‘L’estat de la ciutat (96)’: Los tres niveles de las elecciones europeas

L’ESTAT DE LA CIUTAT

Aquí se esboza un análisis de los diferentes escenarios de unos comicios que servirán para pulsar las tendencias de fondo a nivel europeo, español y catalán.

Falta menos de un mes para la celebración de las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo. Unos comicios que se celebrarán en un clima enrarecido en el continente por el impacto de la crisis financiera y las políticas neoliberales de austeridad impulsadas desde Alemania que están suponiendo un severo ataque a las condiciones de vida y de trabajo de las clases asalariadas y un lento e implacable desmontaje del Estado del Bienestar.

Por otro lado, la crisis de Ucrania nos devuelve al clima de tensión de la guerra fría y amenaza con un conflicto bélico de imprevisibles proporciones provocado por la estrategia de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) de extenderse hacia el Este en una zona vital para los intereses de la Federación Rusa.

Participación y abstención

En España estos comicios señalan el comienzo del ciclo electoral que continuará con las municipales en mayo de 2015 y las generales que habrían de convocarse en noviembre de 2015 si el PP decide agotar la legislatura. En Catalunya este calendario está condicionado por la consulta soberanista, prevista para el 9 de noviembre, que podría desembocar en un adelanto electoral para realizar unas elecciones plebiscitarias.

Históricamente, las europeas son las elecciones que registran una menor participación. Así, en las convocatorias de 2004 y 2009, se situaron en torno al 45 por ciento del censo electoral. Una alta abstención atribuida a que la ciudadanía las percibe como algo alejado y con poca transcendencia en su vida cotidiana derivado de las escasas competencias del Parlamento Europeo.

Parlament europeu
El Parlamento Europeo se reúne en Bruselas y el pleno en Estrasburgo

Una percepción que podría modificarse en los países del sur del continente, cuya política económica está determinada por las directrices de la troika comunitaria. El aumento o descenso de la participación proporcionará un primer dato relevante sobre la desafección ciudadana respecto a las instituciones europeas.

El ascenso de la extrema derecha

Las elecciones europeas se dirimirán en tres ámbitos diferenciados: continental, estatal y nacional. En el terreno continental estos comicios mostrarán la correlación de fuerzas entre la derecha neoliberal y la socialdemocracia, que atraviesa una crisis de fondo como se revela en Alemania y Francia, los dos países centrales de la UE. Asimismo medirá si la contestación a estas políticas es capitalizada por la extrema derecha.

En Alemania el socialdemòcrata SPD ha renunciado a constituirse en alternativa de gobierno a Ángela Merkel y forma parte de un gobierno de gran coalición donde sólo aspiran a realizar pequeñas correcciones a las políticas de ajuste neoliberal de la derecha alemana que domina la escena política continental.

En Francia, el Partido Socialista de Francia ha defraudado todas las esperanzas de ser el motor de una alternativa de cambio a nivel europeo y, contraviniendo todas sus promesas electorales, ha realizado un giro neoliberal para someterse a los dictados de Berlín. Un giro liderado por el recientemente designado primer ministro de origen catalán Manuel Valls, que puede ser severamente castigado en las urnas.

Barroso i Van Rompuy
El presidente (saliente) de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy

Aquí se abre el interrogante sobre qué fuerzas capitalizarán el vacío dejado por la debacle de la socialdemocracia. En Francia, el ultraderechista y antieuropeísta Front National, con un 24 por ciento de intención de voto, parte como favorito en las encuestas para situarse como primera fuerza política que sería el correlato de su importante ascenso en las pasadas municipales.

Este incremento de la extrema derecha a nivel europeo podría verificarse en otros países como Gran Bretaña, Italia, Bélgica, Austria, Holanda, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Grecia o Hungría con pujantes partidos de extrema derecha que en los últimos años no han cesado de crecer.

La crisis del bipartidismo

A nivel español los comicios servirán para señalar dos tendencias. Por un lado, el desgaste del sistema bipartidista, pues todas las encuestas apuntan a un notable descenso de la intención de voto al PP y PSOE, entre el 15 y el 20 por ciento. UPyD e IU serían  los principales beneficiarios, que triplicarían sus apoyos en las urnas recogiendo a los electores desencantados de PP y PSOE respectivamente.

Valenciano y Arias Cañete
Valenciano (PSOE) y Arias Cañete (PP) lideran las listas a Bruselas

Por otro lado, la tendencia a un desplome del PP indicaría la posibilidad de un cambio de gobierno tras las generales del 2015. Medios de comunicación afines al PP como El Mundo, ABC o La Razón otorgan una estrecha ventaja a favor de los populares de entre dos y tres puntos. Por contra, para el diario El País, próximo a los socialistas, el PSOE ganaría estos comicios por un estrecho margen de tres puntos. La hipotética victoria de los socialistas se explicaría no tanto porque éstos aumentasen la intención de voto, sino porque la caída de PP es notablemente superior a la del PSOE.

Europa y el proceso soberanista

En el ámbito catalán los comicios estarán dominados por el debate soberanista y, particularmente, por las consecuencias de una eventual salida de la UE de una Catalunya independiente. Aquí el escrutinio deberá resolver tres incógnitas. En primer lugar, verificar el traspaso de la hegemonía dentro del campo nacionalista de CiU hacia ERC, lo cual se demostraría si esta formación superase en votos a la federación nacionalista como señalan algunas encuestas.

En segundo lugar, las posibles modificaciones en la correlación de fuerzas entre los bloques secesionista y unionista. En este terreno habremos de observar si crecen porcentualmente los apoyos electorales a las formaciones partidarias de la independencia o si, por el contrario, se fortalecen los partidos contrarios a la secesión. En este punto, habremos de prestar atención a los resultados de Ciutadans (C’s), que podría configurarse como el principal beneficiado de la reacción antisecesionista.

En tercer lugar, habremos de fijarnos en los resultados de ICV-EUiA. Mientras que en el resto de España se prevé un importante incremento de IU, en Catalunya los ecosocialistas podrían no experimentar un crecimiento semejante. Ello a pesar que la CUP, su principal competidor en este espacio político, ha renunciado a concurrir a estos comicios. Un dato que, de confirmarse, mostraría la escasa sintonía de sus bases electorales con el apoyo de esta formación al bloque soberanista.

Tendencias de fondo

En conclusión, el resultado de las elecciones europeas servirá para tomar el pulso a las tendencias de fondo en estos tres ámbitos diferenciados. A nivel continental revelarán si la contestación a las políticas neoliberales acaba siendo capitalizado por las formaciones de extrema derecha, populista, racista y antieuropeísta. A nivel estatal, medirá el desgaste del bipartidismo y las opciones del PSOE para desbancar al PP en las próximas generales. A nivel nacional, cuantificarán la correlación de fuerzas en el interior del bloque soberanista y entre las formaciones secesionistas y unionistas.

Foto portada: el presidente de la República de Francia, François Hollande, y la presidenta del gobierno alemán, Angela Merkel.

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