El matrimonio argentino Yesica (39), Lucio (38) y su hijo Bautista (6), han empezado desde hace un año y tres meses un viaje que les va a llevar a dar la vuelta al mundo en bicicleta.
En esta aventura por los diferentes países hicieron parada en Sabadell hace unos días y hemos podido compartir un rato de su interesante viaje. Podéis seguirlos en Facebook.
¿Cómo empezó todo?
En realidad nace en el 2007, de estar agobiados con el trabajo en Argentina y decidimos escapar. En aquel entonces no sabíamos que aquella aventura estaba comenzando. Se empezó a abrir una nueva puerta en nuestra vida.
Queréis dar la vuelta al mundo en bicicleta. ¿Cómo surgió esa idea?
En realidad surgió más adelante. Decidimos dejarlo absolutamente todo, coger las dos bicicletas y salir en búsqueda de nosotros mismos, en un reencuentro con nosotros mismos. Necesitábamos tiempo y no tener más distracciones en nuestra vida. Al mismo tiempo no teníamos nada que mantener y estar con nosotros mismos.
¿Dónde empezó el viaje en bici y dónde lo queréis acabar?
El viaje lo iniciamos en París, hicimos unos 900 kilómetros en Francia, después seguimos hasta Bélgica dónde conseguimos un tándem, seguimos por Holanda, hicimos el Camino de Santiago desde Francia, seguimos hacia Málaga y hemos seguido subiendo por el mediterráneo, hemos hecho parada en Barcelona y estos días en Sabadell, para seguir hacía Turquía disfrutando de las costas croatas Bosnia y Grecia. Una vez en Turquía seguiremos nuestro viaje en primavera hacia Oriente Medio para llegar a Asia. Éste es el primer objetivo, después, seguiremos recorriendo, conociendo y conociéndonos.
Y en este tramo que habéis hecho por el mediterráneo, ¿qué os ha traído hasta Sabadell?
En el año 2013 estuvimos seis meses en Sabadell. Llegamos medio de casualidad, un amigo nos pidió que hiciéramos el diseño y decoración de un piso que había heredado. Aquí conocimos a gente maravillosa y siempre nos han acogido muy bien. Por eso hemos vuelto a visitar a los amigos que dejamos aquí. Pasando tan cerca de aquí no podíamos pasar de largo sin visitarles. Es una ciudad a la que también le tenemos cariño, ya que nuestro hijo cumplió aquí los tres años. De hecho, como aquí no tenía amigos, montamos una fiesta en el Parc Central dónde invitamos a todos los niños que había en el parque.
¿Es duro llevar a cabo un viaje tan largo con un niño de seis años?
Al contrario. Los niños son simples. Cumplir las necesidades de los tres al principio era un caos, pero después es totalmente maravilloso. Bautista viaja vacío de información, vive el presente, no juzga, disfruta y ve la vida con los ojos de la vida. Se permite disfrutar. Para él todo es nuevo, todo es fantástico y maravilloso. Para nosotros viajar con un niño de seis años, como es él, es un honor, porque gracias a él seguimos con el viaje y también gracias a él estamos cambiando mucho y nos quedan muchas por cambiar todavía. No somos sólo padre, madre e hijo, somos compañeros de viaje, somos un grupo y hasta a veces nos llama por nuestros nombres de pila. De momento él es el más entusiasmado en seguir con esta aventura.
¿Cómo sufragáis los gastos del viaje?
Salimos con algo de dinero ahorrado, pero en algunos destinos a los que vamos buscamos algún trabajo, hacemos atrapasueños y los vendemos. Con poco dinero que podamos juntar seguimos con nuestro viaje. También hemos encontrado por el camino mucha gente que nos ha ayudado a seguir con nuestro sueño.
A raíz de este viaje estáis preparando la edición de un libro…
Sí. El libro ya lo tenemos prácticamente acabado, se titulará La aventura nos espera, un camino al corazón. Sólo nos queda cerrar el final. Queremos compartir nuestro mensaje y nuestra experiencia con el mundo y qué mejor que hacerlo con un libro. La idea de momento es hacerlo casero. Para nosotros es un deber hacerlo y también nos va a ayudar económicamente para seguir con nuestro viaje. Hay mucha gente que nos quiere ayudar y también quiere saber qué está pasando.
¿Cuál será la siguiente parada de vuestro recorrido?
Subiremos por la Costa Brava, hasta llegar a Francia, seguiremos por la Costa Azul francesa, cruzaremos por Italia hasta llegar a las costas de Croacia y nos quedaremos en invierno por la zona de Grecia. Pero nuestra ruta está totalmente abierta. Viajamos sin mapa y sin GPS. Nos dejamos llevar por la gente y los sentimientos. Sin prisas y sin metas.
¿Una vez hayáis terminado con esta aventura, tenéis pensado que vais a hacer?
No. No sabemos lo que vamos a hacer mañana. Esperaremos que la vida nos traiga las diferentes opciones a seguir.
