Opinión de Francesc de la Torre: ‘Papas humanos y políticos divinos, el mundo al revés’

“Donde no hay trabajo, falta la dignidad”; “es necesario que la Iglesia acompañe a las personas con misericordia independientemente de su condición”; “jamás he sido de derechas” y “la Iglesia tiene el desafío de reflexionar sobre el puesto específico de la mujer en la misma de forma que también esté allí donde se ejercita la autoridad en sus diferentes ámbitos”.

Recojo algunas de las últimas afirmaciones del Papa Francisco, con el que coincido no sólo en el nombre, sino además en el gran componente humano que acompaña a sus recientes declaraciones, priorizando lo real y lo terrenal a lo fictício y a lo divino, que propugnan por no ir más lejos el president Mas y su actual “socio” de legislatura Junqueras.

Mientras uno apela a la épica, la lírica y la epopeya para presentar la independencia como la divina providencia que nos curará de todos los males y nos hará libres, el otro se contradice y se permite prometernos la doble nacionalidad, la catalana y la española.

Gracias, pero no es necesario, somos muchos los que ya nos sentimos así y no necesitamos que nos mareen más y nos hagan perder nuestro tiempo y dinero a cambio de nada y menos o, en el mejor de los casos, a cambio de lo mismo que ya tenemos. ¿Para qué quiere la independencia si antes de tenerla ya está promoviendo y prometiendo la doble nacionalidad?

Seamos un poco más serios y, al menos, pongamos en valor la mejor noticia de los últimos tiempos. Ésta no es otra que, mientras algunos políticos hace tiempo que han dejado de tocar de pies a tierra y continúan instalados en su mundo imaginario celestial, el clero apuesta decididamente por representar lo mundano, por convertirse en el nuevo altavoz de la sociedad, papel que otrora recayera en los medios de comunicación, hoy esclavos, en su mayoría, de la propia crisis económica y de las subvenciones de los gobiernos y regímenes de turno.

Esclavizados los medios a golpe de taloranio y liberado de tabúes el nuevo Papa, el mundo actual se ha convertido en una rara avis en el que cuanto más necesitamos soluciones inmediatas, urgentes y reales a nuestros problemas cotidianos, mayores son las promesas de la tierra prometida en boca de los que nos gobiernan. El mundo al revés.

Yo no quiero un líder mesiánico que me prometa la tierra prometida, yo deseo un equipo de personas que lidere las políticas que nos permitan vivir de forma digna en nuestra tierra. En un estado federal de naciones en que el que se reconozca que somos diferentes desde la igualdad.

Huelga decir que la Iglesia no formaría parte en mi menú de platos favoritos, pero ciertamente lo cataría incluso antes que la política en minúscula, la política que unos pocos se han empecinado en practicar en boca de otros muchos, en la que el político se hace pequeño al mismo tiempo que crecen los problemas.

Gracias Francisco por ser próximo y anteponer tus valores y manera de ver la vida a tus propios intereses. Si pudiera, te invitaría a dar una vuelta por Cataluña y por el conjunto de España para que hicieras ver a don Mariano y a don Arturo que lo de don les queda un poco grande y, a cambio, les cedieras el don de la valentía, de la sencillez para solidarizarse con las personas de la calle, con sus problemas y su día a día. Que les adoctrinaras para buscar soluciones desde la lealtad, la suma y el consenso. Mucho me temo que en estos momentos sería necesario un milagro y, o éste viene de la Iglesia…

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