Oficines del Banc Sabadell

‘L’estat de la ciutat (IV)’: El banco y la caja

L’ESTAT DE LA CIUTAT (IV)

La entrada en el siglo XXI obligó a la adaptación de las dos instituciones financieras de la ciudad-fábrica, Banc Sabadell y Caixa d’Estalvis de Sabadell, a la nuevas condiciones del mercado único europeo. Mientras el banco emprendió un proceso de expansión que le ha situado entre los primeros del Estado, la Caixa, tras la fracasada fusión de Unnim, ha sido absorbida por el BBVA.

La Caixa d’Estalvis de Sabadell, la más antigua de Catalunya, nació en 1859 bajo los auspicios del fabricante Pere Turull para promover el ahorro de los obreros y la pequeña burguesía. Una entidad que, a lo largo de su dilatada historia, demostró su vocación por la acción social que se materializó con actuaciones directas como la creación de la Escuela Industrial, las promociones de vivienda social, la red de bibliotecas o la financiación de centros sanitarios como la clínica pediátrica del Nen Jesús… e indirectas, a través del mecenazgo a entidades cívicas y culturales como la Fundació Bosch i Cardellach, Joventuts Musicals o l’Agrupació Astronòmica.

El Banc Sabadell se constituyó en 1881, a instancias de un grupo de industriales, para resolver los problemas de crédito y financiación de sus empresas y hasta 1907 no operó como banca comercial. Los accionistas del banco, que en sus primeros 84 años de historia sólo dispuso de una oficina en la ciudad, eran las veinte y pico familias de fabricantes que en 1953 suscribieron un pacto de “sindicación de acciones” para asegurarse el control de la entidad y protegerla de los vaivenes de la Bolsa.

En los años del desarrollo franquista inició una prudente expansión en forma de mancha de aceite por los municipios del entorno, que culminó en 1975 con la apertura de una oficina en Madrid.  En esa etapa la entidad estuvo dirigida por un equipo presidido por Francesc Monràs, con Joan Oliu, padre de su actual presidente, en la dirección general y donde también figuraba Jesús Farrés, padre del futuro alcalde de Sabadell.

No es éste el lugar para reseguir la historia de ambas instituciones financieras. La lenta descomposición del sistema de relaciones de la ciudad-fábrica, que arrancó con la crisis industrial de 1970, experimenta su fase terminal con la entrada del siglo XXI. Tras la caída de la URSS y la apertura del mercado chino, se aceleran los procesos de integración europea, en la perspectiva de crear un mercado y una moneda única, un espacio continental de libre circulación de trabajadores y capitales.

Banc Sabadell y Caixa Sabadell, que operaban en un radio territorial limitado a la  influencia de su subcentralidad metropolitana, se veían enfrentados a los retos de la globalización. Una difícil adaptación que se resolverá de manera de bien distinta.

La operación Oliu

Josep Oliu accedió a la presidencia del Banc Sabadell en 1999 y emprendió una auténtica “revolución desde arriba” que culminó con la salida a bolsa en el 2001. Nacido en 1949, se doctoró en economía por la Universidad de Minnesota y ejerció de catedrático en la Universidad de Oviedo en 1982. Oliu fue llamado por el gobierno socialista de Felipe González para ejercer tareas de dirección estratégica en el Instituto Nacional de Industria (INI), entre 1983 y 1986, cuando dejó el cargo para desempeñar funciones de secretario técnico del Banc Sabadell. Tras cuatro años de inmersión en la entidad, en 1990, sustituyó a su padre en la dirección general y en 1996 participó en las exitosas operaciones de compra del NatWest España y del Banco de Asturias.

Josep Oliu, presidente del Banc Sabadell. Autor: BS
Josep Oliu, presidente del Banc Sabadell. Autor: BS

 

Investido de plenos poderes y tras renovar al equipo directivo, buscó alianzas estratégicas con otras entidades para preparar la salida a bolsa, consciente que la pequeña dimensión de la entidad podía convertirla en una presa fácil para otros bancos. En el 2000 se formaliza el intercambio de acciones con el Banco Comercial Portugués (8,5%) y La Caixa  (15%) que se convierte temporalmente en el accionista mayoritario hasta la desinversión pactada en 2006. Una prueba de la confianza de la Caixa en el equipo Oliu es su renuncia a ocupar los puestos que le correspondían en el consejo de administración. Al mismo tiempo, compra el Banco Herrero con la primera red de oficinas de Asturias y gran implantación en León.

