Carlos-Eloy Figueira, cónsul adjunto de Venezuela en Barcelona: “Venezuela resistirá”

Nacido en La Guaira (Venezuela) hace 57 años, es catedrático de computación por la universidad pública Simón Bolívar. Desde el 2003 hasta el 2007 trabajó, desde la Universidad, como asesor del gobierno en materia de sistemas electorales. A partir del 2007 pidió la excedencia para colaborar como alto cargo en la política tecnológica del ejecutivo venezolano. Fue viceministro de Ciencia y Tecnología durante un año. Está casado y es padre de tres hijos.

Le entrevisto en el Casal Independentista Can Capablanca el pasado viernes donde vino a impartir la conferencia titulada Venezuela, ni cop d’Estat ni ingerències.

¿Desde cuándo ejerce de cónsul adjunto de la República Bolivariana de Venezuela en Barcelona?
Me postulé en el 2016 para ocupar esta plaza y me inicié en el campo de la diplomacia en marzo 2016 cuando llegué a Barcelona.

¿Cuáles son los cometidos de su cargo?
Los consulados, a diferencia de las embajadas, tienen esencialmente una función administrativa, no política. Nuestra principal tarea es atender a los ciudadanos venezolanos.

¿Cuántos venezolanos residen hay en Catalunya y cuál es su el perfil?
El consulado tiene registrados entre 30.000 y 40.000 venezolanos en Catalunya. Es un registro que no es preciso pues no refleja exactamente la cantidad de venezolanos que viven aquí. Hay algunos que tienen doble nacionalidad y no que ven la necesidad de registrarse. Otros están estudiando temporalmente y tampoco ven la necesidad de registrarse. Además hay gente que se muda a otros lugares de España y no avisan. Nosotros creemos que hay más, pero no tenemos criterios fidedignos para comprobarlo.

¿Cuáles son las gestiones más frecuentes que se tramitan en el consulado?
Sobre todo la fe de vida que es un trámite que hace una persona que está pensionada o jubilada y cada año debe notificar a la institución que le paga. El otro trámite está relacionado con cuestiones de identidad como pasaportes o poderes.

¿En su opinión cuál ha sido la recepción de la revolución bolivariana en la sociedad catalana?
Barcelona tiene una gran tradición libertaria y combativa que se remonta a siglos. Percibo que la recepción que se da a la revolución bolivariana es muy interesante. Todos sabemos que el ataque de los medios de comunicación está erosionando esa simpatía de mucha gente no informada sobre la situación en Venezuela. Nosotros tenemos una excelente relación con los movimientos de solidaridad latinoamericanos y con las organizaciones progresistas de amplio espectro que ven la revolución bolivariana como algo que hay que defender y preservar porque tiene implicaciones internacionales que nos competen a todos. Al menos en el espacio de acción del mundo hispanoamericano.

¿En qué se diferencia la revolución bolivariana de otras experiencias de transformación socialista?
La revolución bolivariana tiene muchas particularidades desde su inicio. El comandante Chávez, el líder que la impulsó, venía del mundo militar. Intentó un golpe de Estado en 1992, fue preso, cuando salió de prisión decidió iniciar una carrera electoral para lograr la transformación del país por la vía democrática. En ese momento Chávez tenía un discurso que era muy inclusivo. Después del golpe de Estado de 1992 había generado un gran interés en la población donde existía un gran desprestigio del sistema político, como consecuencia de una campaña que se hizo desde los ochenta y noventa desacreditando todo lo que era político para que fuera el capital quien dirigiera el país y las empresas y no los pueblos.

Carlos-Eloy Figueira. Autor: David B.Chávez basó su campaña en el mensaje de refundar la república a través de una asamblea constituyente. La forma como asumió su derrota en el golpe de Estado, que nunca son buenos, y como se responsabilizó de su participación en él, despertó a la gente y eso explica su éxito electoral. Entonces recibió el apoyo de sectores de la oligarquía, de los medios de comunicación que fueron muy importantes para que llegara al poder. Una vez en el poder su deseo, su plan, fue refundar la república cosa que se hizo y puso los engranajes para que pudieran girar en la dirección más correcta. Inicialmente no llegó al poder con una política de perfil ideológico claro. Era una política de inclusión, de ocuparse de los problemas esenciales de la población, de reforzar la identidad venezolana, los valores patrios, la confianza…Era un gobierno de regeneración democrática.

Luego empezó a tocar intereses, para darle las cosas que necesitaba el pueblo, de la oligarquía que había secuestrado los recursos en su beneficio y solamente daba migajas al pueblo. Intereses tan sencillos como una Ley de Tierras, que seguramente en Estados Unidos es mucho más dura que la de Venezuela, como por ejemplo definiendo lo que era un latifundio. Aquí empezó la reacción desde muy temprano. En 1999 se forma la constituyente con una altísima participación. En el 2000, con la Constitución aprobada, comienzan las primeras protestas.

