El membre de Podemos Sabadell, Antonio Santamaría, intervenint a Rubí, aquest diumenge. Autor: Podemos / cedida.

Carta abierta de Antonio Santamaría: ‘Adiós a Podemos, razones de una dimisión’

Con este escrito quiero explicar los motivos que me conducen a dimitir del Consejo Ciudadano (CC) de Podemos Sabadell.

Ingresé en Podemos en septiembre del año pasado. Mis motivos fueron dobles. Por un lado, después de ejercer el periodismo político local durante más de 20 años, pensé que había llegado el momento de actuar dada la profundidad de la emergencia social que sufre la ciudad y la gravedad de la corrupción del caso Mercurio. Por otro lado, Podemos era una página en blanco para construir una organización nueva, radicalmente democrática, alejada del funcionamiento burocrático y jerárquico de los partidos tradicionales. En el curso de estos meses estas ilusiones se han ido disipando.

El Consejo Ciudadano

Los primeros motivos de mi renuncia son de orden interno derivados de la falta democracia interna. La compleja situación política de la ciudad -determinada por el cambio de ciclo tras la era Bustos y la difícil tarea de construir una organización de nuevo cuño- requería un equipo con experiencia política, flexibilidad organizativa y capacidad de síntesis. En cambio se eligió como secretario general a Ramon Vidal, sin experiencia política, un gran desconocimiento de la ciudad y con una tendencia a suplir estas carencias con opacidad, autoritarismo y métodos burocráticos que no tienen nada que envidiar a los partidos de la “casta”.

Este equipo nucleado en torno al secretario general -cuyo único objetivo parece ser acceder a un cargo público- se ha apoderado de una sigla que ha concitado las ilusiones de mucha gente. Esto ha provocado que muchas personas de buena voluntad se hayan apartado de Podemos y que nuestras asambleas sean cada vez más reducidas. Hasta que no se produzca una regeneración de la dirección local de Podemos será imposible que sea un instrumento para combatir la situación de emergencia social que padece la ciudad y afrontar la regeneración democrática. Por el contrario, puede convertirse en un obstáculo al introducir confusión y falsas esperanzas entre la ciudadanía.

Agrupación de Electores

Las otras razones que me conducen a presentar mi dimisión pivotan en la errática manera cómo se han planteado la participación en las municipales.

Primero se apostó por ir en solitario como Agrupación de Electores, pero sin informarse en los órganos de dirección estatal sobre las condiciones concretas de esta fórmula. Se presupuso que podríamos presentarnos con una denominación y un logotipo que nos identificaría como Podemos. Un espejismo que alimentó muchas ambiciones. No obstante, en la Asamblea 24 de enero en Can Deu nos comprometimos a preguntar, en consulta telemática, a nuestros inscritos sobre las cuatro opciones sobre la mesa: no ir a las elecciones, hacerlo como Agrupación de Electores, o bien en confluencia con ICV-EUiA o con la Crida per Sabadell, con quienes habíamos mantenido contactos. Aunque, por mayoría, la recomendación del CC fue concurrir como Agrupación de Electores.

Tras una consulta telefónica del Secretario General con la dirección estatal, cuyos términos aun están por aclarar, se aseguró que sólo nos autorizaban a realizar una única pregunta sobre la Agrupación de Electores. Este flagrante incumplimiento de nuestros compromisos públicos y la sumisión a los supuestos dictados de Madrid, motivó por mi parte un enérgico escrito de protesta en el Facebook de Podemos Sabadell.

A principios de febrero se realizó la consulta con esa única pregunta con una baja participación del 17,39 por ciento de los 1.288 inscritos, la mitad de los que habían votado en las elecciones internas de diciembre. De ellos una amplia mayoría (86,55 por ciento) se pronunció por la Agrupación de Electores.

Opciones de confluencia

El 21 de febrero se celebró en Cal Balsach una tormentosa Asamblea donde la mayoría de los participantes se pronunciaron contra la Agrupación de Electores. Entonces se conocieron las condiciones de reales de participación en las municipales donde Podemos no se presenta como tal. Es decir, se había realizado una votación sin los elementos de juicio imprescindibles para pronunciarse con conocimiento de causa.

El CC decidió rectificar y explorar in extremis la confluencia. Se planteó una reunión absurda con las dos polaridades políticas y las dos plataformas ciudadanas, cuando se sabía que esa confluencia era imposible y que debíamos optar por una de ellas. Por ello propuse realizar dos reuniones separadas que fue rechazada. Como era previsible Crida de Sabadell y Procés Constituent se desmarcaron e ICV-EUiA y Sabadell Guanyarà, que ahora también se ha descolgado del proceso, se apuntaron a esta operación.

La confluencia con ICV-EUiA presenta muchos inconvenientes. La coalición se rompió en dos grupos municipales al inicio del mandato. Más tarde ICV se fracturó tras la renuncia de Carme García y el regidor Carles Marles emigró al grupo mixto. Ahora asistimos a una dura batalla interna en EUiA. La regidora Marisol Martínez se negó a aceptar el resultado de las primarias e impulsa una candidatura fantasma que intenta suplantar el espíritu de la lista barcelonesa liderada por Ada Colau y cuyo único objetivo es mantener el acta de regidora. Podría afirmarse que este es el precio a pagar por la renovación y regeneración de ambas formaciones, pero también interpretarse como un signo del declive de una coalición que necesita desesperadamente de Podemos para salvar los muebles electorales. En cualquier caso, esta renovación puede peligrar si comparten candidatura y proyecto político con un grupo de arribistas que, sin duda, les ocasionarán graves problemas en el próximo mandato.

La otra opción de confluencia era la representada por la Crida. Una alternativa rupturista y asamblearia, que recoge el trabajo de oposición realizado desde 1999 por Entesa per Sabadell. Además, su composición sociológica resulta complementaria con la de Podemos. Mientras la Crida está formada por jóvenes, de las zonas céntricas de la ciudad, Podemos lo está por personas de edad madura y de los barrios periféricos. Quizás el principal obstáculo radicaba en que la Crida está vinculada a la izquierda independentista y Podemos no es independentista. Un escollo que podía haberse sorteado con un acuerdo sobre el derecho a la autodeterminación. En cualquier caso, esta opción, donde hubiera participado Procés Constituent, no llegó a explorarse.

Oportunidad perdida

Siempre he defendido una amplia candidatura de las fuerzas a la izquierda del PSC para que la ciudadanía visualice una alternativa política y para que el nuevo ciclo estuviese dirigido desde la izquierda. Sin embargo, no se dan las condiciones mínimas para ello. A dos meses de las municipales no hay tiempo para preparar una operación de confluencia con las mínimas garantías políticas, más allá del reparto de los puestos de la lista y unas esquemáticas propuestas programáticas. Se trata, pues, de un acuerdo entre las cúpulas locales de estas formaciones, por mucho que se quiera vestir de candidatura ciudadana, como han criticado Procés Constituent y Sabadell Guanyarà.

Abandono la dirección local de Podemos con amargura y decepción ante una oportunidad perdida. Por último, hago público este escrito antes que se proceda al reparto de los puestos en la lista conjunta, para que no se diga que me voy porque no se me ha concedido la silla que para muchos es el principal objetivo de la actividad política. Y regreso a mi actividad como analista político que había puesto entre paréntesis, durante mi corta militancia en Podemos.

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