Ayuso, junto a su mentor, Manuel Bustos. Autor: David B.

‘L’estat de la ciutat (89)’: La víctoria pírrica del aparato bustista

L’ESTAT DE LA CIUTAT

La ajustada victoria de Josep Ayuso, por sólo 50 votos de diferencia, abre numerosos interrogantes sobre la unidad tanto de la agrupación local como del grupo municipal del PSC y sobre el futuro del partido que gobierna la ciudad.

Ayuso partió con la ventaja de contar con todos los medios del aparato y haber empezado la campaña con mucha antelación. Por tanto, aspiraba a una nítida victoria. No ha sido así. Marta Farrés, la candidata renovadora, se impuso con una ligera diferencia a su favor en las mesas del norte y del centro de la ciudad. Por el contrario, Ayuso venció por una amplia mayoría en los barrios del sur, feudos tradicionales del bustismo, que han sido los que finalmente han decantado la balanza. También se impuso con claridad entre la militancia, pero empató entre los simpatizantes (más información: ‘Josep Ayuso guanya les primàries del PSC‘).

 A la luz de estos resultados si estas primarias hubieran sido abiertas a la ciudadanía, como en Barcelona o Badalona, y no se hubieran adelantado respecto al calendario del resto del país, dando más tiempo para prepararlas, probablemente hubiera ganado Marta Farrés.

La noche electoral dejó una imagen impagable. Manuel Bustos no supo contenerse. En vez de quedarse en un discreto segundo plano, como hizo en el curso de la campaña electoral, compareció en la sede del partido para levantar el brazo de Ayuso y manifestar que le debía la victoria. Así no sólo evidencia que es su tapado sino que emite el nítido mensaje de cara a las municipales que votar Ayuso es votar Bustos, el alcalde más imputado de Catalunya y que se ha significado por unas prácticas clientelares y caciquiles inadmisibles en una sociedad democrática.

Asuntos internos

Ayuso, que insistió en presentarse como el candidato de la unidad y el consenso, deja un partido y un grupo municipal partido por la mitad. Además, la dureza de la contienda electoral, así como las artimañas y el juego sucio, denunciados sotto voce por los diversos miembros de la candidatura renovadora, dejan abiertas unas heridas difíciles de cauterizar.


También podéis ver el álbum de fotos ‘Primarias PSC Sabadell‘ en Flickr.

Probablemente, el buen resultado de la candidatura renovadora animará a sus miembros a constituir un grupo crítico estable en el interior del partido y cohesionará a los regidores del grupo municipal que la han apoyado. Como manifestó un edil del sector renovador a veces los muros no se derriban de golpe y ayer se abrió una fisura que puede acabar derribando el poder del aparato bustista. Aquí, Juan Carlos Sánchez, que no piensa renunciar a la alcaldía, puede jugar un papel clave para dar continuidad y coherencia a esta corriente renovadora.

En efecto, una victoria de Ayuso por una amplia mayoría hubiese significado que la sección local del PSC era irrecuperable para una política honesta y democrática. El ajustado resultado parece apuntar hacia la existencia de un incipiente sector sano en el socialismo local que, a medio plazo, podría aspirar a dirigir los destinos del partido en la ciudad.

Sin embargo, ayer el PSC desperdició una oportunidad de oro para realizar una ruptura no traumática con el ominoso pasado bustista. Ahora, pasar página de este infausto periodo exigirá una dura lucha interna de incierto resultado.

Asuntos externos

En el exterior del partido, la victoria de Ayuso complica extraordinariamente las posibilidades del PSC para mantener la alcaldía de Sabadell. No sólo por el escaso valor político del candidato, sino porque, como Bustos se ha encargado de demostrar, aparecerá ante la opinión pública como una marioneta del ex alcalde sin personalidad política propia. Esto hace prever que, con Ayuso como candidato a la alcaldía, la caída del voto socialista será mucho más pronunciada que si Farrés hubiera sido la alcaldable del PSC.

Por otro lado, su nominación como alcaldable dificultará extraordinariamente que, tras las municipales del 2015, pueda pactar con otras fuerzas políticas en un paisaje político que se prevé sumamente fragmentado. Tanto para CiU, que ha mostrado su disposición a suscribir acuerdos de gobernabilidad con los socialistas, como para ICV les será extremadamente difícil llegar a acuerdos con un candidato cuyo principal y único valor político es ser el tapado de Bustos.

El único factor favorable a las aspiraciones de Ayuso es la ausencia de una alternativa política sólida entre las formaciones de la oposición. CiU no está demostrando estar a la altura de las circunstancias para configurarse como una alternativa de gobierno y las fuerzas a la izquierda del PSC están demasiado fragmentadas y no parecen contar un liderazgo solvente capaz de articular esa alternativa.

Faltan 15 meses para las elecciones municipales, lo cual según se mire es poco o mucho tiempo, a tenor de la convulsa evolución de la vida pública de la ciudad marcada por los efectos del caso Mercurio y las consecuencias sociales de la profunda recesión económica. Mientras tanto, la ciudad parece condenada a adentrarse en la deriva de la ingobernabilidad que podría prolongarse después de las municipales.

Foto portada: Ayuso, junto a Manuel Bustos, este sábado en la sede del PSC. Autor: David B.

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