En el 2001 se empiezan a aprobar las primeras leyes para adecuarlas a la nueva Constitución y se inician las protestas organizadas. Después le hacen un golpe al presidente Chávez. Después del golpe frustrado, como lo será este también, se da cuenta de quienes habían organizado el golpe: la cúpula militar, los dirigentes de la empresa petrolera, el embajador gringo, Aznar y los medios de comunicación. Entonces empezó a virar hacia la izquierda.

La oligarquía pensaba que podía manejarlo para que nada cambiara, en una especie de gatopardismo. El presidente Chávez percibe la ruptura que debe realizar para ir no a una revolución únicamente moral, sino hacia una revolución real que tocara los intereses y el sistema económico. Entonces es cuando empieza a hablarse del socialismo del siglo XXI, de la tercera vía. Es decir, buscando una vía al socialismo que aprendiera de lo que había funcionado en el socialismo en el siglo XX para adaptarlo a los nuevos tiempos. Todo ello se produce en un contexto en el que la izquierda había desaparecido, y todos, como el italiano, andaban cambiando de nombre, escurriendo el bulto. Esa época terrible del llamado pensamiento único y Chávez plantea una propuesta de repolitización.

En el plano teórico, en las propuestas de transformación, es un viento fresco. Una nueva luz que sale de ese país pequeñito, pero con mucho petróleo, hacia el mundo progresista, aunque suene pedante decirlo. Chávez fue el primero, porque luego vieron Kichner, Lula, Correa…En fin, incluso con incidencia en países de fuera de América Latina donde genera una sensación de esperanza y es una gran referencia para los partidos de izquierda de todo el mundo.

A menudo se publican noticias sobre el desabastecimiento de alimentos y medicinas en su país ¿Por qué con los ingresos derivados del petróleo no ha sido posible crear empresas estatales de adquisición, producción y distribución de productos de primera necesidad?
Existe un problema económico real en Venezuela que proviene de factores internos y externos. Mucha gente recrimina eso a la revolución bolivariana ¿Por qué no expropiaron todas las empresas? ¿Por qué no hicieron esto o lo otro? Hay diferentes razones que se han de tener en cuenta. Cambiar la cultura de cien años viviendo del petróleo, no se hace en diez años. El presidente Chávez, como cualquier gobernante, ante cualquier emergencia recurrió al petróleo. Se hicieron varios intentos desafortunados, con algunos éxitos, para fortalecer una industria nacional, por lo menos la alimentaria. Se hicieron esfuerzos sobre todo en la parte agrícola que han sido poco eficaces. Es difícil opinar, lo que puedo decir de las cosas que sé, es lo complejo que resulta tomar medidas demasiado rápidas, movidos por la urgencia.

Carlos-Eloy Figueira. Autor: David B.Por otro lado, tenemos una burguesía nacional acostumbrada a beneficiarse del dólar, sin introducir ninguna divisa; simplemente reciclando los dólares para lavarlos afuera. Las empresas privadas venezolanas tienen más de 600.000 millones de dólares en el extranjero. Esa burguesía invertía una pequeña parte en Venezuela y el resto lo sacaba fuera del país aprovechándose del Estado. Porque quien produce los dólares en Venezuela es el Estado a partir del petróleo, pues el Estado es el propietario del petróleo y los recursos minerales. Y cuando desaparece esa élite formada por cooptación, se cae todo, pues se vivía de ese dólar barato. Existen unas redes internacionales que viven de extraer esas divisas que se generan desde el petróleo. Tanto es así que la petrolera que se nacionalizó en 1976 y funcionaba con patrones gringos, era un poder paralelo y no rendía cuentas al Estado. Cuando, en el 2013, los dirigentes de esa empresa abandonan sus puestos de trabajo, se afrontó una situación muy difícil. Ni siquiera se conocían las cuentas que estaban diseminadas por todo el mundo.

¿Cómo valora el ultimátum y el posterior reconocimiento de Juan Guaidó por parte del gobierno español?
Desde el punto de vista concreto y real por ahora no ha pasado nada. El embajador sigue trabajando en la embajada normalmente. Los consulados continúan operando como siempre. Nuestro embajador ha criticado en los medios lo erróneo de la decisión que ha tomado el presidente Sánchez. Para nosotros no ha tenido ninguna implicación. Lo cual no quiere decir que no pueda tenerla en el futuro. En principio, Venezuela ha dicho que no va a tomar medidas contra España, pero estas decisiones se toman día a día, cuando pasan cosas se toman posiciones. Así lo que digamos hoy, mañana puede cambiar.

