L’ESTAT DE LA CIUTAT
El jueves pasado la presidenta del PP de Catalunya recaló en nuestra ciudad. Una visita cuyo principal objetivo político era manifestar el apoyo a Esteban Gesa. La operación se vio desvirtuada por la coincidencia con la publicación de la noticia sobre los sueldos de escándalo de la dirigente popular.
La visita a Sabadell de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho estaba planificada para escenificar el apoyo de la dirección a Esteban Gesa después de la crisis interna que ha provocado el abandono del partido de dos de los tres regidores del grupo municipal, Nicole Pans y Antonio Vega, cabeza de lista popular en las pasadas municipales y que recientemente se ha pasado al grupo de no adscritos.
La coincidencia de esta visita con la publicación en El País de la noticia según la cual Sánchez Camacho había triplicado sus retribuciones hasta alcanzar los 180.000 euros brutos, en concepto de presidenta del partido y senadora, más las dietas como parlamentaria, deslucieron completamente el sentido político del acto. Una información extraída de los datos enviados por Hacienda al juez Pablo Ruz que investiga los papeles de Bárcenas.
En efecto, la rueda de prensa a la que probablemente sólo habrían acudido los medios de comunicación locales, se convirtió en una multitudinaria comparecencia donde numerosos periodistas le formularon diversas preguntas por sus millonarios emolumentos y sobre si ella también cobraba sobres en negro del ex tesorero del PP.
Sánchez-Camacho, en un ejercicio cercano al cinismo, aseguró que “hago un trabajo y cobro lo que me toca”. Además, justificó estas abultadas cifras por los complementos retributivos derivados de su participación en las diversas campañas electorales del mandato anterior. Ello cuando previamente había defendido las políticas de austeridad y el recorte de los gastos de las administraciones públicas que, al parecer, no va con ella y cuando el gobernador del Banco de España, designado por el PP, defiende una drástica reducción de los sueldos de los trabajadores, por debajo de los convenios y del salario mínimo para salir de la crisis.
Crisis interna
Sánchez Camacho aludió a la grave situación política de Sabadell derivada del caso Mercurio que ha conducido a la dimisión de Manuel Bustos. Ahora bien, eludió referirse a la implicación de su partido en el caso en la persona del imputado Jordi Soriano, cabeza de lista y portavoz del partido desde el 2003 al 2011.
Cuando se le preguntó por el tema, la presidenta del PP salió por la tangente argumentando que en su día Soriano había sido expulsado del partido y se había procedido a la renovación de la junta local y la candidatura del partido en la ciudad. Enfatizó que Soriano no representa al partido en Sabadell y que habrá de responder de las imputaciones que pesan sobre él ante los tribunales.
Unas explicaciones no demasiado convincentes si nos atenemos al comportamiento de Soriano en el anterior mandato, que se caracterizó por el apoyo sin fisuras al PSC de Bustos, sin ninguna aparente contrapartida política. El denominado “pacto encubierto”, denunciado retiradamente por los grupos de la oposición, que no podía ser ignorado por la dirección catalana del PP. A pesar de ello, Soriano estuvo a punto de ser reelegido como cabeza de lista y, de hecho, el actual presidente local del PP, Miquel Arroyos, asistió en primera fila al acto celebrado en el Casal Pere Quart, durante la precampaña, en apoyo de Soriano.
Esta línea de colaboración entre PSC y PP se reeditó en esta legislatura antes del estallido del caso Mercurio, donde Gesa continuó apoyando al PSC, aunque sin las estridencias de Soriano. Por ejemplo, su voto fue determinante para que los socialistas consiguieran la mayoría absoluta, que no le habían concedido las urnas, en los consejos de administración de las empresas municipales y se aprobasen los presupuestos municipales del 2012. Según se rumoreaba en los mentideros políticos esta orientación estaba sustentado por un acuerdo personal entre el alcalde Bustos y Sánchez Camacho.
La presidenta del PP catalán también hubo de pronunciarse sobre la desbandada de su grupo municipal en términos muy duros. Acusó a Pans y particularmente a Vega de militar en el partido para “vivir de la política” y aseguró que les pediría formalmente la devolución del acta de regidor. Aprovechó la ocasión para manifestar su apoyo sin fisuras a Gesa, calificado como un “hombre de la casa”. Unas acusaciones con escasa credibilidad viniendo de una persona tan espléndida y múltiplemente retribuida.
El PP y Sabadell
Las reacciones de Soriano, Pans y Vega no se hicieron esperar. Éste último fue quien se pronunció con mayor contundencia, acusó al partido de engañar al electorado y devolvió las críticas de “vivir de la política” a Sánchez Camacho y Gesa. Si el PP hubiera querido que Gesa dirigiese los destinos del partido no tenía más que colocarlo como cabeza de lista en las pasadas municipales y no a él. Asimismo cargó contra Gesa de quien aseguró que cobraba tres sueldos como funcionario de partido, concejal del ayuntamiento y portavoz del grupo municipal.
Está claro que la desafortunada rueda de prensa de Sánchez-Camacho y Gesa ha envenenado aún más las tensas relaciones entre Vega y sus ex compañeros de partido, lo cual puede tener consecuencias políticas para la deteriorada imagen del PP en la ciudad.
Desde hace más de una década el PP de Sabadell ha estado dirigido por políticos de fuera de la ciudad. Andreu Gil, que llevó el peso de la política del partido bajo el nominal liderazgo del empresario Carles Gorina, procedía de Menorca y hacía poco que residía en la ciudad. Soriano, vecino de Sant Quirze y ejecutivo de una conocida firma de seguros de Barcelona, desembarcó en Sabadell, apadrinado por la dirigente comarcal Berta Rodríguez, sin conocimientos sobre la política local. Gesa es un funcionario del partido que vive en la capital catalana.
¿Acaso en nuestra ciudad no existen sabadellenses con la suficiente talla para liderar el partido?
La crisis interna del PP se produce en un contexto de caída en picado de intención de voto derivado de su nefasta gestión de la crisis y los efectos del caso Bárcenas, una serie de circunstancias que pueden pasarle una severa factura en las municipales del 2015.
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