Opinión de Josep Asensio. ‘Cien años o quizás, con suerte, algo más’

Las predicciones apocalípticas siempre han formado parte de la humanidad. Desde tiempos inmemoriales, personas de todas las condiciones, científicos, analistas, agoreros y farsantes se han especializado en amargarnos el día, asegurando que el apocalipsis estaba a punto de llegar. Quizás Nostradamus es en este sentido uno de los líderes mundiales a tener en cuenta ya que sus pronósticos se han hecho realidad en la mayoría de los casos. Brujos y brujas, con bola o sin ella, nos transmiten a diario que una espada de Damocles pende de un hilo sobre el planeta Tierra.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país de los Acuerdos de París. Foto: Wikipedia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a su país de los Acuerdos de París. Foto: Wikipedia.

No obstante, no hay que ser un experto para darse cuenta de que el desarrollo de la humanidad ha ido unido a destrucción del entorno. La aparición de los vehículos a gasolina supuso un avance en las comunicaciones terrestres, así como el avión, pero la contaminación derivada de estos adelantos ha conllevado el aumento inexorable de la temperatura de la Tierra. La industria, otro elemento de progreso, también es la causante de este destrozo que no tiene vuelta atrás. El cambio climático es, sin duda, el elemento más preocupante en este momento ya que está produciendo desplazamientos de población, olas de calor en meses no habituales, fuertes lluvias, huracanes de magnitudes nunca vistas y otros fenómenos igualmente extremos. Lo peor está aún por llegar según los expertos, pues el aumento del nivel de los mares en las próximas décadas implicará uno de los mayores movimientos de personas en toda la historia de la humanidad.

Siempre me ha fascinado la personalidad de Stephen Hawking. He leído alguno de sus libros y casi todas las entrevistas que le han hecho. En una de las últimas nos da un plazo de 100 años para abandonar nuestro frágil planeta, que se verá abocado a su completa destrucción.

Con el cambio climático, el riesgo de impacto de un asteroide, las epidemias y el crecimiento de la población, la situación de nuestro planeta es cada vez más precaria”, comenta el físico.

En 2016 ya advirtió del peligro de una guerra nuclear, los virus genéticamente modificados y de la inteligencia artificial, que pueden acabar con la raza humana. Aunque hace unos años advirtió de que ésta se extinguiría dentro de unos 1000 años, ahora asegura que el plazo se acorta de manera dramática. Algunos se lo toman a broma, puesto que él mismo predijo su muerte a los 30 años y ya tiene 75. Yo no, ya que veo con preocupación que el desgobierno mundial se mueve única y exclusivamente por el dinero. Los grandes lobbies, las farmacéuticas, los poderosos bancos mundiales, las empresas químicas y petrolíferas, las empresas armamentísticas, los EE.UU, Rusia, Israel y otras potencias, experimentan sus respectivos desarrollos en base a la destrucción del medio ambiente, expandiendo contaminantes de manera continuada por tierra, mar y aire, promoviendo el cultivo de transgénicos y talando miles de hectáreas de bosques en otros países con el señuelo del progreso.

A pesar de la gran tarea de organizaciones ecologistas, especialmente Greenpeace, me sorprende que la humanidad en su conjunto no tome verdadera conciencia del asunto que puede acarrear su destrucción. Probablemente la mitad de la población ya tiene bastante con poder sobrevivir como para preocuparse de esto, o bien porque no entiende del tema o porque comer es lo que interesa.

De un tiempo a esta parte, científicos de todos los ámbitos que están de acuerdo con los pronósticos más catastrofistas, proponen la creación de un gobierno mundial, entre ellos, claro está, Stephen Hawking. Lo creen necesario para que el avance tecnológico no acabe destruyendo a la especie humana. Según el físico, en las próximas décadas los robots formaran parte del paisaje habitual con el consiguiente peligro que esto puede suponer si no se acota su trabajo, pudiendo incluso rediseñarse a sí mismos a un ritmo creciente. Como los humanos estamos limitados por nuestra evolución biológica, no podríamos sobrevivir. ¿Ciencia ficción o realidad inmediata?

El físico Stephen Hawking.
El físico Stephen Hawking.

En estos momentos me viene a la mente una de las mejores películas que he visto en los últimos meses. Se trata de La llegada. Su director, el canadiense Denis Villeneuve, nos introduce en un mundo de sensaciones impresionante cuando unos extraterrestres se posan con sus enormes naves en distintos puntos de la Tierra. Son pacíficos y con su apariencia cefalópoda poseen una inteligencia y un lenguaje que una lingüista, interpretada de manera genial por la actriz Amy Adams, debe descifrar. El humanismo que se desprende de los personajes y de las cuidadas imágenes contrasta con la violencia de las grandes potencias que desean por todos los medios acabar con la presencia de esos seres, al que sin motivos, perciben como peligrosos. La película posee momentos de extraordinaria belleza, tanto visual como verbal pero por encima de todo, transmite la necesidad de ese gobierno mundial que muchos preconizan, si realmente se quiere salvar a la raza humana. Por descontado que no voy a explicar el final, eso que ahora llaman hacer spoiler, pero, lejos de parecer frívolo, anticipa esa destrucción que muchos ven. ¿Seremos capaces de evitarla?

Vídeo portada: trailer de La llegada

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