‘El primero de mayo en el contexto actual’, por José López (ICV)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
José López, Coordinador de ICV Sabadell y miembro de Sabadell en Comú     

Casi sin darnos cuenta llega este Primero de Mayo. Es una jornada  de conmemoración del movimiento obrero mundial. Esta jornada festiva se acuerda en el Congreso Obrero Socialista de la segunda internacional, celebrado en París en 1889. Se determina que sea   jornada de lucha reivindicativa y de homenaje, a los mártires de Chicago. Sindicalistas que fueron ejecutados en EEUU, por participar en las jornadas de lucha por lograr la jornada laboral de ocho horas, que tuvo su origen en la huelga iniciada el primero de mayo de 1886.

Las reivindicaciones sociales y laborales han sido siempre la constante, a lo largo de la historia, de esta celebración. Siempre vinculadas a las condiciones concretas de cada momento. Ahora, nuestra realidad viene absolutamente condicionada por la Pandemia. Corona virus o Covid-19 son términos que conocen hasta las criaturas. Esta circunstancia, llena de momentos trágicos por las pérdidas humanas, es también un detonante, un acelerador de situaciones de desequilibrio. Todo apunta, también, que puede tener unas consecuencias destructoras del tejido económico y un posible impacto negativo en las condiciones materiales de vida de muchas personas. Y eso puede agravar más las desigualdades sociales.

Hay una prioridad clara que aparece en el horizonte : la reconstrucción económica y social. También hay otras evidencias reconocidas muy ampliamente: los servicios públicos básicos (sanidad, educación, atención a personas dependientes, servicios sociales…) deben ser de calidad y bien dotados; la reindustrialización de nuestra economía para evitar la vergonzosa dependencia, en bienes básicos, de otros países; entender la investigación como una inversión y no un gasto…                                                    

Durante  décadas ha habido , hay, hegemonía ideológica ultraliberal, que ha convertido a la ciudadanía en clientela y trata como mercancías a derechos como la salud y la atención a las personas. Las circunstancias que estamos viviendo han puesto de relieve la importancia de un estado fuerte como instrumento,como garante, al servicio de las personas. Hasta muchos de los más liberales lo reclaman. A mi juicio, la crisis derivada de la pandemia debería aprovecharse para reequilibrar la estructura productiva, reindustrializar la economía, como ya señalaba, rescatar parte importante de todo lo externalizado y dignificar las condiciones laborales, en beneficio de millones de personas trabajadoras que, como se ha comprobado, forman parte de la estructura de los servicios esenciales de nuestra sociedad. Hay que  apostar por la investigación y el desarrollo. También se convierte en fundamental la regulación de flujos financieros que sean vehículos útiles a las empresas y fundamentalmente ,dado su peso en nuestra economía, a las pequeñas y medianas.

Necesitamos determinación en las políticas fiscales, que equilibren los esfuerzos entre las rentas del trabajo, los recursos procedentes de las pyme y los de las grandes corporaciones. Éstas últimas, con un esfuerzo fiscal 5 o 6 puntos por debajo del que tienen en países de las principales economías de la Unión Europea. Precisamos de un trabajo decidido para neutralizar el fraude fiscal y el uso de paraísos fiscales. Hay  que avanzar, sin remilgos, hacia una Europa unida en lo político y en un conjunto de políticas. Es imprescindible.También lo es continuar siendo coherentes con la lucha contra el cambio climático. Para ello debe haber recursos , que hagan frente a los costes de la transición, hacia las políticas que garanticen la sostenibilidad ambiental. Necesitamos que se consolide la renta básica garantizada para la ciudadanía que , de forma contrastada, lo precise. No se puede dejar nadie atrás-

Nuevas prioridades para la mayoría, vinculadas a la mejora de las condiciones materiales de vida de las personas, han de ser, desde mi punto de vista, los objetivos de los movimientos sociales y de las fuerzas políticas de izquierda.Y creo que deben caminar con el máximo rigor y unidad posible.Deben,debemos ser herramientas útiles o, en caso contrario,los populismos y el neofascismo tendrá caldo de cultivo. Desde las ciudades, como Sabadell, se deben implementar acciones,basadas en estrategias, que contribuyan a esos objetivos.  Este Primero de mayo se encardina en ese reto esperenzador. Por eso, con convicción y fuerza, afirmo: VIVA  EL PRIMERO DE MAYO

Foto portada: la manifestación del 1 de mayo de 2019. Autor: David B.

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