L'excomissari Villarejo, camí als jutjats. Autor: ACN.

‘La globalización de la fachoesfera’, por Manuel Navas

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas, sociólogo

Fachoesfera hace referencia a una simbiosis de la derecha extrema y extrema derecha política, económica, mediática, judicial y eclesiástica que comparten intereses para modificar los resultados democráticos de unas elecciones y ganar en el fango lo que han perdido en las urnas. Una práctica que puede entenderse de golpe de estado “blando”, a diferencia de lo que en su día sucedió contra la II República o la asonada de Tejero. Actuaciones que tienen como denominador común un ADN con tufillo neofascistoide que les impide entender y aceptar de qué va la democracia porque, al creerse los amos del cortijo, consideran contra natura que las urnas (el populacho) les “arrebate” su poder y estatus.

En España, además, con el plus que durante 40 años de dictadura se ha enquistado una capa social-política fascistoide respecto a la cual la transición no supo o no pudo depurar dejando intactos los poderes franquistas (militar, judicial…) y, en general, el aparato burocrático del Estado (con sus siniestros personales), dando pie al dicho “atado y bien atado”. El borrón y cuenta nueva de la transición (la amnistía), impidió exigir responsabilidades correspondientes en cada caso y que auténticos criminales se fuesen o sigan de rositas. Y de aquellos lodos, estos fangos.

Sin embargo, para no caer en provincianismos, recordar que la fachoesfera no es genuina de España. Es un fenómeno globalizado presente en todos los hemisferios con el hilo conductor de combatir el progreso y el cuestionamiento, cuanto menos de los aspectos más crueles del sistema social y económico caracterizado por un desorden institucional incapaz de satisfacer las necesidades humanas y la sostenibilidad del planeta, enfrascado como está en un desarrollismo ecológicamente insostenible, una inequidad humanamente inaguantable y un belicismo destructivo y asesino, factores de los que parece razonable deducir que, más allá de especulaciones, están conduciendo a un futuro extraordinariamente peligroso para la humanidad y la tierra.

En España, la crispación política fomentada desde la fachoesfera, responde a unas pautas de manual: crear bulos-difundirlos-judicializarlos con el objetivo de enfangar la vida pública y derrocar al gobierno democrático usurpando la voluntad popular. Una forma de hacer y entender la política que invariablemente utiliza la derecha cada vez que el pueblo soberano decide rechazarlos, si bien, el nivel de agresividad, el tono de los insultos y el grosor de las falacias, han aumentado exponencialmente porque habiéndose creído que vencerían “de calle” las pasadas elecciones, no fue así y, evidenciando su nulo talante democrático, ni lo han digerido ni lo han aceptado. En cualquier caso, la situación ha provocado una toma de conciencia colectiva respecto a la necesidad de regenerar la democracia frente al involucionismo de la extrema derecha – derecha extrema y escapar del lodazal en el que se desenvuelven como pez en el agua.

Así que la palabra clave es “regenerar” que para la RAE significa “dar nuevo ser a algo que degeneró”. Es decir que se reconoce que algo se ha degenerado (o está en franca vía de degeneración de no evitarse), en este caso la democracia, por lo que es preciso actuar para recuperar su legítimo contenido hoy degradado por actuaciones contrarias a ella de la fachoesfera. Y llegados a este punto, sin perjuicio de otras consideraciones, puede decirse que los tres elementos que la están mancillando y reclaman intervenir contundentemente son: a) recuperar el papel de un poder judicial digno de tal nombre en un Estado de Derecho que, como primer paso, exige acabar con su secuestro y renovar sin dilación del CGPJ; b) defender el derecho fundamental que tiene la ciudadanía a recibir información veraz, lo que implica erradicar el cáncer de seudo periodistas y seudo medios de comunicación subvencionados dedicados a propagar bulos; c) prohibir los insultos en las ágoras públicas lo que implica que debates y críticas se ciñan a las propuestas políticas, vetando descalificaciones personales. De lo contrario, caer en el pesimismo y la impotencia, si la democracia carece de mecanismos para atajar todo aquello que la emponzoña y pretende destruirla/degradarla, apaga y vámonos.

No obstante, la denuncia de la estrategia de retorno al pasado que propone la fachoesfera, no puede tapar errores que, por acción u omisión, ha cometido el gobierno de izquierda-progresista. Igual que se aplauden las buenas decisiones sociales y política, es necesario criticar ambigüedades y eclecticismos respecto a otras que frenan el desarrollo de la democracia política y social como, entre otras, no derogar la ley mordaza o no abordar con el rigor social necesario el derecho a la vivienda o la pasividad en los ataques que sufrieron M. Oltra, P. Iglesias, A. Rodríguez, I. Montero, J.C. Monedero, Trias, etc. Cabe no defraudar y exigir ser consecuente en el punto de inflexión en el que nos encontramos apostando por una praxis política y social donde el aforismo “contra el involucionismo, más democracia” sirva de referente. Es mucho lo que nos estamos jugando.

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Foto de portada: l’excomissari Villarejo, implicat en diverses operacions contra l’independentisme i l’espai progressista, arribant als jutjats. Autor: ACN.

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