Foto portada: façana de l'ajuntament de Sabadell.

Análisis: ‘Los pactos: probables, improbables e irreales’

En este texto se contemplan las ventajas e inconvenientes de las diversas combinaciones de pactos postelectorales para la investidura del alcalde y  la constitución del nuevo ejecutivo local.

 Las elecciones municipales del 24M arrojaron un resultado complejo y difícil de gestionar, aunque con un mensaje claro. El hundimiento del PSC, liderado por Josep Ayuso, indicó que la ciudadanía se decantaba por un cambio de ciclo político que situase a los socialistas en la oposición. Justamente, la pérdida del poder parece ser la condición necesaria para que el PSC emprenda la operación de regeneración democrática pospuesta desde el estallido del caso Mercurio.

Ahora bien, el cuádruple empate a cuatro concejales entre Unitat pel Canvi (UpC), ERC, Crida per Sabadell y CiU, así como los dos ediles obtenidos contra pronóstico por Guanyem Sabadell, encabezada por Marisol Martínez, exportavoz de EUiA, plantea un escenario complicado tanto en lo que respecta a la sesión de investidura como sobre todo a la formación del gobierno municipal.

En principio, la composición del nuevo Consistorio permite diversas combinaciones cuyos beneficios y perjuicios pasamos a analizar.

Frente soberanista

Esta opción comportaría un ejecutivo local formado por ERC, Crida y CiU que sumaría 12 de regidores y que debería contar con el apoyo exterior de UpC y/o Guanyem Sabadell para alcanzar los 14 ediles que otorgan la mayoría absoluta. Una fórmula que tendría, sin duda, una coherencia interna basada en el eje nacional y que ha sido defendida por ANC-Sabadell per la Independència (más info:Volem un govern sobiranista amb un alcalde independentista”).

Ahora bien, esta opción tiene el inconveniente que la cuestión nacional no fue el eje de la campaña de las municipales y que el documento firmado a instancias de la sección local de la ANC no contemplaba la formación de un gobierno local de estas características. Además, está fórmula ha devenido inviable desde que la Crida ha explicitado su voluntad de no participar en un ejecutivo donde esté presente CiU.

Gobierno regeneracionista

Otra posibilidad, también dotada de coherencia interna, es la derivada de un ejecutivo local formado por las fuerzas que durante el pasado mandato mantuvieron una postura beligerante respecto al caso Mercurio y a las prácticas caciquiles de Manuel Bustos y sus herederos políticos.

Este hipotético ejecutivo estaría formado por UpC, ERC, Crida y CiU donde incluso podría integrarse o dar apoyo exterior Guanyem Sabadell. Se trata de la opción que contaría con una base más amplia (16 regidores) y que ha sido defendida por ERC (más info: ‘ERC trenca el gel i proposa un govern de consens‘) y por el colectivo autodenominado Senat Sabadell (más info: ‘Recullen signatures a favor d’un govern 4×4 d’Unitat pel Canvi, ERC, Crida i CiU‘).

No obstante, la negativa de UpC y Crida de compartir ejecutivo con CiU también convierte en impracticable esta opción.

Ejecutivo de izquierdas

La negativa de UpC y Crida formar un gobierno de coalición con CiU convierte esta opción en la más probable. Se trataría de un ejecutivo formado por UpC, ERC y Crida que sumaría 12 ediles y que necesitaría del apoyo en la investidura de CiU y/o Guanyem y que ha sido defendida por Procés Constituent (más:Procés Constituent demana a les esquerres que pactin’). En realidad, UpC propuso incluir en este gobierno a Guanyem. Sin embargo, ni ERC ni Crida se han mostrado partidarios de incluir a la formación liderada por Marisol Martínez.

En principio, esta fórmula es la que parece recoger mejor el sentido del voto de la ciudadanía el pasado 24M. No obstante, también presenta sus inconvenientes.

El principal radica en las sombras de duda sobre la representatividad de UpC, gran parte de cuyo éxito radicó en proyectarse como la formación donde estaba incluida Podemos, cuando ni sus bases ni la dirección catalana avalaron el pacto con ICV-EUiA. Tanto es así que la Junta Electoral de Zona emitió una resolución obligando a los interventores y apoderados de UpC a quitarse las pegatinas donde figurase el nombre de Podemos y que se abstuviesen de indicar a los electores que representaban al partido de Pablo Iglesias (más: ‘Més incidències al 24M‘). Además, la desobediencia de la dirección local de Podemos a los dos requerimientos de la Comisión de Garantías del partido ha derivado en la incoación de un expediente disciplinario que podría conllevar la expulsión de los dos concejales electos y los otros miembros de Podemos que figuraron en la lista de UpC.

