Este jueves se celebrará la anual Festa de l’Esport, un acto social encaminado a premiar a los mejores practicantes y a los clubes que les albergan. Una fiesta de largo recorrido, nacida en aquella , ya lejana en el tiempo, Ciudad Piloto del Deporte Español, cuya filosofia y realidad palpable, como se puede constatar, está intrínsecamente ligada a la realidad de Sabadell, cuna de grandes deportistas de las más diversas modalidades.
Precisamente esta diversidad de disciplinas en las que alcanzan la excelencia nuestros deportistas constituye el hecho diferencial con otras fiestas semejantes de ciudades vecinas.
Pero este año la Festa tendrá también entresijos políticos. Ya se sabe que política y deporte han sido siempre buena pareja. No voy a entrar aquí en el beneficio para la política que han hecho del deporte los países desde que el Mundo es Mundo. Todos, y yo in situ en múltiples eventos, hemos podido comprobar cómo se ha utilizado el deporte, para mayor gloria de determinados países y sus gobernantes. Las desaparecidas URSS y Republica Democrática Alemana, los propios Estados Unidos en las citas Olímpicas han jugado sus cartas , a veces en perjuicio para el propio deporte como en los JJ.OO de Moscú y de Los Angeles, como antes sucedió en Melbourne, o en Berlín y un largo etcétera que nos llevaría casi a un tratado de olimpismo.
Este año el regidor d’Esports y teniente de alcalde Josep Ayuso estará en su fiesta como explícito candidato a la alcaldía de Sabadell por la formación que ha gobernado la ciudad en los últimos años.
Ayuso y su gabinete saben muy bien los votos que da el deporte. Por ello, desde hace ya un tiempo se ha trabajado este semillero. Algo totalmente lícito, y que forma parte de gestión de gobierno. Lo que ocurre es que la de deportes es un área agradecida y si me apuran hasta festiva, lo que no ocurre en otras carteras municipales.
Me consta que otras formaciones políticas con representación municipal en nuestra ciudad también está cuidando con esmero este huerto, pero claro está, es mucho más complejo hacerlo desde la oposición que desde el gobierno.
Quiero recordar que ser regidor de Deportes ha constituido una excelente tarjeta de presentación para acceder a cargos políticos de mayor enjundia. No voy a citar el caso de Juan Antonio Samaranch, porque se me podría decir que fue bajo los parámetros de otro régimen, pero ha sido el catalán que más arriba ha llegado en el mundo del Deporte-Poder. En nuestra etapa actual Jaime Lizavessky, Albert Solé o Rafael Blanco Perea han ocupado cargos rectores en el Consejo Superior de Deportes, con inicios como regidores de Deportes de sus ayuntamientos respectivos.
Los votos del deporte tienen mucho valor, no lo olviden.
