Opinión de Josep Asensio: ‘Gracias, Manuela, por pensar en todos’

Cada vez estoy más convencido de la paranoia en la que se ve inmersa nuestra sociedad. Sería fácil hacer dos grupos: los buenos y los malos. De hecho, es ése el camino que cogemos gran parte de nosotros. Cuando surge una noticia, una propuesta, un planteamiento cualquiera, tendemos a construir dos bloques, dos trincheras en las que nos parapetamos para defendernos de los ataques del otro bando. Es más, en el momento en el que se manifiesta una tercera opinión, en vez de valorarla, nos hacemos más fuertes en nuestro lado sin que eso sirva para llegar a posibles entendimientos.

Cuando Manuela Carmena accedió a la alcaldía del ayuntamiento de Madrid muchos respiraron tranquilos, pero otros vieron la llegada de los ‘comunistas’, los ‘rojos’ y mil y un improperios con el objetivo de dañar la democracia y el voto libre de los ciudadanos madrileños. La realidad es que con ella al frente, se ha reducido la deuda un 40 por ciento en tan solo un año, aunque los periódicos afines a la derecha española ya se han encargado de escudriñar los datos para, falseándolos, indicar que eso no es del todo cierto. Es, en definitiva, el objetivo de la derecha que nos gobierna: entorpecer las propuestas que se ponen encima de la mesa y que contribuyen al bienestar de la mayoría.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.

La decisión de reducir el tráfico en el centro de Madrid como consecuencia de la alta contaminación es en sí una medida que ya se tenía que haber tomado hace tiempo. A esta ‘derechona’ se le olvida muy frecuentemente que las personas debiéramos estar por encima de todo. Unas 30.000 mueren prematuramente al año en España a causa de la contaminación y más de medio millón en Europa. Solo con este escalofriante dato, los políticos tendrían que poner todos los medios para evitar esa catástrofe silenciosa y que algunos articulistas quieren disfrazar de ridícula. Son muchos los falsos periodistas que durante los días posteriores a la medida se encargaron de disparar sus dardos envenenados contra Carmena y la concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés. Destacar uno por grotesco y esperpéntico. El de un desconocido Francisco Puch titulado La contaminación y el ridículo. Les advierto de que bajo ese tufillo facha se esconde un supuesto escritor, que descarga toda su rabia contra unas personas que solamente pretenden rebajar el peligro que acecha a sus conciudadanos. El artículo no tiene desperdicio pues no habla para nada de ese riesgo importante para la salud humana y se centra en descalificar a las dos mujeres por su ideología y por, según él, su incompetencia y su nulo conocimiento del trabajo que desarrollan. Ninguna propuesta para reducir la contaminación; ningún atisbo de intentar ofrecer soluciones. No me extraña. La mayoría de estos prepotentes que se creen algo porque escriben cuatro líneas en algún sitio solo saben disparar para entorpecer las posibles medidas que son completamente justas y necesarias. Ahora se cumplen 15 años de la prohibición de fumar en los locales públicos. La disposición tuvo el rechazo de la derecha, otra vez, y se convirtió en una manera más de atacar a José Luis Rodríguez Zapatero. Ya en ese momento la resolución contaba con un gran apoyo ciudadano. Años después ya nadie la discute.

A pesar de las afrentas de esa derecha retrógrada, Carmena ha dado el paso que los ciudadanos demandan. Las grandes ciudades europeas hace mucho tiempo que delimitaron el acceso a sus centros urbanos: París, Londres, Roma, Berlín, Ámsterdam… La capital francesa es la que ha tomado las medidas más contundentes; será porque allí la alcaldesa es ‘roja’. Pero todas ellas activan las resoluciones anticontaminación cuando se sobrepasan los límites establecidos. Éstos van desde la prohibición total de circulación a los vehículos más contaminantes a la de la alternancia según la matrícula.

Estoy convencido de que los ciudadanos estamos con los que quieren mejorar la calidad del aire que respiramos. Las directivas europeas son conscientes de este reclamo de los pobladores de las grandes ciudades. Y por eso ya no va a ser Carmena ni Colau las que impongan sus tesis sino Europa, incentivando por ejemplo el coche compartido y el eléctrico, la bicicleta, las áreas de aparcamiento a las afueras de las ciudades, el abaratamiento de los transportes públicos o su rebaja por los motivos que sean necesarios. Es un hecho que los ciudadanos vamos por delante de los que nos gobiernan y nuestro poder es absoluto. Será una casualidad, pero el grupo socialista europeo ha roto su colaboración con el popular. A mi entender, se están dando cuenta de que están absorbidos por el poder del dinero y nos han olvidado a todos. Por suerte, empiezan a surgir personas que con nuestro voto están ocupando puestos de responsabilidad en los que, por fin, piensan algo en nuestro bienestar. Gracias, Manuela.

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