Frente a las reticencias de los sectores tradicionales, la salida a bolsa fue todo un éxito. El primer día las acciones triplicaron el valor de salida lo cual le otorgó un precio de mercado de 4.000 millones de euros. En pocos días, algunas de las 23 familias de la vieja burguesía realizaron fabulosas plusvalías.

Banc Sabadell dejaba de ser el instrumento financiero de los industriales de la ciudad-fábrica para convertirse en un nuevo banco que buscaba su espacio en los nuevos escenarios globales y que trasladó sus servicios centrales a Sant Cugat, junto a la B-30.

La globalización del Banc Sabadell

Desde entonces, la entidad refundada inicia un sostenido crecimiento. En principio, se presentó como un banco mediano, especializado en el crédito y los servicios financieros a la pequeña y mediana empresa, pero ha acabado a través de sus bancos, marcas comerciales, filiales y sociedades participadas en intervenir en todos los ámbitos del negocio bancario.

A final del 2003 se cerraba la OPA por el 100% del Banco Atlántico, una operación de gran envergadura que le catapultó a la cuarta posición del Estado y le reportó su inclusión en el selectivo IBEX 35 de la Bolsa madrileña. En 2006 adquirió el Banco Urquijo, una de las entidades más veteranas del sector y especializada en servicios a la banca privada, en  2010 se hizo con el control del Banco Guipuzcoano con su importante red de oficinas en el País Vasco, Navarra y La Rioja. La expansión peninsular se completa con la reciente adjudicación de Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) con un millar de sucursales en el País Valenciano y Murcia que le confiere una dimensión que prácticamente lo blinda frente a operaciones hostiles de fusión.  Además, posee el 51% del capital de Banco Sabadell de Andorra cuya propiedad comparte con accionistas locales.

Junta General de Accionistas de Banco Sabadell 2011. Autor: BS
Junta General de Accionistas de Banco Sabadell 2011. Autor: BS

Paralelamente, no descuida sus inversiones en el extranjero, particularmente en Estados Unidos. Así adquiere TransAtlantic Bank (2007), Mellon United National Bank (2009) y Lydian Private Bank (2011) los tres con sede en Miami. Para coordinar sus intereses en Estados Unidos creó en el 2010  la marca comercial Sabadell United Bank. Además, en  2008 suscribió una alianza estratégica con el grupo asegurador Zurich.

La fuga hacia delante de Caixa Sabadell

Manuel Grau abandona la presidencia en 2002 tras una gestión caracterizada por la moderación y la prudencia. La entidad tenía uno de los menores índices de morosidad de España (0,55%), un “nuevo mínimo histórico”, con operaciones orientadas a la “captación de ahorro y financiación de empresas”.

El nuevo presidente, Lluís Brunet, imprimió un giro radical en la política de la entidad. Al acabar el primer año al frente de Caixa Sabadell, el 77% de las operaciones crediticias iban destinadas a promotores inmobiliarios e hipotecas a compradores finales de vivienda (La Vanguardia). Se inaugura un vertiginoso periodo de crecimiento y apertura de nuevas oficinas que se prolonga hasta el 2006 cuando obtuvo un beneficio neto de 58 millones de euros, con un incremento anual del 18% y 621.790 clientes, 24.753 más de los que el 75% eran inmigrantes.

Según algunos analistas Caixa Sabadell llegó tarde y mal al sector, cuando ya se habían realizado las operaciones inmobiliarias más rentables. Por ejemplo, ‘La Caixa’ adquirió en 1991 la inmobiliaria Colonial, controlada por el Banco Central, e hizo fabulosos beneficios hasta abril de 2007. A muchos les extrañó que se desprendiese de tamaña máquina de hacer dinero, cosa que la entidad justificó por la necesidad de liquidez para sus inversiones en el sector de la energía. En septiembre de 2008 estallaba la burbuja inmobiliaria y al acabar el año Colonial acumulaba deudas de 8.500 millones de euros.

