Un grupo denominado Mateu Morral colocó este viernes un explosivo en la catedral madrileña.
Cogen prestado el nombre de un histórico sabadellense, que atentó contra el rey Alfono XIII.
Historia y actualidad se funden este viernes en un suceso acaecido en Madrid. El ‘Comando Insurreccionista Mateu Morral’ reivindicó la colocación de un explosivo en la catedral de la Almudena. El suceso no fue a más, al ser desactivado por la policía. El comando, de nueva aparición, se basa en un insigne sabadellense que incluso tuvo calle en nuestra ciudad. ¿Quién era?
Un grupo autodenominado Mateu Morral ha reivindicado este viernes la colocación de un artefacto explosivo encontrado y desactivado el día anterior en la catedral madrileña de la Almudena. El grupo anarquista, que quiere “dar caña a la monarquía borbónica en sus lugares sagrados” coge el nombre prestado de un símbolo histórico del anarquismo: el sabadellense Mateu Morral.
Hijo de la burguesía textil, políglota y viajero, quizás el perfil del sabadellense Mateu Morral no era el esperado para un anarquista dispuesto a jugarse el pellejo para acabar con el monarca el día de su boda con Victoria Eugenia. Pero a menudo la realidad escribe buenos guiones. Mateu Morral Roca hizo suyo el anarquismo después de un viaje a Alemania. A la vuelta, dejó el negocio familiar y empezó a trabajar con Francesc Ferrer i Guàrdia, pedagogo y anarquista. El 1906 decidió atentar contra el Rey.
Pese a su perfil intelectual, optaba por el anarquismo de acción. Fabricó una bomba casera y la ocultó en un ramo de flores. El 31 de mayo, al pasar la comitiva real con Alfono XIII y Victoria Eugenia, celebrando el enlace por la calle Mayor de Madrid, lanzó el artefacto. Fue en un punto no demasiado lejano a la catedral de la Almudena. Morral no consiguió su objetivo: el ramo dio en el tendido del tranvía y el monarca salió ileso pero una veintena de personas murieron y más de cien fueron heridas.
La historia de Morral acabó mal para él, aunque fue duro de pelar. Consiguió escapar de Madrid, pero fue detenido en un pueblo cercano al ser reconocido en una venta donde pidió algo de comer. Se entregó pacíficamente, pero mientras era conducido al cuartel más cercano sacó un revólver y mató al guarda jurado Francisco Vega. Después decidió suicidarse. Tenía 26 años.
Ensalzado en la República; olvidado después
Durante la Segunda República, la figura de Morral fue ensalzada, especialmente en el periodo del Frente Popular. En plena Guerra Civil, Sabadell substituyó la Avenida Alfonso XIII, luego Vía Massagué, por la Avinguda Mateu Morral. Según el nomenclátor, la Avinguda de Mateu Morral estuvo vigente desde el 6 de enero de 1937 hasta el 27 de mayo de 1939. Hoy en día, esta calle es de nuevo la Vía Massagué. Otras ciudades, como la propia Madrid, también incluyeron en su callejero al anarquista sabadellense.
Héroe trágido del anarquismo
En cambio, durante el franquismo, la historia de Morral quedó en el olvido, hasta el punto que en los años 90 sus propios sobrinos viajaron desde Estados Unidos a Sabadell para profundizar en su caso y el de su familia, como explicó el periodista Víctor Colomer en un ‘Cara a Cara’ del Diari de Sabadell. Morral, de familia industrial téxtil, terrorista para unos y referente idealista para otros, se convirtió para el anarquismo en un héroe trágico. Así se llamó la biografía que el historiador (también sabadellense) Eduard Masjuan dedicó a su figura el año 2009 en la Editorial Icaria.
Ahora, 107 años después que su nombre saltara a la actualidad española, un extraño grupo autodenominado insurreccionista coloca al anarquista sabadellense en pleno siglo XXI. Un grupo que pretende, según asegura en su comunicado, “dar caña a la monarquía borbónica” pone como ejemplo al sabadellense que quiso acabar con Alfono XIII el mismísimo día de su boda.
