Foto portada: un vehicle de la Policia Municipal. Autor: cedida.

‘Carta al regidor de Seguretat, Jesús Rodríguez’, por Miguel Cuevas

CARTAS DE LOS LECTORES
Miguel Cuevas García, Sargento jubilado de la Policía Municipal de Sabadell.

DESDE EL CARIÑO.

Con el transcurrir de los días el brote del Covid-19 no deja de mostrarnos la cara más amarga de la dura que puede ser la naturaleza con los humildes mortales. El virus se “asemeja”, salvando las distancias, al art. 14 de la Constitución, pues no hace distinción entre las personas por su razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Hoy leía en los medios de prensa que un número elevado de Policías Locales había contraído la enfermedad y que 52 de ellos se encontraban de baja laboral por contagio o por haber tenido contacto directo con los que han dado positivo. La situación es preocupante por el servicio esencial que los agentes prestan a la comunidad sobre todo en la actualidad en el que la vigilancia y prevención del cumplimiento de las normas sanitarias en Catalunya son imprescindibles para la ralentización y estabilización de la pandemia.

De todos es conocido la labor fundamental de los servicios prestados en primera línea por sanitarios, servicios de ambulancias, bomberos, personal de limpieza etc., que a pesar del peligro que conlleva su trabajo se exponen minuto a minuto a contraer la enfermedad. Basta con ver el tanto por ciento de personas de estos colectivos que han contraído el Virus, en muchos casos a pesar de haber tomado todas las precauciones que en la actualidad permiten los equipos de protección. Este es el caso de la plantilla de los agentes de la Policía Municipal de Sabadell que debido a sus funciones son los encargados de interactuar con el ciudadano ya sea efectuando labores de carácter asistencial: accidentes, incendios, asistencia a personas de avanzada edad o bien de seguridad: controles de movilidad, detenciones por alcoholemia, violencia de género, custodia de detenido por la comisión de delitos. Qué duda cabe de que se trata de una función donde el riesgo de contagio es exponencial y para llegar a esa conclusión no hace falta hacer ningún Masters basta con aplicar un poco de sentido común.

La mayoría de los que están leyendo esta, llamémosle misiva, se estará preguntado ¿y a qué viene ahora el discurso? ya que nada nuevo se percibe en el horizonte. ¡Pues hasta aquí es donde quería llegar el que suscribe! Ayer, escuchando Radio Sabadell, que es una de las cosas que nos podemos permitir los que estamos jubilados, me quedé perplejo con las manifestaciones efectuadas por el actual Regidor Seguritat y antiguo delegado sindical de la UGT en l’Ajuntament de Sabadell Jesús Rodríguez. La noticia difundida por la locutora de radio hacía referencia, igual que en los medios prensa, al brote de Covid-19 surgido en la plantilla de la Policía Municipal dando a conocer un número de afectados y su incidencia en el resto de la plantilla. Hasta ahí todo normal, lo increíble, o no sé si denominarlo anecdótico, es la explicación dada por el Regidor de Seguridad constatando categóricamente cuales han sido las causas del citado brote en la plantilla.

El Regidor de Seguridad, no se sabe si para intentar escusarse ni tampoco exactamente de que, en un alarde de conocimientos sobre epidemiología, que ríanse Vds. de algunas de las meteduras de pata del Sr. Fernando Simón, dijo textualmente que después de ANALIZAR la situación de la plantilla de la Policía Municipal ha llegado a la conclusión, tampoco se sabe si por sí mismo o con la ayuda de un Equipo Asesor, de que el brote de Covid-19 en la Policía Municipal es debido a la interacción social de los policías. Pero no se lo pierdan. A la interacción social llevada a cabo dentro de su ámbito familiar durante los días de descanso laboral dando por sentado el peligro y el factor de riesgo que conlleva el convivir con los hijos menores de edad.

Es decir, que la expansión del Covid-19 dentro de la plantilla trae como causa directa la falta de diligencia de los agentes en su interacción social durante sus días de descanso, pero que, durante el servicio, una vez puesto el uniforme (cual traje de Superman) se convierten en inmunes por arte de birlibirloque.

Una incriminación tan directa y desmedida sobre los miembros de la policía nada bueno dice de quien la alardea, sino que, por el contrario, le hace desmerecedor el cargo que ocupa a la vez que evidencia el gran desconocimiento que tiene de la función policial. No cabe duda que las palabras de Jesús Rodríguez han causado consternación prácticamente en la totalidad de la plantilla, lo que desgraciadamente puede convertirse en una pérdida de confianza hacía la regiduría que en teoría debería de preocuparse de su buen funcionamiento, su seguridad y sus necesidades organizativas.

No sé si rectificar es de sabios, al menos eso dicen, y este es uno de los casos en el que la administración municipal debería de ponerlo en práctica porque la situación lo exige. No es el momento para la desmoralización y la pérdida de confianza de la plantilla hacía la administración municipal. Todos cometemos errores y es bueno reconocerlo, mucho más si se ostenta un cargo público pues con ello se consigue recuperar el respeto de los afectados.

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