Juan Manuel Quintela, comisario jefe de la Policía Nacional: “la respuesta de Sabadell ante el atentado de ETA fue extraordinaria”

Juan Manuel Quintela
Juan Manuel Quintela

Nacido en Santander en 1956. Diplomado en Ciencias Biológicas, recibió su formación policial durante tres años en la Academia de El Escorial. Está casado y es padre de  tres hijos.

El cántabro Juan Manuel Quintela reside en Sabadell desde 1982 y desde 2011 es comisario-jefe de la Comisaría de Sabadell, aunque ya era el responsable de la comisaría desde un lustro antes. Le entrevisto en su despacho de la Comisaría de Sabadell, en la Gran Vía, hace unos días. 

¿De dónde proviene su vocación policial?
Proviene, no sé si es correcto, de un espíritu aventurero que cuando conoces la profesión es quizás más un espíritu de servicio. No deja de ser una profesión, como otras muchas, que tiene un cierto componente de acción. Quizás la juventud te anima a eso. Ves el tema de los buenos que vencen a los malos.

¿Desde cuándo ejerce de Comisario de la Policía Nacional en Sabadell?
Vine a Sabadell en 1982 con la intención de estar uno o dos años. Mi familia y mi mujer eran de Santander y la idea era volver allí. Pero en esos años era imposible porque estábamos en plena efervescencia del fenómeno del terrorismo y los compañeros del País Vasco tenían un sistema de preferencia que ocupaban prácticamente todas las plazas disponibles. Vine como inspector de policía y ascendí por oposición a inspector-jefe. En el año 2011 hice la oposición como comisario y volví aquí destinado. Esto no era muy frecuente, pero la plaza de Sabadell estaba vacante y tampoco mis compañeros de promoción tenían otras preferencias. Tuve la oportunidad de volver y así lo hice.

¿Cuáles fueron sus anteriores destinos?
Primero en la Escuela de Policía de El Escorial, luego en Santander haciendo el periodo de prácticas y después aquí.

¿Cuál es el área de influencia de la Comisaria de Sabadell?
Esta comisaria se denomina territorial -así salió en una orden ministerial- que ocupa los partidos judiciales de Sabadell, Cerdanyola y Montcada que comprenden 21 localidades y dan servicio a unos 600.000 habitantes. Como consecuencia del despliegue de los Mossos d’Esquadra la Comisaría se reorganizó y se crearon varias macrocomisarías como esta. Creo que, como territorial, es la segunda más grande de la provincia de Barcelona. Los servicios operativos, las brigadas y los grupos operativos de investigación están centralizados en Sabadell, dando servicio a los tres partidos judiciales. Además, trabajamos mucho fuera de estos partidos judiciales porque las investigaciones nos llevan allí.

¿Cuántos agentes están destinados?
En total, contando a todo el personal, llegamos a 200. Esta es la sede principal donde tenemos el servicio de documentación y los servicios operativos, luego están las comisarías de Cerdanyola y Ripollet, que también dependen de Sabadell.

¿Cuál es su estructura organizativa?
Tenemos un área de trabajo documental donde hacemos la documentación de todos los ciudadanos españoles y extranjeros.  Respecto a los primeros nos compete el DNI, pasaportes y otros trámites. Respecto a los segundos tramitamos las tarjetas de residencia, cartas de invitación, informes de nacionalidad, certificados de ciudadanos de la Unión Europea, etc. Esa sería una de nuestras grandes áreas de trabajo.

Luego tenemos tres áreas operativas. La primera es la policía judicial, donde trabajamos contra la delincuencia y los grupos criminales organizados. Aquí lo que más se trabaja es el tráfico de estupefacientes que es el que tiene más incidencia en España; también, otros delitos como la delincuencia económica, como todo tipo de fraudes a la Seguridad Social, temas de blanqueo de capital, investigaciones patrimoniales… También colaboramos con el resto de unidades de España. Por ejemplo, cuando nos llega un tema de Huelva que se ha tramitado allí pero que afecta a un señor que vive en Cerdanyola. Esto nos ocurre casi cada día.

