L’ESTAT DE LA CIUTAT
El enfrentamiento entre los dos candidatos a las primarias el PSC ha abierto un proceso de descomposición interna que podría acabar con la fractura del grupo municipal del partido que gobierna a la ciudad.
Las primarias del PSC en Sabadell no se corresponden al debate democrático entre diversas opciones y propuestas políticas para dirigir los destinos del partido que gobierna la ciudad, sino que se plantean como la lucha descarnada por el poder entre los bustistas que controlan el aparato del partido y los renovadores o, para ser más precisos, los postbustitas. Al final de este proceso se adivina la fractura del partido y el estallido del grupo municipal.
Ciertamente, como apuntó el viernes el candidato del aparato bustista, Josep Ayuso, tanto él como Marta Farrés fueron fieles partidarios del multimputado ex alcalde de Sabadell. De hecho, esta fidelidad absoluta era una condición necesaria para figurar en las listas del PSC (más información: ‘Josep Ayuso es presenta a les primàries a l’atac‘).
Pero Farrés apuntó en su presentación ante los medios de comunicación una tímida renovación respecto a las formas y métodos del bustismo (“queremos abrir puertas y ventanas”) y dejó entrever su voluntad de pasar página de esta infausta etapa de la vida del partido y la ciudad (más información: ‘Sánchez renuncia a les primàries avalant la candidatura de Marta Farrés‘). Ayuso, en cambio, promete una estricta continuidad con estos ominosos procedimientos caciquiles. Es decir, con el autoritarismo, clientelismo, el férreo control de los medios de comunicación y acaso con las prácticas irregulares que han conducido a la imputación de la tercera parte del grupo municipal.
Estilo Bustos
El candidato oficialista hizo gala de un estilo agresivo, trufado de descalificaciones y medias verdades contra sus oponentes Marta Farrés y su avalador, el alcalde Juan Carlos Sánchez. De la primera aseguró, sin aportar ninguna prueba, que había roto con el compromiso de figurar en su equipo. Bien es cierto que, hasta el momento, Farrés tampoco lo ha desmentido. A Sánchez le acusó de no ser neutral. Una acusación manifiestamente tramposa en boca de quien ha vulnerado las mínimas normas de funcionamiento democrático al contar con el apoyo de la ejecutiva de su partido antes de consultar a la militancia y que se iniciase el proceso de primarias (más info: ‘L’aparell del PSC es posiciona a favor d’Ayuso en les primàries‘).
Ayuso se esforzó en presentarse como el candidato del consenso, pero su estilo revela a las claras que es el candidato del disenso, del ‘quien no está conmigo está contra mí’ característico del estilo Bustos. En realidad, utiliza contra sus compañeros de partido los mismos métodos que durante años el bustismo había utilizado contra las formaciones de la oposición.
La agresividad y el enfado de Ayuso resultan comprensibles. El plan diseñado para ser designado candidato único y apartar a Sánchez de las primarias ha fracasado. Primero, lanzaron a Carlos Corcuera y Montserrat Capdevila, que se retiraron para darle apoyo y dar la falsa impresión que él era candidato de consenso. Luego obtuvo el apoyo de la ejecutiva del partido y convocó una asamblea de militantes donde esperaba lograr el aval de las bases. Ciertamente ha conseguido apartar a Sánchez de las primarias. Pero ahora tendrá que competir con Farrés, algo con lo que no contaba y que puede crearle más dificultades de las esperadas.
Compañeros de viaje
El candidato bustista, a diferencia de Farrés, no cometió el error de aparecer arropado por los ediles y cargos de confianza imputados en Mercurio que le apoyan, pero sí lo hizo acompañado por Montserrat Capdevila, sobre quien la fiscalía ha abierto una investigación por el uso de su fraudulento de la tarjeta Visa de parlamentaria en sus viajes para encontrarse con Manuel Bustos en Madrid y que el pasado jueves se convirtió en el hazmerreír de la cámara catalana, pues ni siquiera fue capaz de leer las preguntas dirigidas a la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, aduciendo su ignorancia sobre el tema.
