jueves 7 cuando expira el decreto de alcaldía accidental y Bustos enseñará sus cartas.
En el pasado pleno, el gobierno retiró todos los puntos del orden del día, excepto la moción unitaria de reprobación, al comprobar que la oposición los rechazaría y perdería todas las votaciones. Ya veremos qué sucede en la sesión del martes. De lo que no cabe duda es que los cinco grupos opositores insistirán en el cumplimiento de las mociones que instan a la dimisión de los imputados.
Ahora bien, el plato fuerte de la semana estará marcado por la decisión de Bustos del jueves. Si se reincorporase a la alcaldía, a nivel local, obligaría a la oposición a acelerar el acuerdo político sobre la moción de censura. A escala nacional, forzaría a las direcciones del partido socialista en Madrid y Barcelona a romper su incómodo silencio sobre el caso.
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