Las asociaciones de vecinos del norte conmemoran la República

  • En el acto se realizó un homenaje a Josep Moix y un análisis crítico de la segunda restauración borbónica.

  • El desprestigio de Juan Carlos y la crisis del sistema partido abren camino a la alternativa republicana.

Unas 50 personas asistieron al acto organizado por las asociaciones de vecinos de Torreguitart, Can Puiggener, Plana del Pintor y Ca n’Oriac y contó con la participación de Lluís Casanovas, de la Universitat Popular de Sabadell y Antonio Santamaría, escritor y periodista.

Casanovas realizó una semblanza biográfica y política de Josep Moix Regas (Sabadell 1898-Praga, 1973) que fue alcalde de Sabadell entre octubre de 1937 y agosto de 1938, cuando fue nombrado ministro de Trabajo por el presidente de gobierno Juan Negrín. Moix ha sido el único sabadellense que ha sido ministro de un gobierno de España. Inició su trayectoria como sindicalista de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) de inspiración anarquista, hubo de exiliarse a Argentina en 1926 durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Regresó en 1929 y ostentó la presidencia de la Federació Local de Sindicats (FLS). En el congreso de la CNT de 1931 se alineó con los trentistas frente a la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Tras la ruptura con la CNT, Moix participó en la fundación del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) y se integró en la Unión General de Trabajadores (UGT).

En febrero de 1939 acabada la Guerra Civil se exilió en pasó a México. Después de la Segunda Guerra Mundial se instaló en Francia, y en  1949 se hizo cargo de la secretaría del comité central del PSUC, sustituyendo al secretario general, Joan Comorera, que había caído en desgracia. En 1953 las autoridades francesas lo expulsaron en medio de una campaña anticomunista y se instaló en Praga. En 1956 fue elegido secretario general del partido. En  1965 cedió la secretaria a Gregorio López Raimundo para ocupar la presidencia del PSUC, que ocupó hasta su muerte.

Monarquía y franquismo

Por su parte, Santamaría trazó una analogía histórica entre la primera y segunda restauración borbónica. Ambas se caracterizan por el turno dinástico bipartidista, la escasa representatividad del sufragio, la corrupción y el caciquismo.

El ponente recordó los estrechos lazos entre la dinastía borbónica y el franquismo. Franco fue el militar preferido de Alfonso XIII, que fue el padrino de su boda, y al estallar la Guerra Civil le escribió manifestándole su pleno apoyo y declarándose “falangista de primera hora”. Su hijo y heredero al trono Juan de Borbón se presentó voluntario para combatir en el ejército franquista, cosa que fue desestimada por el ejército franquista.

En 1945 don Juan difundió el Manifiesto de Lausana donde ofrecía la monarquía parlamentaria como un recambio a la dictadura militar desacreditada y aislada internacionalmente por su connivencia con Hitler y Mussolini. Ello enturbió las relaciones entre el dictador y el aspirante a la Corona.  Tras complejas negociaciones entre ambos se acordó que su hijo Juan Carlos fuese educado en España.

Las relaciones entre padre e hijo quedaron rotas cuando Juan Carlos aceptó en 1969 ser sucesor de Franco, sin contar con su permiso y saltándose el orden dinástico que no se restableció hasta 1977 cuando Don Juan abdicó como jefe de la casa real.

Blindaje monárquico

Santamaría realizó una síntesis del reinado de Juan Carlos I, sus pactos con la oposición democrática que condujeron a la transición democrática con una Constitución que blinda la institución monárquica. Asimismo analizó su contradictorio papel en el golpe de Estado del 23-F de 1981 donde se legitimó como jefe de Estado.

La férrea censura de los medios de comunicación impidió que la opinión pública española conociese su implicación en oscuros casos de corrupción denunciados por José María Ruiz Mateos, Mario Conde o Javier de la Rosa, o sus múltiples amantes. El estallido del caso Undargarín, la imputación de la infanta Cristina y la cacería en Botswana señalan un punto de inflexión en el prestigio de la monarquía. Así algunos sectores monárquicos propugnan su abdicación para dar paso al príncipe Felipe.

Estas circunstancias, unidas al desprestigio del sistema de partidos, favorecen que por primera vez desde hace décadas se abra paso la alternativa republicana.

Foto portada: Navas presentando a Casanovas y Santamaría. Autor: David B.

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