Consejos para encontrar el tocadiscos ideal

El audio en formato vinilo es uno de los mejores para los amantes de la música, para los verdaderos audiófilos. La calidad del audio presente en los discos lo han catapultado de nuevo a la cima de la popularidad, y para disfrutar de éstos, es necesario contar con un buen tocadiscos.

A pesar de que muchas personas crean que es una sorpresa que se vendan en la actualidad, los tocadiscos gozan de buena salud y más vigencia que nunca, y tal como se puede evidenciar en este artículo, hay muchos modelos modernos sobre los cuales es posible escoger la opción ideal, la más adecuada para cada necesidad.

La calidad del audio, la alta fidelidad, es la característica más notable de este formato -el vinilo- y tal vez la razón de que sigan siendo tan populares, sobre todo para aquellas personas amantes de la música, de sus detalles y silencios. Escoger el tocadiscos ideal es importante y puede ser determinante para la experiencia auditiva posterior.

Brazo y tracción

Hay muchos aspectos técnicos que considerar al momento de comprar un tocadiscos. No en vano son aparatos que replican un sistema de lectura y reproducción de audio de hace más de 50 años atrás, donde el funcionamiento óptimo y simultáneo de varios elementos, permitían los resultados envidiables e icónicos de cada modelo.

No obstante, si hay dos elementos que resultan importantes son el brazo y el sistema de tracción:

El brazo puede ser automático o manual. Es decir, el primero funcionará leyendo el disco cuando se presione el botón de Play y se alejará del mismo al presionar Stop o al apagar el aparato. El segundo, el brazo manual, necesita ser acercado y alejado manualmente del disco, conforme se quiera escuchar, mediante una experiencia más tradicional y auténtica. La elección es cuestión de gustos, aunque los brazos manuales duran mucho más tiempo sin fallos.

El sistema de tracción influye en la calidad de reproducción. A pesar de que la tracción directa es la norma en la actualidad -y lo ha sido incluso en la última época de los tocadiscos originales-, es un sistema más costoso que la tracción por correas o por poleas, tradicionales en los tocadiscos de gama baja y media. La elección dependerá del presupuesto, aunque siempre es mejor buscar primero tracción directa, luego tracción por correas y, si no es posible o no se quiere gastar tanto, tracción por poleas.

Conexiones y altavoces

A pesar de ser aparatos que emulan el funcionamiento y las características de sistemas de audio antiguos, no dejan de ser productos modernos, y por ello, la conectividad es una característica importante.

Los modelos baratos tienen conexión RCA y poco más, pero por unos pocos euros más se pueden encontrar modelos con conexión auxiliar e incluso con puertos USB. ¿Lo más recomendable? Comprar un tocadiscos con la mayor variedad y calidad de conexiones posibles, porque dará mayores alternativas al usuario.

Luego están los altavoces, para muchos expertos, un tocadiscos con altavoces integrados es barato y de mala calidad, ya que la mayoría no integra realmente un sistema de altavoces de altas prestaciones. Sin embargo, funcionan bien, aislados o como un sistema de audio autónomo, por lo que no necesitarás más que insertar el disco de vinilo. En cambio, por prestaciones y fidelidad, es mejor priorizar los elementos técnicos que permitan una buena reproducción -brazos, agujas, tracción, estabilidad del plato- y siempre instalar el tocadiscos con un sistema de altavoces o de audio externo, para su amplificación y reproducción.

Diseño

Nadie puede negar que un tocadiscos es un elemento que transporta a tiempos lejanos. Un producto con un alto componente estético y que, por sí mismo, decora y ambienta cualquier espacio. Por eso, el diseño no es un detalle menor.

Actualmente es posible encontrar desde modelos futuristas y minimalistas -los que utilizan muchos DJs para pinchar discos- hasta los modelos más convencionales, incluso fabricados en madera, que son ideales para quienes además de un sistema de audio de alta fidelidad, quieren tener un producto que brinde autoridad y notoriedad a un espacio determinado de la casa.