Esto constituye un factor de inestabilidad del hipotético gobierno de izquierdas y un imponderable para la nueva etapa que debería estar presidida por el principio de la regeneración y transparencia democrática. Un problema aún más pronunciado en la caso de Guanyem que suplantó los lemas y slogans propios de Podemos.

La cuestión de la alcaldía

En la hipótesis de la constitución de un gobierno tripartito de izquierdas UpC, ERC y Crida, que necesitaría para la investidura del voto de los regidores de CiU y/o Guanyem, queda pendiente la cuestión de quién ostentaría la alcaldía.

Aquí se plantean dos hipótesis. La primera sería una alcaldía rotatoria entre las tres fuerzas políticas lo cual plantea no pocos problemas pues exige una gran confianza entre dichas formaciones que ahora no existe. Además, a raíz de los incidentes de la jornada electoral se han producido una cierta tensión entre UpC y Crida que dificulta este acuerdo.

La segunda sería otorgar la alcaldía al cabeza de lista una de estas tres formaciones con ciertas condiciones que irían desde la creación de dos potentes tenencias de alcaldía con grandes atribuciones para compensar la concesión de la alcaldía a una de ellas. Otra podría consistir en que la persona designada para ejercer la alcaldía en este mandato se comprometiese a no presentarse a la reelección.

En cualquier caso, Juli Fernández, cabeza de lista de ERC, parece estar en la mejor disposición para ser designado alcalde. Ello a pesar que, en principio, el número uno de la lista de UpC, Joan Berlanga, tendría argumentos para aspirar a ello al ser la segunda fuerza más votada y ERC la tercera. No obstante, el problema planteado por la indicada cuestión de Podemos, debilita sus opciones y favorece las de Juli Fernández que puede aparecer como el candidato que genera más consenso.

En cualquier caso, el próximo jueves se celebrarán las asambleas de UpC y Crida que deben ratificar los hipotéticos acuerdos alcanzados, entre ellos la espinosa cuestión de la alcaldía.

Pactos irreales

Además de estos tres pactos posibles han surgido otras dos propuestas, a nuestro juicio difícilmente materializables. La primera protagonizada por CiU que planteó un acuerdo tripartito entre ERC, CiU y Guanyem con escasa coherencia política (más: ‘CiU dóna la clau del canvi a ERC‘). Por un lado, se trata de un pacto que solo sumaría 10 ediles, una cifra inferior a las otras opciones. Por otro, no se trataría de un acuerdo soberanista, pues justamente uno de los argumentos Marisol Martínez para romper con EUiA fueron sus discrepancias por la deriva soberanista del coordinador general de su formación. Además, si CiU critica a ERC por pactar con la “izquierda radical”, su acuerdo con Guanyem pecaría del mismo defecto.

Otra opción de muy poca entidad política es la planteada por la plataforma Sabadell Guanyarà que propugna un pacto bipartito UpC y ERC (más: ‘Sabadell Guanyarà vol que Joan Berlanga i Juli Fernàndez comparteixin l’alcaldia’). Esta fórmula es la que menos apoyos concita, sólo ocho ediles, y no justifica con argumentos racionales –si la lógica es un pacto de izquierdas- la exclusión de la Crida.

Requisitos mínimos

La cuestión de los pactos para iniciar con buen pie la nueva etapa política exige una serie de condiciones mínimas que girarían en torno a tres prioridades: respectar el máximo posible el sufragio emitido por la ciudadanía, la regeneración democrática de las instituciones de la administración local y el compromiso para combatir la situación de emergencia social que padecen muchos ciudadanos de la ciudad.

La combinación de estos requisitos comporta las siguientes consecuencias políticas:

  1. Apartar de la alcaldía al PSC. Un imperativo derivado de la necesidad de regeneración democrática y para dar cumplimiento al mandato de la ciudadanía que ha castigado severamente en las urnas a la candidatura socialista.
  2. La lucha contra la emergencia social dificulta la presencia de CiU en el gobierno municipal, en la medida que representa a una de las fuerzas que se ha distinguido, por el apoyo a medidas antisociales como la reforma laboral o los recortes en servicios públicos. Su presencia en el gobierno no se aviene con el giro a la izquierda del voto ciudadano.
  3. La suplantación de las siglas de Podemos cuestiona la credibilidad democrática tanto de UpC y en mayor medida de Guanyem Sabadell en una etapa que debería estar marcada por la transparencia y la regeneración democrática. Esto dificulta que UpC pueda ostentar la alcaldía y que Guanyem entre en el gobierno.

8 Comments