ARTICULO DE OPINIÓN
Alejandro Oruña, presidente de la AAVV Ronda Collsalarca.
En la Federación de Asociaciones de Vecinos de Sabadell (FAV) desde hace un largo tiempo ya no hay presidente, hay un reinado unipersonal que hace y deshace lo que le place secundado por su séquito. La federación que en otro tiempo trabajó sin descanso para defender los derechos de los vecinos y vecinas, hoy está para otras historias y está enormemente influenciada por las filias y las fobias de sus dirigentes.
Por ejemplo, por orden del señor feudal se estableció en la federación que no dejarían entrar a ninguna asociación de vecinos si se creaba en el mismo barrio donde ya había una, pero como el feudalismo es “ordeno y mando” cambian las leyes cuando a ellos les interesa. Ahora les ha salido una asociación amiga en el barrio de Can Llong y ha podido entrar sin ningún problema. No fue así cuando a la asociación de vecinos de la Ronda Collsalarca la criminalizaron por montar una asociación en Ca n’Oriach y no la dejaron entrar en la federación y casi todos los componentes de la junta directiva de la federación nos recriminaron como si hubiéramos cometido algo muy grave. Misma situación, diferente vara de medir.
Es vergonzoso para todos aquellos miembros del plenario que participaron en mi linchamiento solo por practicar la democracia montando una asociación de vecinos en el barrio de Ca n’Oriach y ahora que responsabilidades les vais a pedir a la federación y a su presidente por dejar entrar a una nueva asociación en el barrio de Can Llong cuando hace años que ya hay una montada, esta es la democracia que practica esta federación de tintes dictatoriales.
Que conste que nosotros creemos en la pluralidad y que se monten tantas asociaciones de vecinos como quieran los ciudadanos, que no le de miedo a nadie el asociacionismo que lo único que hace es enriquecer la participación vecinal. La parte positiva de todo esto es que el tiempo pone a cada uno donde se merece, y esta sociedad ya está harta de mirlos blancos y de salva patrias.