Salvador Soley y Lluis Brunet. Fuente: Ràdio Sabadell
Salvador Soley y Lluis Brunet. Fuente: Ràdio Sabadell

A principios del 2007, Salvador Soley toma el relevo a Brunet, pero eso no significó cambios en la estrategia empresarial y se continuó invirtiendo en el ladrillo. Prueba de ello es el ambicioso Plan Estratégico (2007-2009) que preveía ampliar oficinas, doblar el beneficio neto y alcanzar los 100 millones de euros en el bienio.

La fusión

El informe de finales del 2006 de la agencia de calificación Ficht aun otorgaba una buena nota a Caixa Sabadell, por “su volumen de capital y patrimonio, así como su sano grado de rentabilidad y capitalización” pero advertía de “la concentración del riesgo en el sector inmobiliario y de la construcción”.

En efecto, la crisis de las subprime golpeó con particular virulencia a una entidad que había puesto casi todos sus huevos en la misma cesta hipotecaria. Las cajas de ahorro españolas, que carecían de recursos propios para satisfacer el hambre de crédito inmobiliario, recurrieron al crédito de bancos europeos. La quiebra de las empresas promotoras y el impago de hipotecas elevaron a niveles históricos las ratios de morosidad y aumentaron las dificultades para pagar a los acreedores extranjeros.

La seu central de l'antiga Caixa Sabadell, fa uns dies.
La sede central de la antigua Caixa Sabadell, hace unos días.

 

En junio de 2009, bajo la supervisión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, el FROB, organismo del Banco de España creado para restructurar el sistema bancario, Caixa Sabadell inicia un proceso de fusión con las caixes de Terrassa, Manlleu y Girona (que después se desvinculó del proyecto y acabó absorbida por “La Caixa”). Una operación discutible pues reunía a entidades afectadas por problemas semejantes y del mismo ámbito territorial, como en el cuadro La parábola de los ciegos de Bruegel, el Viejo. En cualquier caso, en julio de 2010 se pone en marcha Unnim y su reconversión en banco (Unnim Banc) que se verifica un año después.

La intervención

A pesar de las declaraciones optimistas de sus directivos, las malas puntuaciones de las agencias de calificación, que situaban a Unnim casi en el mismo nivel del bono basura, y el suspenso en la primera prueba de esfuerzo bancario de la Unión Europea determinaron que la entidad se acogiese a la primera ronda de ayudas del FROB que le inyectó, en julio de 2010, 380 millones de euros. Pero no a fondo perdido, sino en participaciones preferentes y convertibles de compra.

Unnim
La operación Unnim ha descarrilado. Fuente: Cinco Días

Unnim volvió a suspender la segunda prueba de esfuerzo de la UE y para garantizar su solvencia debía aportar 568 millones de euros adicionales. En el verano de 2011 los directivos de Unnim se afanaron inútilmente por reunir esa cantidad en los mercados de capital. Finalmente, el 30 de septiembre el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, anunció que el Estado pondría los 568 millones, más un euro simbólico, lo cual se consideraba el justiprecio por el 100% de sus acciones. Días después se comunicaba la destitución de los directivos de la entidad que sería gestionada por un directorio nombrado por el FROB con el objetivo de gestionarla cara a la subasta prevista para el primer trimestre del 2012.

La subasta

Pocas semanas antes de la subasta se hicieron públicas las cifras de tercer trimestre del 2011, con pérdidas de 107 millones de euros que mostraron la quiebra de la entidad vallesana, atribuida al deterioro de la cartera crediticia e inmobiliaria, con un alto índice de morosidad (8,3%) que se había incrementado en casi tres puntos respecto al ejercicio anterior, en violento contraste con las cifras de partida de la etapa Grau.

