Malestar en las asociaciones de vecinos de Sabadell

• El presidente de la FAV, Alejandro Oruña, cree que el consistorio les quiere ahogar económicamente.

• Esquerra Unida denuncia que la FAV lleva tres años pidiendo un cambio de local.

• El consistorio les anima a compartir local y a “cambiar de chip”.

La veintena de asociaciones vecinales que forman parte de la FAV tienen la mosca detrás de la oreja desde hace tiempo. A la bajada de las aportaciones municipales que sufren desde el año 2010 se añade lo que desde la entidad y formaciones como Esquerra Unida i Alternativa consideran trabas para acceder a un local para la entidad.

En la Federació d’Associacions de Veïns de Sabadell (FAV), en boca de su presidente, Alejandro Oruña, se sienten ahogados económicamente por el consistorio. Aseguran que las subvenciones bajaron primero de 18.000 euros a 6.000, luego a 4.000 y que para el año que viene se prevee anularlas. La FAV asegura que de llevarse a cabo la medida deberán dejar de prestar el Servei de Defensa al Consumidor, el SEDECU, por el que pasan “2.000 personas al año y que tiene una actividad muy importante”, según Oruña. El presidente asegura que detrás de todo hay motivaciones políticas:

Nos quieren ahogar porque no nos pueden controlar. Nos quieren dejar sin secretaria ni local. En todos los municipios se apoya a la FAV y aquí nos quieren matar”.

Desde hace años, la entidad paga el alquiler de un local en la calle Salut, pero con la crisis económica quieren recortar gastos trasladándose a un espacio municipal. Según el acta de la Junta de la FAV del 9 de febrero, el ayuntamiento no se presentó a una reunión para tratar el tema del local, lo que indignó a algunas entidades. A la Junta asistieron once asociaciones y algunas, como las de Can Puiggener, la Concòrdia, la Creu de Barberà o Rambla Centre, mostraron su indignación sobre la falta de novedades respecto al local. Llevan tres años de espera.

Primero localizaron un edificio municipal en la calle Comte de Reus (Covadonga) pero llevan, según ellos, tres años a la espera. “Pedimos el local y estaba vacío; al poco tiempo aparecieron allí algunas entidades por arte de magia”, dice el presidente.

Esquerra Unida i Alternativa se posicionó la semana pasada al lado de la FAV asegurando que el gobierno local (PSC) “está bloqueando la asignación de un local a la FAV”. La portavoz, Marisol Martínez, acusó al gobierno de “mantener un sistema de amiguismo, clientelismo y falta de rigor que favorece a las organizaciones que considera cercanas y en cambio castiga a las que no controla cuando les niega injustamente aquello a lo que deberían tener derecho”.

Respuesta municipal

El concejal de Relacions Ciutadanes, Lluis Monge, aseguró a iSabadell que el consistorio no tiene un local habilitado para la entidad y que no se puede permitir una inversión de tal calibre “con la que está cayendo”. Monge niega cualquier discriminación y anima a la entidad a compartir el espacio de Comte de Reus con otras asociaciones, un hecho para el que el consistorio se dispuso a mediar.

Según Monge, las entidades ya instaladas allí veían bien acoger a la FAV, entre otras cosas, porque así también se reparten los gastos comunes. “La semana pasada lo comuniqué y parece que a la FAV no le gustó demasiado la idea”, dice Monge. Finalmente, asegura que la Federación podría compartir espacios con otras asociaciones vecinales.

Finalmente, Monge asegura que todas las entidades reciben menos subvenciones que antes, y que por lo que respecta al SEDECU el ayuntamiento no puede distribuir la subvención porque era una aportación que recibían de instituciones superiores y ” también nos la han cortado”.

Todos tenemos que cambiar el chip. Ya no podemos contar con las subvenciones de antes y ya no vale lo que valía hasta ahora. La evolución pasa por compartir espacios”, dice el concejal.

¿Qué es la FAV?

La Federació d’Associacions de Veïns de Sabadell está compuesta por una veintena larga de asociaciones vecinales. En los últimos tiempos han sido habituales las quejas de algunas entidades contra lo que consideren un intento de control del equipo de gobierno hacia el movimiento vecinal.