Melquíades Garrido

‘El sumario de Mercurio’: Melquíades Garrido y la licencia: “Paquito, no te mueves un huevo”

EL SUMARIO DE MERCURIO

El presidente del Gremi de Constructors de Sabadell y Comarca, Melquíades Garrido, está imputado en el caso Mercurio por varias de las 31 piezas. En la número 20 lo está por tráfico de influencias. Las conversaciones muestran como Garrido maniobra en el consistorio con facilidad para agilizar un trámite. Lo hace con un concejal y varios funcionarios.

Melquíades Garrido quería solucionar la conexión a las alcantarillas de un cliente suyo al que le entraba agua al interior del garaje. En concreto en una finca de la calle Folch i Torras. El propietario era hijo de un socio suyo. Para ello, presionó al consistorio con el objetivo de agilizar la tramitación de la licencia. Y es que había que cortar la calle para proceder a la reparación, y se necesitaba un permiso.

En un momento determinado Garrido decide “dar órdenes directas sobre lo que había que hacer”, según el sumario, al concejal d’Espai Públic y sobrino suyo, Paco Bustos. El concejal se compromete a buscar el expediente y darle trato preferente. Pero días después, recibe una llamada del constructor:

Paquito, no te mueves un huevo… no mueves el huevo ni te mueves un huevo, a ver, vamos a ver, que yo ya me he estado moviendo por otros lados”.

Garrido vuelve a presionar y más adelante, le dice a Bustos que “tú ya hablarás con quien sea para que le devuelva el informe volado”. Garrido tiene prisa, él mismo contacta con varios funcionarios y finalmente recibe una llamada de una funcionaria asegurando que ya está todo solucionado. Según los investigadores una licencia de este tipo suele tramitarse en un mes. Las obras se hicieron el 27 de julio de 2011, con la supervisión personal del propio constructor, como muestran algunas fotografías tomadas por los investigadores.

Intento de estafa al seguro

Además, según los investigadores, Garrido, el aparejador (que es su yerno) y el propietario de la finca (hijo de un socio de Garrido) intentaron “estafar” a una compañía asegurando al perito que la fuga de agua era un accidente fruto del uso cotidiano. En realidad, la fuga de agua se debía a una deficiencia en la construcción.

El presunto engaño no coló y entonces el propietario de la finca intentó evadir el pago del Impuesto de Valor Añadido, quedando con Garrido de estudiarlo en persona.

Foto portada: Garrido, saliendo del Juzgado después de declarar, en diciembre. Autor: David B.

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