Conversaciones con mamá

Galiana y Echanove, dos monstruos en el Principal

  • Éxito total de Conversaciones con mamá.

  • La clave: la fuerte carga emocional y su realismo.

Avalada por el éxito en diversas ciudades españolas, incluida Barcelona, aterrizó en Sabadell Conversaciones con mamá, una comedia amarga, bien estructurada y con dos actores experimentados y reconocidos: María Galiana y Juan Echanove. Éste último, después de haber interpretado a diferentes personajes cercanos a los submundos de la depravación, se mete en la piel de un buen hombre, acuciado por la crisis, pero también aguijoneado por la falta de valores que impera en nuestra sociedad.

La obra, basada en la película del argentino Santiago Carlos Oves, adaptada por Jordi Galceran y dirigida por el propio actor, no deja indiferente. Lejos de tratarse de una metáfora, indaga y hurga en la herida del maltrato a nuestros mayores, unido al consumismo desorbitado que produce un efecto muy contrario a la felicidad. Los dos mundos, el del dinero sin felicidad y el de la felicidad sin dinero se contraponen, discuten y se complementan. No obstante, la lucha es muy clara. El personaje que interpreta Echanove, Jaime, se muestra desde el principio egoísta, calculador y completamente materialista. Su madre, una María Galiana espectacular, quiere con locura a su hijo y a pesar de sus palabras, también duras, desea por encima de todo no perderlo.

Es el reflejo perfecto de esos abuelos que han tenido que cargar con los caprichos de sus hijos y que con la crisis acentúan sus miedos y sus traumas. El protagonista nunca ha contado para nadie. Solamente el dinero y su posición social han sido determinantes para lograr ese estado de aparente felicidad. Ahora, desorientado, arruinado, sin trabajo y manejado por su mujer, su suegra y sus hijos tiene que tomar una decisión en la que su madre es esencial: dejar la casa para poder pagar las deudas de su hijo.

El amor, el humor y la ternura envuelven a los dos personajes y al público. Si bien en algunos momentos la acritud de los diálogos llega directa al corazón, “Conversaciones con mamá” constituye un enjambre de cuidadas situaciones para que en el fondo podamos discernir el objetivo principal, que no es otro que el ponernos en la piel de nuestros mayores. Esa soledad intrínseca, pero generalmente plena de felicidad, que se ve en ocasiones malherida a causa de la incomprensión de los hijos. Así de claro y así de contundente. Pero no hay que menospreciar el valor que tienen los otros temas que sucinta y lacónicamente se van tocando: el amor, el adulterio, la situación de la mujer, la falta de comunicación entre padres e hijos y especialmente la muerte.

Conversaciones con mamá
Galiana y Echanove en plena actuación. Autor: David B.

Igualmente importante el papel del novio argentino de la protagonista que a pesar de no aparecer en escena interviene directamente a través de comprometidas frases y consignas en un evidente guiño al papel de la gente mayor en las protestas contra los recortes y la crisis. Su pensamiento todavía es más distante del de Jaime, pero su madre le recuerda que él mismo pensaba así a los veinte años.

María Galiana borda un papel que le viene como anillo al dedo. A punto de cumplir 80 años, su lucidez, su dicción y su porte en escena la convierten en una actriz de pies a cabeza, libre del corsé de “Cuéntame” y donde aprovecha la oportunidad de demostrar su valía. Y claro, no podía hacerlo mejor que teniendo delante a Juan Echanove, otro de los grandes actores de nuestro tiempo que también consigue embaucarnos con ese papel de cincuentón codicioso.

El inesperado giro final engrandece a los intérpretes y sienta las bases del amor entre los dos. Sus máximas se convierten entonces en definitivas, en pequeños martilleos en el cerebro para que reaccionemos sin miedo ante la adversidad. En definitiva, una obra quizás no imprescindible pero sí adecuada y con potencia, con dos buenos actores, con un escenario acertado, sencillo y creíble y con unos diálogos para pensar si la sociedad que hemos creado y en la que nos empeñamos en continuar, es la que realmente realza los valores humanos o más bien la que los destruye.

Foto portada: Un momento de la representación: Autor: David B.

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