Finalmente, el 7 de marzo, el Banco de España se decantó por el BBVA frente a los otros competidores: Banco Popular, Santander e Ibercaja que luchó hasta el final. Para algunos analistas, esta decisión se explica porque era la opción menos costosa para el Estado. Según otros, responde a la estrategia del BBVA de implantarse sólidamente en el mercado catalán. La adquisición de Unnim sería el primer paso en esa dirección que se confirmaría si se hiciese con el control de Catalunya Caixa que, con Novacaixagalicia, será la próxima a salir a subasta. Entonces se convertiría en el segundo banco de Catalunya, sólo por detrás de “la Caixa”.

Sueldos de escándalo

Por esas fechas se publicaron las indemnizaciones y pensiones vitalicias millonarias de los directivos de las entidades financieras receptoras de ayudas públicas que habían cesado tras haberlas conducido a la ruina.

En el caso de Unnim ascendían a ocho millones de euros a repartir entre Enric Mata, durante tres décadas al frente de Caixa Terrassa, que se adjudicó la mitad de esa bonita cantidad; el resto se lo repartieron entre Dídac Herrero, exdirector general de Caixa Manlleu y exdirector general adjunt d’Unnim, y cuatro directivos de Caixa Sabadell, Josep Maria Coma, Emili Pané, Lluís Faura y Antoni Cruz. La Oficina Antrifrau de Catalunya abrió una investigación sobre el asunto que finalmente resultó archivada.

Sometido a la presión del escándalo, el 30 diciembre del 2011, el Banco de España hizo públicas las retribuciones de los directivos de las entidades beneficiadas con ayudas públicas. El director general de Unnim, Jordi Mestre, cobró 963.540 euros en 2011, el director general 283.270 y los consejeros y resto de directivos entre 240.000 y 150.000 (El País 30/12/11). Unas cifras ante las que sobran comentarios.

Interrogantes

La adjudicación del BBVA a Unnim no despeja una serie de graves interrogantes para la ciudad. Unos están relacionados con las participaciones de Unnim en otras instituciones como el Hospital Taulí, Banc Sabadell o la Companyia d’Aigües de Sabadell (CASSA). Otros conciernen al destino de la Obra Social y la labor de mecenazgo.

Espai Natura d'Unnim, al bosc de Can Deu. Autor: Obra Social Unnim
Espai Natura d'Unnim, en el bosque de Can Deu. Autor: Obra Social Unnim

Respecto al primer punto es probable que el BBVA mantenga la participación en el Taulí, y negocie con BS la adquisición de estas acciones. Más complicada se presenta la situación en CASSA, la segunda distribuidora de agua potable de Catalunya, con mayoría de capital local y última joya de la ciudad-fábrica. CASSA superó la OPA lanzada en verano de 2010 por Aigües de Barcelona (AGBAR), propiedad de una multinacional francesa del sector. Probablemente, AGBAR presentará una oferta por las acciones de Unnim que le darían el control de CASSA que al BBVA podría interesarle para enjugar la parte del pasivo de Unnim (20%) que le corresponde asumir.

Las tres cajas vallesanas segregaron en el proceso de fusión sus obras sociales para preservar su identidad local bajo la figura jurídica de las fundaciones. Por tanto, el BBVA no las ha absorbido y carece de vinculación con ellas, ni tiene la obligación de reinvertir en ellas parte de sus beneficios. En teoría, la Fundació Caixa Sabadell posee unos activos, valorados en cien millones de euros, que habrían de generar los ingresos suficientes para asegurar su supervivencia. En la práctica, los agentes políticos y sociales afectados han manifestado serios temores y han apelado piadosamente “al sentido de la responsabilidad” y a la “sensibilidad social” del BBVA.

En noviembre del año pasado, los alcaldes de Sabadell, Terrassa y Manlleu difundieron una declaración conjunta reclamando la preservación de las respectivas obras sociales, producto del ahorro de  muchas generaciones de sus conciudadanos. De momento, los nuevos propietarios se han mostrado receptivos a estas demandas, pero recordando que no tienen ninguna obligación legal de ello. Una cuestión de gran importancia que debería ser objeto de un pormenorizado seguimiento.

La globalización del Banc Sabadell y la liquidación de Caixa Sabadell extienden el certificado de defunción a las estructuras financieras autónomas de la ciudad-fábrica.

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