ARTICLE D’OPINIÓ
Manuel Navas, sociòleg.
El voto. En la decisión de un/a ciudadano/a de a pie (no el/a militante/simpatizante de un partido) influyen diversas variables, entre otras: el tipo de elección (es habitual que varíe en función de si se trata de elecciones locales, autonómicas, estatales o europeas); la información recibida especialmente a través de los medios de comunicación, redes sociales, élites periodísticas, contertulianos e influencers varios, que suelen estar al servicio de quienes detentan en poder económico, como informadores y/o manipuladores (basta preguntarse en manos de quien están esos medios y sus intereses para cuestionar una “objetividad” mediatizada por la distorsión de los hechos cuando informan sobre ello, sirva de ejemplo la alarma social provocada por la información torciera sobre las ocupaciones para generar sensación de miedo); la utilidad/beneficio que considere ha obtenido del trabajo realizado por el gobierno de turno; … En mayor o menor medida todo, si no determina (en última instancia la persona decide), condiciona/influye sobre manera en el voto, junto con otras variables como estatus social, nivel cultural, lugar de residencia…
Un estado de cosas que ha hecho que la derecha haya ganado las elecciones el 28M en buena parte de los municipios importantes del Estado.
Catalunya y Sabadell
En Catalunya la disyuntiva/cleavage derecha (PP-VOX) y gobierno progresista (PSOE-Podemos-Confluencias varias) se ha visto trasmutada en clave nacional reflejado en los resultados y la abstención y que, por lo mismo, debe ser tratado aparte, así como los resultados en Sabadell que han roto las predicciones de quienes, con un optimismo infundado, confundieron deseo con realidad, dejando en evidencia el fracaso del NO como estrategia política de 4 años de oposición.
España
Lo anterior puede ayudar a comprender lo kafkiano del asunto, es decir, el porqué sectores populares y trabajadores han votado a partidos que se han opuesto frontalmente a la subida de sus pensiones con el IPC y de su salario mínimo interprofesional cerca de 50%; a que el empleo haya subido significativamente al eliminar los aspectos más lesivos de la reforma laboral que el PP, o las políticas democráticas como la de memoria histórica, impuesto a entidades financieras, violencia de género, etc. o que hayan situado a España en el top de economías europeas y, en cambio, haya votado a partidos con la mayoría de ministros durante sus mandatos encausados y condenados por múltiples corruptelas (PP), que regalaron 50.000 millones a los bancos para rescatarlos de sus orgías especuladoras; que despojaron 60.000 millones la hucha de las pensiones son algunos de sus “logros” o que se oponen a que Europa legisle contra la explotación infantil. Ha bastado la estupidez de la desunión a la izquierda del PSOE con pugnas bizantinas y las falacias repetidas hasta la saciedad por su trilera guardia pretoriana mediática: ETA, gobierno bolivariano e ilegítimo para correr un tupido velo sobre el paquete de medidas progresistas y seducir para que voten a quienes ya prometen que eliminarán esos avances sociales y democráticos. De no evitarse y recurriendo a Beltort Brech, ante el ascenso del nazismo en la Alemania, podría decirse que se avecinan malos tiempos para la lírica.
El espacio a la izquierda del PSOE
Tan difícil como necesario es construir una alternativa transformadora a la izquierda del PSOE para avanzar en política sociales, como ha quedado de manifiesto durante esta legislatura. El 15M como punto de inflexión en el proceso de construcción tuvo varias consecuencias, entre otras, el cerco al Parlament en junio del 2011, alertó a las élites nacionalistas que recondujeron la indignación popular por las consecuencias de la crisis económica del 2008 y los recortes neoliberales (la sanidad como paradigma: “Artur Mas a quina mutua vas?”), hacia objetivos independentistas y a nivel general el nacimiento de Podemos como respuesta política del “no nos representan”.
Hoy, el procés no existe y Podemos, tras deserciones internas, escisiones en múltiples plataformas territoriales, el batacazo electoral del 28M y la menguante valoración de sus líderes, está en caída libre. Aparece en el horizonte Sumar.
Sin ánimo de hacer futurología política, algunas notas de sentido común: a) sería un craso error pretender convertir Sumar en un Podemos 2.0; b) determinados dirigentes de Podemos y divos de diversos pelajes harían bien en valorar la vía Garzón asumiendo que su tiempo ha pasado (por causas externas e internas, -cacería mediática incluida, pero también errores propios-); c) Sumar no puede caer en una unidad chapucera preñada de quinto columnistas que la acabaran rompiendo; c) y lo más difícil, que elites y subalternos, se dejen de gilipolleces y egos para construir una alternativa creíble de izquierda transformadora republicana, plural y federal. En caso contrario, y para hacer frente al peligro real que está en puertas con un gobierno de camisas azules y pardas (PP-VOX), solo cabría el voto útil antes que la abstención por desencanto/impotencia.
Foto portada: Manuel Navas. Autor: David B.