Parc Taulí Sabadell

Opinión de Manuel Navas (FAV): ‘Las urgencias de la sanidad pública’

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas,  Presidente de la FAV Sabadell.

Cuando se niega la mayor, es imposible razonar con quienes se les supone están para salvaguardar los intereses de la población (en este caso Gobierno de la Generalitat y Dirección del Taulí). Menospreciar los hechos como hace el Sr. Comín día sí y otro también con sus declaraciones y titulares es un despropósito inaceptable. Por ejemplo, ni es el “amo del Taulí”; ni las/os enfermeras/os son los culpables del desastre de las urgencias que tampoco es debido a hechos puntuales (gripe). No acaba de entenderse si lo hace por desconocimiento (lo que sería grave) o son cortinas de humo para distraer al personal sobre su incapacidad y/o falta de decisión política para afrontar de raíz los problemas que afectan a la sanidad pública (lo que también sería grave).

Sirvan de ejemplo de las consecuencias que sufrimos el que seamos a comunidad con más pacientes en listas de espera médico-quirúrgicas (más de 300.000) y que más camas ha perdido desde el inicio de la crisis, etc. En el Taulí, la falta de recursos materiales, económicos y humanos ha conducido al servicios socio sanitario que tenemos en el Vallés Occidental-Est a situaciones inaguantables y más grave si cabe en el servicio de urgencias, donde la falla de drenaje por falta de camas en planta y de otros recursos necesarios, impide que el circuito funcione adecuadamente y se parezca más al de un país tercermundista, dejando a los/as pacientes (que pagamos con nuestros impuestos todo el andamiaje de la sanidad pública) en una situación de desatención alarmante e indefensión insostenible desde cualquier punto de vista.

Un escenario que no por ser cada vez más habitual es menos esperpéntico a pesar del impagable esfuerzo de los/as trabajadores/as que hacen lo imposible para atender a los/s pacientes. Basta acudir a los inapelables datos que aportan profesionales y pacientes, las caravanas de ambulancias a la espera de evacuar enfermos ante la falta de camas y espacio en urgencias, las veces que las ambulancias ceden sus camillas para que los pacientes puedan estar en los pasillos (dejando a la ambulancia inútil por carecer de camilla), la falta de personal, de camas, etc., para acreditar tan lamentable situación.

Hace años que el Taulí padece no tan solo de recortes, sino de agravio comparativo con respecto a Catalunya. Se plantearon vías para paliar la situación (que no para evitarla) con el Pla de Xoc del 2005-06, y posteriores que al no haberse cumplido, la situación por la lógica del tiempo y demografía, se ha agravado y de no ponerse remedio urgente que cambie radicalmente la tendencia, el deterioro de la sanidad pública irá a más.

No hace falta ser ningún estadista ni político electo para despejar algunas de las incógnitas de la sanidad pública en nuestra comarca. El Sr. Boi (CiU) con el beneplácito de otras fuerzas del Parlament y aprovechando la puerta abierta por el tripartito, acentuó la filosofía de hacer negocio con nuestra salud (recortando, externalizando, privatizando, derivando, etc.). Todo ello ha dejado un escenario de difícil recuperación a menos que los gobernantes dejen de rendir pleitesía al poder económico e intereses privados y priorice los derechos de la ciudadanía, cesando con los recortes y recuperando lo que nos han despojado directa o indirectamente de nuestra sanidad y sobre todo, emprendan el camino que el sentido común dicta: llevar a cabo análisis y diagnóstico consensuados con los agentes sociales (¿o es que el derecho a decidir en temas sociales no entra?), sobre las necesidades sociosanitaria de nuestra comarca y arbitrar medidas a corto, medio y largo plazo para evitar males mayores con un calendario que marque la agenda de actuaciones y dotaciones presupuestarias. Lo que no esté en esa dirección es un paripé estéril para la foto de rigor y dar titulares a la prensa.

Mientras tanto la crueldad con los/as enfermos/as seguirá siendo en pan nuestro de cada día, autorizando para tildar de miserables quienes por acción y omisión (que tienen nombre s y apellidos) toleran o fomentan tal situación. Vista la pasividad manifiesta de quienes deberían poner remedio a este desorden establecido, nos queda la movilización popular como la manifestación del 2 de febrero convocada por los/as trabajadores del Taulí para defender el derecho a una sanidad pública y con recursos y unas urgencias dignas.

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