La segunda área operativa es la de extranjería donde tenemos dos brazos. Uno relativo al control de la emigración irregular y el otro a los grupos de investigación de los delitos relacionados con esta materia como las falsedades documentales, explotación laboral y sexual y aquellos relativos a redes o mafias que traen a ciudadanos extranjeros. Los delitos de falsedad documental son muy frecuentes, tanto para obtener una indemnización fraudulenta o para lucrarse con contratos de trabajo falsos. En esta área, aunque no exclusivamente, la mayoría de los autores de los delitos son ciudadanos extranjeros y las víctimas son sus compatriotas. Eso tiene su explicación porque si viene un ciudadano de la India o de Bangladesh contacta y son acogidos por sus conciudadanos en unas condiciones muy precarias. Lo cierto es que ya vienen contactados. Imagínese que un ciudadano chino, procedente de una provincia rural, viene a Sabadell. No conoce nada, no sabe ni dónde está. No se puede comunicar con nadie, salvo que sea “acogido” por sus compatriotas que le colocan donde sea.

La tercera gran área de trabajo es la brigada de información que se dedica al control de todas las actividades violentas de tipo terrorista y similar.

¿Y de estas tres áreas cual es la que le da más trabajo?
Es difícil decirlo, pues se trata de áreas diferentes. Las investigaciones judiciales de crimen organizado son muy largas y laboriosas y requieren muchos medios de investigación. Por ejemplo, hace un par de semanas cerramos una que nos comportó un año de dedicación exclusiva. En las investigaciones en materia de extranjería, depende, las hay que son exactamente igual de complejas y laboriosas que las de policía judicial o menos. Son investigaciones más vinculadas a los trámites administrativos. Entre estas dos áreas estaríamos más o menos. El trabajo de información es diferente, es mucho más de estudio de análisis, de inteligencia, de ir recopilando información que después es convenientemente tratada.

¿La delincuencia en Sabadell está por encima o por debajo de la media nacional?
Desde el despliegue de los Mossos d’Esquadra no llevamos el control directo de la estadística delincuencial. Sin embargo, acudo a las Juntas de Seguridad de todas las localidades de mi demarcación, donde se trasladan los datos de cómo está la delincuencia. Sabadell y su área de influencia han estado casi siempre por debajo de la media española y catalana. Creo que sigue en estos niveles. Los últimos datos que tenemos es que la delincuencia está en todas estas poblaciones por debajo de la media.

¿La crisis económica ha hecho incrementar la delincuencia?
No, salvo quizás algunas modalidades de delito como los hurtos en supermercados y cosas así. Pero, en general, en el resto no. Hay quien piensa que la familia que se ha quedado parada se dedica a delinquir, no es así afortunadamente. No existe una relación directa entre delincuencia y crisis.

¿Cuál es su relación con los otros cuerpos de seguridad desplegados en el territorio?
Con los Mossos las relaciones son más que cordiales. Podrían ser correctas y basta, pero son buenas, muy buenas. Existen unos protocolos para determinadas actividades y en otras trabajamos de modo totalmente independiente, pues, como le decía antes, el tema documental o de extranjería es una competencia exclusiva nuestra. Colaboramos, pero cada uno hace su labor. Donde hay que colaborar existen unas comisiones de coordinación  a nivel autonómico, cuando hay alguna confluencia en cualquier investigación se dirimen esas diferencias o confluencias. Se establecen o bien equipos conjuntos o el cuerpo que tiene más información prosigue con la investigación. En materia de extranjería hay unos protocolos que se siguen prácticamente a diario y funcionan correctamente.

Con las Policías Locales las relaciones son muy, muy buenas, extraordinarias, de colaboración en todos los sentidos y con la Guardia Civil también cuando toca.

¿Comparte la opinión que hay un excesivo número de cuerpos policiales desplegados en el territorio?
Yo tendría mi opinión personal. Es cierto que es un modelo policial con distintos cuerpos que dentro de lo que se puede se coordinan. No sé si es el modelo ideal o no, pero es lo que hay y es con el que tenemos que trabajar.

