Internally Displaced Palestinians waiting in line for food at Al-Shaboura camp, in the center of Rafah, southern of Gaza strip.

‘¡A por ellos!: de Gaza a Rafah’, por Manuel Navas

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas. Sociólogo

El exterminio. El gobierno sionista-de Israel, (¿o podemos llamarlo ya sin tapujos el neofascista gobierno sionista de Israel en cuanto tienen el objetivo confeso de exterminar a un pueblo?) aplica impunemente su criminal hoja de ruta contra el pueblo palestino porque, después de miles de asesinados, los organismos internacionales apenas si comienzan a estar “preocupados” de la barbarie sin ser capaces de pararle los pies por lo que, puede decirse que el sionismo tienen barra libre y “pasan si quieren pasar” y si nos atenemos a esa complicidad/pasividad de la comunidad internacional (con honrosas excepciones que confirman la regla) se deduce que no se inmutan porque, recurriendo a Lorca, “tiene, por eso no lloran, de plomo las calaveras”.

De víctimas a victimarios. No creo equivocarme al afirmar que, si los millones de judíos asesinados en los campos de concentración nazis levantasen la cabeza, quedarían horrorizados al ver como sus descendientes se han convertido en victimarios de un exterminio como el que ellos sufrieron, sustituyendo las antiguallas cámaras de gas y hornos crematorios, por medios menos sofisticados y más contundentes: bombardeando todo lo que encuentran a su paso sembrando de muertos y destrucción el territorio.

Una estrategia de psicópatas. Desde los inicios, este genocidio premeditado se ha cebado en los asesinatos en masa sin importar edad, género o cualquier otra circunstancia; la destrucción de todo tipo de infraestructura esenciales (hospitales, escuelas, etc.); impedir la ayuda humanitaria (alimentos medicinas,….) directamente o congelando la financiación de la UNRWA; utilizar la guardia pretoriana de colonos para saquear los convoy; cortar el suministro eléctrico, agua y realizando todo aquello que contribuya a su letal estrategia. Un saldo que a día de hoy contabiliza más de 29.000 palestinos/as muertos, miles de desaparecidos entre los escombros de las ciudades arrasadas y miles de heridos y mutilados.

Rafah. El desplazamiento de miles de palestinos aterrorizados hacia el sur abandonando sus hogares, empujados por las mentiras sionista de que se trataba de un territorio seguro, ha convertido a Rafah en un inmenso campo de refugiados con más de 1.200.000 personas. Una mentira que ha logrado amontonar a una ingente inmensidad de personas facilitando lo que pretendían las mentes desequilibradas del gobierno israelí: que la aniquilación sea lo más eficaz y eficiente y que no tocará fin hasta que “todos los tejados sean surcos en la tierra”.

La clase política. La mayoría, desde sus escaños en los parlamentos de todos los ámbitos, observan sin indignación la violación del Derecho Internacional, la Carta de los Derechos Humanos y las masacres diarias mientras que, por la noche, se relajan con un par de dry Martini’s para dormir a pierna suelta y reponer fuerzas del agotador ejercicio de hipocresía de justificar lo injustificable. Y así día tras día, llevamos 4 meses. Mientras tanto, el ejército israelí sigue impasible sembrando hogueras, el terror y la muerte por doquier.

La respuesta popular. De nuevo supera de largo a lo que cabría esperar de las elites políticas ante atrocidades como es el caso de este genocidio, mostrando más vergüenza torera y solidaridad que los gobernantes mundiales y siendo consciente de que solo la movilización puede modificar un cambio en las decisiones de quienes, pudiendo hacer algo para evitar el genocidio no lo hacen, somos millones las personas de todo el mundo exigiendo el fin del genocidio, la paz, la condena de los crímenes de guerra del gobierno sionista de Israel y apuesta por establecer un Estado Palestino libre en las tierras ocupadas expoliadas a sangre y fuego, instando a que se adopten medidas consecuentes de presión internacional como la ruptura de relaciones, el poner fin a la venta de armas y el boicot a las empresas que apoyan la solución final sionista contra el pueblo palestino, sin permitir que el desaliento afecte a la denuncia de este crimen de lesa humanidad.

Foto portada: desplaçats interns palestins esperant en una cua per accedir a menjar al camp d’Al-Shaboura, al centre de Rafah, al sud de la franja de Gaza. Autor: WHO via Agència Catalana de Notícies.

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