L’ESTAT DE LA CIUTAT
A punto de finalizar el año 2013, la ciudad sigue inmersa una grave crisis de credibilidad política y ética derivada de las revelaciones del caso Mercurio, mientras la recesión económica y la ofensiva del capital continúan deteriorando las condiciones de trabajo y recortando los derechos sociales de las clases asalariadas.
El inmovilismo del PSC y la actitud contemporizadora de algunos grupos de la oposición está impidiendo dar una salida digna a la situación generada por el estallido del caso Mercurio de presunta corrupción urbanística.
Las revelaciones del sumario reclaman a gritos una profunda operación de regeneración democrática y de limpieza institucional en el ajuntament de Sabadell que al no producir está provocando la parálisis política del equipo de gobierno y la putrefacción ética que eleva hasta niveles inquietantes el descrédito de la administración municipal y de la clase política local.
Primarias y secundarias
La principal responsabilidad recae sobre el equipo de gobierno, con su alcalde Juan Carlos Sánchez al frente. El 15 de diciembre la sección local del PSC ofreció, en un acto a puerta cerrada, un espectáculo de muy dudoso gusto. La nota de prensa distribuida por el partido mostró de forma impúdica cómo Manuel Bustos continúa ejerciendo el poder. El ex alcalde fue el encargado de anunciar que, en 2014, se celebrarían las primarias y apareció en la foto oficial como el auténtico Capo de la formación (más información: ‘El PSC celebra un acte de Nadal obrint les portes a les primàries‘).
A tenor de lo difundido por el PSC, Bustos se guardó muy mucho de comunicar el respaldo a la candidatura de Juan Carlos Sánchez. Tuvo que ser el propio interesado quien, de manera casi vergonzante, lo comunicase respondiendo a una pregunta en su discurso de Navidad ante los medios de comunicación (más información: ‘Sánchez anuncia que es presentarà a les primàries del PSC‘).
Sueldos sin ética
Justamente, la sección local del partido es el último reducto de poder de Bustos desde donde sigue condicionando la política del equipo de gobierno y la vida pública de la ciudad. Esto explica el mantenimiento del cargo de confianza y los tres regidores imputados en Mercurio y que ni siquiera se les haya abierto un expediente informativo a los dos funcionarios asimismo imputados, el jefe de la Policía Municipal y la arquitecta Elena Galera.
Una circunstancia escandalosa, agravada por los elevados emolumentos que los tres ediles imputados perciben de fondos públicos en la Diputació de Barcelona y en el grupo socialista del Área Metropolitana de Barcelona, como denunció Entesa per Sabadell, y que ascienden a unos 220.000 euros anuales (más información: ‘L’Entesa denuncia que els tres regidors imputats al cas Mercuri cobren 220.000 euros anuals‘).
¿Qué valoración ética puede hacerse de un partido que en vez de apartar a sus miembros imputados por graves delitos en el ejercicio de sus cargos en el Ayuntamiento los premia con cargos generosamente pagados en otras administraciones públicas?
El alcalde prisionero
Dejemos el terreno de la ética, donde deviene un cruel sarcasmo el lema de ‘Sabadell ciudad de los valores‘ y volvamos a la política. Se comprende fácilmente que el objetivo de Bustos y sus acólitos es impedir que el alcalde Sánchez recomponga las relaciones con algunos grupos de la oposición a fin de garantizar la gobernabilidad del municipio y optar con alguna garantía de éxito a las municipales del 2015. Y eso a pesar que CiU le ha dado todas las facilidades en ese sentido.
La moción conjunta del pleno del mes pasado, aprobada por mayoría, señaló un punto de inflexión y marcó el tope del crédito político de la federación nacionalista a Sánchez, que se negó a darle cumplimiento con la patética apelación a la “presunción de inocencia” (más información: ‘Nou xoc entre govern i oposició pel cas Mercuri‘).
En efecto, la abstención de CiU permitirá la aprobación de las ordenanzas fiscales pero el voto negativo a los Presupuestos Municipales precipitará su prórroga. Un fracaso político grave para el alcalde, que aparece como prisionero de las exigencias del clan Bustos e incapaz de cumplir la promesa de su discurso de investidura de “caminar sólo” y pasar página de este infausto periodo.
La situación de bloqueo en Ràdio Sabadell proporciona una prueba adicional. La negativa del equipo de gobierno de pactar un candidato/a con la oposición y su decisión de mantener a toda costa la candidatura del bustista Manolo Garrido provocó el bloqueo en la renovación de la emisora local, pendiente de una resolución de Consell de l’Audiovisual de Catalunya (CAC), añadiendo dificultades a las relaciones entre el alcalde Sánchez y el resto de la oposición.
Modelo humanista
Este sombrío telón de fondo vació de contenido el primer discurso de Navidad de Sánchez como alcalde de Sabadell. Su intervención eludió todas estas delicadas cuestiones políticas. Sánchez se centró en el diagnóstico de los problemas económicos y sociales de la ciudad y en la búsqueda de sentar “las bases de una nueva economía local”.
A diferencia de su antecesor, Sánchez procuró esquivar el planteamiento propagandístico del acto. Sin embargo, sus propuestas fueron más propias de un “modelo humanista” de resonancias democristianas que de una concepción socialdemócrata. Así, subrayó el esfuerzo por combatir la pobreza, reflejado en el incremento de los recursos dedicados a prestaciones sociales, el apoyo a los “emprendedores” y la apuesta por las energías renovables y las nuevas tecnologías.
Ni una palabra de revertir el proceso de externacionalización y privatización de las empresas municipales, de la recogida de basuras al cementerio (por cuyas concesiones están abiertas dos piezas en el sumario de Mercurio). Tampoco se planteó la creación de empresas públicas con sentido estratégico como alternativa a la atonía del sector privado tras el hundimiento del sector de la construcción.
La responsabilidad de la oposición
La incapacidad del equipo de gobierno para encarar el principal problema político de la ciudad: la regeneración democrática y la limpieza institucional, traslada a la oposición la responsabilidad por el mantenimiento de este estado de cosas.
Aunque no puede medirse a todo el mundo por el mismo rasero. CiU, primera fuerza de la oposición y la más reticente a la moción de censura, resulta la principal responsable de ello. En el otro extremo, Entesa y EUiA han manifestado recientemente su apuesta por la moción de censura que dé paso a un gobierno de gestión hasta las municipales del 2015. En un terreno intermedio se sitúan ICV y PP, que no se han pronunciado sobre el tema.
Permanece abierta la incógnita sobre las repercusiones políticas de las vicisitudes procesales de Mercurio. La acusación formal a los hermanos Bustos por tráfico de influencias en la presunta contratación de Carmina Llumà, esposa del jefe de los servicios jurídicos del Ajuntament, que podría producirse en los primeros meses del 2014, podría precipitar la decisión de la dirección nacional del PSC de apartar de sus cargos públicos a los ediles imputados y modificar la correlación de fuerzas en la sección local del partido y en el grupo municipal.
Así, pues, todo parece apuntar a que la ciudadanía habrá de esperar a las elecciones municipales de junio de 2015 para restablecer unos mínimos de credibilidad política y ética en la admistración local.
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