Podemos

Opinión de Manuel Navas: ‘Todos contra Podemos’

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas, sociólogo, presidente de la FAV y miembro del Consejo Ciutadano de Podemos Sabadell

El fenómeno Podemos, para alabarlo o defenestrarlo, a nadie deja indiferente. Sin caer en la pedantería puede decirse que, por distintos motivos, ha traído desasosiegos, nerviosismos, recelos entre las fuerzas políticas sin excepción y en algunos casos odios e histerias. Basta echar un vistazo a los comentarios extemporáneos y críticas furibundas de contertulianos, líderes políticos y del mundo económico. Algún denominador común concurre en Podemos para ese consenso en posiciones ideológicas distintas e incompatibles.

Una de las hipótesis más plausibles es que la irrupción de su discurso ha introducido una variable inesperada que ha hecho trizas la imagen fija con la que venían estableciendo sus estrategias políticas. A la casta española, porque de repente su tedioso y pernicioso andamiaje bipartidista se ha venido abajo. A la casta catalana porque la bandera ya no les sirve para tapar unas golfadas que los hermana más con sus homólogos españoles que con los sectores de un pueblo cuya reivindicación nacional están capitalizando. A la izquierda tradicional porque deja al descubierto el papel de triste figura jugado desde la Transición. A las fuerzas soberanistas de tendencias populares porque a pesar del extraordinario trabajo realizado en torno al derecho a decidir, han sido incapaz de seducir a, cuanto menos, la mitad de la sociedad civil, en gran parte porque no han sabido/querido/podido, poner sobre la mesa el modelo social para una Catalunya independiente frente al señuelo de CiU “primero la independencia y después ya veremos”, cuando es notorio que, a grandes rasgos, se trata de una fotocopia del español, si nos atenemos al talente con el que abordan el tema de la corrupción política o las recetas neoliberales que están aplicando en sanidad, educación, etc., unas medidas contrarias a los intereses generales y el bienestar del 99 por ciento de la población.

En definitiva, se trata de un contexto que ha convertido a Podemos en el referente de cientos de miles de personas, hartas de corruptos, expolios, desahucios, paro, rescates bancarios, fraudes fiscales, recortes y desmantelamiento del Estado de Bienestar, secuestro de la democracia, caricaturización la división de poderes, etc., una situación en la que están involucrados hasta las cejas los partidos de la casta de todos los territorios y colores. Con tal escenario, y siendo coherentes, es imposible apelar a la existencia de algún destino en lo universal que justifique alianzas directas o indirectas, con la casta, llámese Rajoy o Mas.

Conviene no olvidar que entre esos miles de ciudadanos/as, buena parte están por el derecho a decidir, aunque en su orden de prioridades no ocupe el primer lugar y menos sin hablar de contenidos o explorar otras posibilidades. Gentes que priorizan la defensa de la sanidad, la educación, los servicios sociales, las pensiones, la justica, la lucha contra la corrupción, la transparencia, la democracia, la equidad, la cohesión social, etc., gente que defiende la dignidad y los derechos de los de abajo, personas que por no declararse confesos independentistas, no pueden ser estigmatizadas salvo por quienes, como la casta y sus adláteres, ven peligrar su estatus o por quienes intuyen un frenazo en su expectativa electoral.

Es un error político no entender que:

a) Podemos ha llegado para quedarse en Catalunya (con o sin independencia), porque resulta evidente que los que existen, no han conectado con la población a la que llega.
b) que el discurso de Podemos no es “más de lo mismo”, sino propuestas ilusionantes (“¡Sí se puede!”) de democracia radical en todos los terrenos (por cierto, es un contrasentido que sectores soberanistas que aplauden a Syriza en Grecia, censuren a su homólogo aquí).
c) el que Catalunya sea una nación, es incompatible con no asumir que una nación está compuesta por una pluralidad de personas con distintas posiciones políticas, ideológicas, culturales, etc., y ninguna nación que se precie, puede renunciar a esa pluralidad que la conforma sin perder gran parte de su razón de ser .
d) que el menosprecio a esos sectores sociales que le dan su apoyo a Podemos con calificativos peyorativos, lo más probable es que provoque el efecto contrario al deseado, como ha sucedido con las descalificaciones del PPSOE contra Catalunya.

Foto portada: Juan Carlos Monedero y el periodista Eduardo Inda, en una tertulia reciente de La Sexta Noche.

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