Champlan

Opinión de Josep Asensio: ‘¿Camino de Champlan?’

Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento”.

Nelson Mandela, 1998

Como ya he manifestado en diferentes ocasiones, las informaciones vuelan, se detienen levemente ante nuestra atenta mirada, pero pasan desapercibidas según el momento elegido o el titular más o menos llamativo. Vivimos en una época de nuestra existencia donde es muy difícil ser objetivo, puesto que la mayor parte de los medios ya deciden por nosotros y seleccionan aquellas que por morbo, por actualidad o por cualquier otro motivo, creen que nos van a satisfacer en un grado o en otro.

Por eso es tan importante mantener nuestra libertad, ya muy deteriorada en estos últimos tiempos, y ser diligente a la hora de entresacar de la maraña de palabras y frases aquellas informaciones que nos interesen verdaderamente, ya por simple curiosidad, por higiene mental, por entretenimiento o por activar nuestras conciencias. Si algo tiene la lectura es que cada uno de nosotros absorbe aquello que quiere; es quizás la más liberadora de las acciones humanas. Dicho todo esto, no hay que ser demasiado listo para apercibirse que siempre hay aquellas noticias que quedan allí, en un rincón, a merced de los lectores más sagaces. No quiero decir con esto que el periodista en cuestión la relegue a un último plano interesadamente pero eso pasa en multitud de ocasiones.

Hace casi tres meses un minúsculo pueblo del norte de Francia, Champlan, saltó a las noticias por un desgraciado incidente. Su alcalde, Christian Leclerc rechazó acoger en el cementerio de su localidad a un bebé gitano que murió justo después del día de Navidad. La justificación que dio en su momento fue que no había suficiente espacio en el camposanto y que las plazas existentes lo eran para los vecinos que pagaban impuestos. La pequeña Maria Francesca, de tan solo dos meses y medio, yacía en mitad de la más insensible de las actitudes. Al dolor por la muerte de esa niña se unía el de la incomprensión y el del desprecio más absoluto también por parte de los habitantes de Champlan que con su silencio aplaudían la acción de su alcalde.

De manera inmediata las asociaciones de defensa de los inmigrantes y de los derechos humanos se pusieron en marcha para denunciar estas acciones que, además, incumplen la ley francesa que explícitamente expresa que la familia del difunto puede enterrarlo en la ciudad donde vivía, en la que falleció o en la que se encuentren los restos de otros familiares próximos. El alcalde de Champlan negó días después las acusaciones y dio falsas excusas ante la presión ejercida por medios de comunicación, dirigentes políticos, entre ellos el propio primer ministro, Manuel Valls, y otras personalidades y asociaciones de defensa de los derechos humanos. Fue entonces cuando el alcalde de Wissous, Richard Trinquier, decidió ofrecer su cementerio para acabar con tanto sufrimiento.

Aunque parezca evidente, cabe añadir que la familia de esta niña vivía en un campamento ilegal desde hacía ocho años, sin agua, sin electricidad y sin las mínimas condiciones de salubridad. Lejos de poner solución a este complejo problema, las autoridades francesas carecen de leyes especiales y son los ayuntamientos los que o bien los expulsan violentamente o los toleran bajo fuertes medidas de seguridad y vigilancia. No es un tema menor y muy sensible, tanto que los partidos políticos saben que es fácilmente manipulable y da sus resultados. En Francia precisamente para Marine Le Pen es una de sus bazas electorales, que conlleva la estigmatización de todos los inmigrantes, legales o no, convirtiéndoles en los culpables directos de todos los males de la sociedad francesa. Así, sin tapujos y sin pestañear.

El PP restringió el acceso a la sanidad ordinaria esta legislatura
El PP restringió el acceso a la sanidad ordinaria esta legislatura

En España la situación no es tan grave, pero ya se va abriendo una ventana a la responsabilidad de la inmigración en muchos ámbitos sociales. Ya algunos dirigentes de CiU en Catalunya se atrevieron a culpar a los inmigrantes de los bajos resultados en las diversas pruebas efectuadas a los alumnos de primaria y secundaria. Ahora, PP y Ciudadanos son los únicos partidos que se han negado a firmar un documento a favor de restituir la sanidad universal que el propio PP, con la ministra Ana Mato al frente, se encargó de liquidar. Sería gracioso si no fuera patético. Una ministra de ‘Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad’ firmó un decreto justamente en contra de lo que proclama. Casi un millón de personas quedaron fuera del sistema sanitario público, lo que fue denunciado por la ONG Médicos del Mundo.

En la práctica, lo que PP y Ciudadanos proclaman es exactamente lo mismo que Marine Le Pen en Francia. Culpabilizar a los inmigrantes de la crisis global y más exactamente de los recortes en sanidad. Por eso, cuando una mujer embarazada llegue al hospital y no tenga su cartilla deberá parir en la acera y aquel infartado morirá junto a la puerta de entrada. ¿Será así o deberemos pensar que no nos hemos vuelto locos y alguna enfermera o médico se saltará “la ley” para demostrar que hay leyes por encima de las escritas por seres insensibles?

Claro que este asunto va calando. Hace unos días escuché en la cola de un supermercado a una señora que decía que le habían quitado una pensión para que “una mora pudiera parir gratis”. Mis intestinos se retorcieron, aún más cuando varias personas le dieron la razón. Mientras tanto ignoran que alemanes, ingleses, holandeses y europeos jubilados se operan en España para no pagar en sus países de origen. Están aquí de vacaciones permanentes y no pagan impuestos pero utilizan nuestro sistema sanitario. Pero claro, esos no son inmigrantes. Su color de piel y su estatus les permiten defraudar sin ser abucheados y maltratados. “Las guerras seguirán mientras el color de la piel siga siendo más importante que el de los ojos”, dijo Bob Marley.

Comments are closed.