¿Qué opina sobre movimientos como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca que pueden cometer el delito de ocupar una vivienda pero con la intención de resolver un problema social?
Nosotros, como profesionales, no entramos, ni podemos, ni  queremos entrar en acciones de tipo político. No deja de ser un movimiento social o sociopolítico que tiene su trasfondo ideológico. No nos parece, ningún grupo de estos, ni bien ni mal. Son grupos que existen. Nos puede corresponder, en algún momento, llevar a cabo alguna acción con cualquiera de los grupos existentes en todo el arco social del Estado. Lo que hacemos, ni más ni menos, son dos cosas. Cumplir con la legalidad establecida, esa es nuestra máxima, y con las órdenes de los jueces y fiscales que, además, están vinculadas a la legalidad. No puede ser de otra manera. Estamos para cumplir todas las órdenes, salvo que sean manifiestamente ilegales en cuyo caso no tenemos esa obligación. No entramos en valoraciones porque ese no es nuestro papel. Nos da igual quien gobierne o quien no gobierne. Si hay movimientos sociales del tipo que sea será porque tienen que existir.

Recientemente en el barrio de Can Llong se realizaron diversas detenciones relacionadas con el terrorismo yihadista. ¿Realizan ustedes un seguimiento de tema? ¿Pueden existir más casos como éste?
En esta área estamos trabajando, sin duda alguna. Es una materia que preocupa y necesita un gran atención. Mentiría si le dijera que no le damos importancia. ¿Sobre si puede surgir otro grupo? La verdad es que nada es imposible. Nosotros intentamos tener la situación controlada. Una de las características -y esto debe saberlo la opinión pública- del trabajo policial con este terrorismo es la prevención en cuanto a adelantarnos a las acciones que se puedan cometer. Son frecuentes las detenciones de grupos o individuos dedicados a la captación, al adoctrinamiento, a la organización, a pagar viajes para trasladarse a [lugares controlados por] el Estado Islámico, a Siria o a zonas de combate. Y lo que se está haciendo, sobre todo, es anticiparnos a que estos grupos o estos individuos puedan cometer acciones terroristas. Esta es la política y creo que es la mejor porque evita que se pueda producir atentados. Claro, no va tener la misma condena alguien que haya matado a equis personas que, estos casos, pero es lo ideal, evitar que el daño se produzca.

Aparte del yihadismo, supongo que realizan un trabajo de investigación a través de internet y las redes telemáticas. ¿Tienen agentes especializados en la investigación de posibles delitos que puedan cometerse a través de la red?
La policía tiene que estar al día y actualizarse en todos los medios y sistemas. Desde luego, la informática es un medio de comunicarse, pero también para delinquir, sin duda alguna. Nosotros realizamos muchas investigaciones de esta especialización que hablábamos antes de delitos informáticos. Las redes sociales y la red en general es un medio utilizado por los delincuentes de todo tipo. Por tanto, es un medio en el que trabajamos asiduamente. 

El atentado de ETA de 1990, del que ahora se conmemoran 25 años, fue el más grave que padeció nuestra ciudad y castigó duramente a la Policía Nacional con seis muertos  ¿Cómo recuerda usted esta tragedia y la respuesta ciudadana y política que hubo tras el atentado?
Efectivamente, se conmemoran los 25 años. Fue el más grave, aunque no el único que ha sufrido Sabadell, en cuanto al número de muertos, heridos y daños que fueron muy graves. La respuesta de la ciudad de Sabadell, no sé cómo calificarla, fue extraordinaria, muy buena, en todos los sentidos. Yo estaba en mi casa cuando el atentado. Recuerdo que me desplacé al lugar de los hechos. Me tocó la misión de ir a los domicilios de los compañeros que habían sido asesinados y comunicarle la noticia a las familias. Fue muy duro, no se me olvidará nunca. Empecé el recorrido. Fui a dos domicilios. Cuando llegamos al tercero, la noticia ya había ido corriendo, las familias ya se habían enterado. Al final, no seguí el recorrido previsto porque me avisaron desde la comisaría que los familiares ya estaban allí. Encontré un caos total, especialmente de dolor de los familiares de las víctimas. En la sala de la biblioteca intentamos atender a todos. Dos establecimientos hosteleros de la ciudad se habían volcado. Eso fue lo que me encontré cuando llegué a la comisaría. Unas ollas de caldo y comida para todas estas familias. Había mucha gente. En ese momento la ciudad mostró una gran sensibilidad, tanto de los ciudadanos individuales como de los grupos políticos, del Ayuntamiento, del alcalde Farrés. Todos ellos nos mostraron, de verdad, su apoyo, su compañía, su afecto… eso es lo único bueno que puede quedar de aquel día. Me acuerdo que un hijo mío, muy pequeño, vino al día siguiente del colegio y me dijo: ‘Papá, hoy la señorita nos ha puesto en pie antes de empezar la clase y ha rezado una oración’. Esto sólo es una anécdota y podría explicarle 200.000. Sabemos que el terrorismo siempre ha tenido sus grupos, afortunadamente pequeños, de apoyo que me imagino lo verían de otra manera, pero la ciudadanía tuvo una reacción extraordinaria. No puedo decir nada más.

