Cartas de los lectores: ‘Hace falta ya la rebelión de los profesionales sanitarios y el respaldo total de los ciudadanos y usuarios’

CARTAS DE LOS LECTORES
Luís de la Torre, trabajador y usuario del sistema público de salud, de izquierdas y republicano.

Ha llegado el momento de salir a exigir que se devuelva el lugar que le corresponde a la Atención Primaria y que le fue arrebatado en la Llei 11/1995 favoreciendo a la sanidad privada, al transformar a la atención primaria en una maquina productiva sometida al servicio de los intereses de los políticos del momento y generadora de tantos  casos de corrupción  que todos conocemos, y en los que están implicados los más altos directivos de la sanidad catalana de CiU, entre otros, sin ir más lejos el antiguo Conseller Sr. Boi Ruiz, Carles Mante, ex director del Servei Catalá de la Salut y Josep Prats, ex presidente del Institut Català de la Salut (ICS).

Estos gestores de lo público (CiU) presuntos corruptos, convirtieron a los médicos, enfermeras, y demás profesionales de la atención primaria en meros instrumentos de su mercado sanitario, imponiéndoles una incómoda y difícil situación para dificultar, una buena asistencia sanitaria, privándolos de recursos. Para incluso en ocasiones llegar a menospreciarlos.

Una población frágil y  envejecida, además del desempleo, la emigración y la precaria situación económica y social han generado un cóctel explosivo que junto con los recortes, hacen imposible cubrir las necesidades, que además de crecer día a día para una población que no se siente bien atendida.

La disminución en la financiación de la sanidad pública en especial en la Atención Primaria, los CAP, potenciado la hospitalaria, impidiendo el mantenimiento de los recurso humanos necesarios que e16xistían antes de lo que algunos llaman crisis y otros decimos estafa, y que son los pilares básicos y fundamentales para desarrollar las actividades médicas, los diagnósticos, las infraestructuras y la formación del personal, que se merece la sociedad.

Sé que los problemas se ven de diversos colores en función del cristal a través del que se miran, pero también sé que  cuando se trata de mirar cuales son los problemas de nuestra sanidad, hoy, todos lo ven del mismo color:

  • Sobrecarga asistencial.
  • Listas de espera, de escándalo.
  • Excesivo trabajo burocrático.
  • Medicalización de la vida cotidiana.
  • Hospital centrismo. (la mayoría pseudo -privados)
  • Desmotivación de los Profesionales sanitarios.
  • Historias clínicas enfocadas más a la gestión que a la clínica.
  • Retribuciones inapropiadas y bajas.
  • No se cubren las ausencias de los profesionales, médicos, enfermeras, etc.
  • Dirección por objetivos desfasados de la realidad y sin consenso.
  • Penalización de las enfermedades (si cogen la Baja)
  • Total falta de interés de los políticos para mejorar la atención Primaria.

Cierto es que la mayoría de estos problemas están relacionados entre sí y que son los causantes del acoso institucional al que están sometidos los médicos, las/os DUE, y  el resto de profesionales de la atención primaria por parte de aquellos “gestores”, (por no hacer uso de la palabra “responsables”, ya que no hace justicia a su significado), que no siendo usuarios habituales de la sanidad pública, la utilizan por la puerta trasera, abusando a menudo de sus privilegios.

Los problemas generales suelen ser  parecidos en la mayoría de EAP, pero cada CAP, tiene ciertas peculiaridades, que en muchas ocasiones ya siendo difíciles de por sí,  las agravan aún más, tanto en el ámbito sanitario como en el administrativo:

  • Población envejecida con escasos recursos económicos y poca educación sanitaria.
  • Mínima autonomía de los profesionales en la toma de decisiones.
  • Atraso en las visitas al CAP, con los Especialistas y con las pruebas diagnósticas.
  • Protocolos de derivación no siempre consensuados y poco realistas.
  • Falta de informes en las pruebas diagnósticas de la hospitalaria hacia la primaria, (sensación de superioridad con respecto a la primaria, Como si los médicos de familia no fuesen también especialistas).
  • Sobrecarga de urgencias.
  • Exceso de trabajo virtual, sin tiempo en las agendas.

La atención primaria la están convirtiendo en el sumidero de las deficiencias del sistema,  la dejadez de los políticos y la connivencia de los que la gestionan que al ser nombrados a dedo temen por sus poltronas. Agendas cargadas con visitas virtuales sin tiempo real para atenderlas, visitas acompañadas de un sistema informático farragoso y difícil de usar, enfocado a auditar los objetivos impuestos por los gestores, sin consenso y con poco fundamento para la gestión clínica.

Todo esto, acompañado de un gran número de enfermos retenidos, cuando no ocultados en pre-listas de espera para que pasen a las lista de las pruebas o especialistas y que cuando han conseguido ser programados al llegar por fin al momento de la realización de estas, no se les desprograme para de nuevo volver a empezar esta  carrera de obstáculos.

Sin olvidarnos de a los profesionales, a los que se les genera una desmotivación y una carrera profesional poco atractiva y aún menos estimulante. Donde la salud de esos profesionales, tanto médicos, como enfermeras, administrativos y demás, se verán gravemente afectadas si no se toman medidas urgentemente no hay que olvidarse que están sometidos a unas condiciones laborales que son de alto riesgo.

Soy consciente que no hay ni pociones ni varitas mágicas para sacar de esta crisis en la que han metido a la atención primaria dichos políticos y gestores  mal intencionados. Pero estoy convencido de que no hay que seguir más tiempo con los brazos cruzados a la espera de ver si se resuelve por generación espontánea y que hay que ir de la mano de esos profesionales que son los que hasta ahora se han preocupado de mantener con esfuerzos y su profesionalidad lo que ahora aún tenemos y que nos quieren quitar, así que o salimos a la calle y lo defendemos juntos o después nos lamentaremos y será imposible de recuperar.

Foto portada: Centre d’Atenció Primària Creu de Barberà. Autora: Dihör. 

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