Tampoco le importó a Ayuso recabar el apoyo de Carles Bosch, el impulsor del cutrevídeo ‘Compra en Sabadell‘, que faltó a la verdad negando su implicación en el mismo, lo cual hubiera debido provocar su irrevocable dimisión. Ni tampoco de los ‘enchufados’ Cristian Sánchez y Ana Carrasco, como se puede leer en las transcripciones de las conversaciones telefónicas del sumario de Mercurio, cuyos únicos méritos conocidos son ser palmeros incondicionales del exalcalde.
Incógnita a despejar: ¿primarias abiertas o cerradas?
Ayuso, a diferencia de Farrés y Sánchez que reclamaron unas primarias abiertas a la ciudadanía, evitó pronunciarse sobre el tema. Así evidenció que prefiere la consulta cerrada a la militancia. Obviamente le favorece, pues con este formato podrá utilizar su dominio sobre el aparato y presionar a los miembros del partido para inclinar la balanza a su favor.
Justamente, aquí radica una las grandes incógnitas a despejar y que pueden determinar el resultado de las primarias. Una decisión que depende, en última instancia, de la dirección nacional del partido y cuyo sentido proporcionará valiosas indicaciones sobre las preferencias de Pere Navarro. Si desde la calle Nicaragua (sede central del PSC) se decantan por las primarias cerradas deberá interpretarse como un apoyo implícito a Ayuso y al clan bustista. Si se inclinan por las primarias abiertas será un indicio claro de su apoyo a Farrés y Sánchez.
Responsabilidades políticas
La fractura del grupo municipal socialista aboca la ciudad, a corto plazo, al desgobierno. De hecho, como testimonian numerosos trabajadores municipales y se muestra en los plenos, la administración local está prácticamente paralizada.
De esta situación, intolerable en un momento de profunda crisis social y económica, existen claros responsables políticos. En primer lugar, la dirección nacional del PSC que, ante el escándalo de Mercurio, debió constituir una gestora con el objetivo de regenerar el partido en la ciudad. Al no hacerlo ha favorecido, consciente o inconscientemente, al sector bustista y ha dificultado extraordinariamente las opciones de Juan Carlos Sánchez, que ha acabado por tirar la toalla.
Tampoco Sánchez ha estado a la altura de las circunstancias y ha sido incapaz de ejercer sus atribuciones como alcalde para ello. Tanto es así que ni siquiera ha tenido el coraje de apartar al cargo de confianza imputado, Xavier Izquierdo.
La otra parte de la responsabilidad corresponde a las fuerzas de la oposición. No supieron ponerse de acuerdo para presentar una moción de censura y formar un gobierno de concentración con el objetivo de emprender la tarea de limpieza de la administración local y la regeneración democrática de la vida pública. Aunque esta responsabilidad no se reparte entre todas las formaciones por igual.
Por cierto, la semana pasada el concejal y diputado de Unió Toni Font declaró su voluntad de formar un gobierno socioconvergente tras las municipales del 2015, cuando el PSC no ha dado ningún signo positivo de regeneración. Unas manifestaciones desafortunadas que motivaron la rectificación de Carles Rossinyol y han proporcionado a ERC un gran regalo político.
El bustismo no parece satisfecho con haber degradado la vida pública local y arruinado las finanzas locales, comprometiendo gravemente el futuro de la ciudad. Ahora, su objetivo parece ser destrozar al partido que le sirvió de palanca para acceder a la alcaldía. Todo ello con el propósito de continuar ejerciendo el poder a través de un candidato teledirigido.
Foto portada: presentación de las precandidaturas de Marta Farrés y Josep Ayuso, esta semana. Autor: J.d.A. y David B.
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