Desde que está destinado en Sabadell ha visto a varios alcaldes. ¿Qué relación ha tenido con los diferentes alcaldes y con los cambios políticos que ha experimentado la ciudad?
Tenga en cuenta que mi demarcación tiene 21 localidades y tratamos con 21 alcaldes. En esta entrevista parece que solo hago que repartir flores y agasajos, pero lo cierto es que hasta ahora con los 21 alcaldes, incluidos los de Sabadell, la relación ha sido buena o muy buena; también con los diferentes grupos políticos a los que pertenecían. No puedo decir otra cosa. Uno de los principios que recoge la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre otros, es el de la absoluta imparcialidad política. Así lo vemos y así trabajamos. Cuando voy a una Junta de Seguridad, me da igual quien esté allí, lo que me importa es qué problemas hay de seguridad, qué relaciones tenemos con la policía de esa localidad y qué podemos hacer para mejorar la seguridad.

Como jefe de la comisaría he conocido al alcalde Juli Fernàndez y al anterior, Manuel Bustos. Cuando estaba Farrés no era el jefe de la comisaría, aunque sí que lo conocí y siempre de modo afectuoso. Recuerdo que le felicité las navidades en su último año de vida. Me contestó en una tarjeta y, la verdad, son cosas que te tocan, con una letra muy mala, en la que me explicaba que no podía escribir mejor porque tenía el brazo derecho inutilizado. Tenía muy mala letra, pero para mí la mejor letra que he recibido nunca de una felicitación. Quizás existía el prejuicio anterior que la policía no podía llevarse bien con determinadas tendencias. Eso, afortunadamente, no lo he conocido.

Hace unos meses tuve oportunidad de conocer al actual alcalde de Sabadell y la relación que tenemos es más que correcta. Le invité a la festividad de los Santos Ángeles Custodios, como se ha hecho con todos los alcaldes. Vino a presidir el acto y todo fue correcto. El trato es afectuoso. No puedo decir más.

¿Le sorprendió el estallido del caso Mercurio?
Sí, me sorprendió. Si dijera que no, que lo veía venir, mentiría. Supongo que como a la mayoría de la gente.

¿Cómo se percibe usted el proceso soberanista catalán?
Para nosotros es sagrado trabajar cumpliendo la ley. Antes me he referido a la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado donde se establece el sometimiento pleno al ordenamiento jurídico y a la Constitución. Por tanto, esa es nuestra máxima, continuar trabajando en bien de la ciudadanía. Nunca preguntamos qué piensa cada cual cuando estamos trabajando, ni antes, ni después, ni lo preguntaremos nunca.

¿Han recibido órdenes del Ministerio del Interior al respecto?
No.

¿Qué les diría a quienes dudan del carácter democrático de la Policía Nacional y les consideran herederos de los ‘grises’ del franquismo?
Esta es la pregunta más fácil que me ha hecho y eso que algunas no lo ha sido. Mi respuesta es que vengan y nos conozcan. Que vengan y pasen unas horas con nosotros y se les habrán quitado los prejuicios. Ignoro los porcentajes de gente que tenemos en la institución, pero la inmensa mayoría no vivieron el franquismo y si lo vivieron eran muy niños. El otro día vinieron tres chichas estudiantes de periodismo, de 20 o 21 años, para un trabajo sobre el atentado de 1990. Las atendí lo mejor que pude. Mi sorpresa, error mío, fue que no sabían absolutamente nada de aquello. No tenían ni idea del atentado, cosa de la que yo estoy impregnado. Pero es que, muchos de los policías que trabajan en la Comisaría de Sabadell, tampoco vieron aquello, eran muy jóvenes; incluso, alguno no habría nacido. Por tanto, pensar que policía tenemos es de no sé cuando es un error muy grande. Sin duda, un prejuicio no tiene nada que ver con la realidad.

Fotos: David B.

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