 ¿Qué ocurriría si Guaidó nombrase embajadores y cónsules en España? ¿Cuál sería la situación de la actual representación diplomática venezolana?
Las relaciones diplomáticas están reguladas por la Convención de Viena. Macri, el presidente de Argentina, recibió al embajador que designó el presidente de la Asamblea Nacional, autoproclamado presidente, Juan Guaidó. La recepción quedó en eso, en un gesto político, pero a efectos prácticos no pasa nada. Para que pase algo, según la Convención de Viena, se tienen que cumplir una serie de protocolos. Si mañana viene alguien al consulado diciendo que ellos son los nuevos cónsules, nosotros llamaríamos a la Policía Nacional y ésta va a tener que sacarlos, porque no tienen ninguna acreditación del Ministerio de Asuntos Extranjeros y de Cooperación de España que, a su vez, no nos las ha retirado a nosotros. El ambiente no está para eso todavía, aunque no excluyo que pueda haber ese tipo de movimientos.

¿A qué atribuye que la Generalitat de Catalunya no se haya pronunciado sobre la crisis venezolana y el reconocimiento del gobierno español a Guaidó?
Como punto de partida debo decirle que no nos pronunciamos en cuestiones de política interna española. Lo único que puedo decirle es que en Catalunya se viven momentos muy complejos. Por tanto, no es de extrañar que vayan con pies de plomo todos los que tienen responsabilidades políticas con cualquier aspecto externo respecto a Catalunya y al Estado español.

Carlos-Eloy Figueira. Autor: David B.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cree usted que habrá una intervención militar en su país o se trata de una táctica de presión para desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro?
Hasta hace nada mi opinión siempre había sido que era el estilo de Trump y del Pentágono que es quien realmente gobierna ese país, de amenazar a cualquier país del planeta, de intimidar y presionar.

A Estados Unidos le gustan las guerras fáciles. Venezuela es un país geopolíticamente muy importante, por sus recursos y por la red de alianzas establecidas por el presidente Chávez. Venezuela siempre ha sido un miembro importantísimo del Movimiento de los No Alineados. Por tanto, intervenciones extranjeras son complicadas por sus repercusiones en China o en España. Además, desde Chávez, que era militar, Venezuela dispone de una serie de armamentos estratégicos muy importantes que pueden hacer mucho daño a cualquier intento de invasión. Creo que no va haber intervención militar.

Para eso está Colombia, un títere que va a montar escaramuzas en la frontera diciendo que el ELN manda en Venezuela. Colombia es el payaso que va a salir al escenario a hacer el trabajo sucio.

¿Le parece que el grupo de diálogo propuesto por los gobiernos de México y Uruguay puede abrir una vía para la solución de la crisis?
El presidente Maduro apoya todas las iniciativas de diálogo. Dada la composición de los miembros de ese grupo, la cosa pinta mal. Se trata de una iniciativa casi heroica de Uruguay y México. De 14 países, hay cuatro que no reconocen a Guairó y 10 que sí lo reconocen. Hoy, en la primera reunión, ya se vio que la prepotente y servil Europa llegó sin ánimo de cambiar lo que ya estaba proponiendo. Quiero pensar que el primer día es el de las declaratorias, de tanteos. Nosotros esperamos que se logre crear un protocolo como el que están proponiendo México y Uruguay y que los países europeos se acerquen a ese protocolo.

Da la impresión que, tras un periodo de gobiernos de izquierda en Latinoamérica, se está produciendo un giro a la derecha como ejemplifica la victoria de Jair Bolsonaro en Brasil ¿A qué atribuye este fenómeno?
Aquí hay un aprendizaje importante para toda la izquierda. Hemos cometido errores importantes. Siempre hay que tener en cuenta el factor interno y el factor externo. El factor externo no cesa, constantemente boicoteando. Obviamente, Estados Unidos ha trazado un plan que le ha venido muy bien. Es lo que se llama la creación del law fair, la nueva herramienta de poder y de subversión. Se trata de utilizar el poder judicial, así se hizo en Brasil con Dilma Rousseff y Lula y no pasó nada. Usted vio que el presidente de aquí o de algún país de Europa dejó de tener relaciones o pidió intervención militar, declaró ilegítimo o usurpador. En Argentina a un presidente que se enfrentó duro a los medios, los medios lo derrumbaron. Una buena parte de los argentinos están convencidos que los Kichner robaron todo el oro del mundo, a pesar de las evidencias y los juicios perdidos. No hay forma, pero Macri se va hundir solo. López Obrador en México ha venido a romper esa mala racha y esperamos que Evo Morales sea reelegido este año en  las presidenciales de Bolivia. Y Venezuela resistirá.

Fotos: David B.

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