‘L’estat de la ciutat (87)’: Paisaje preelectoral

L’ESTAT DE LA CIUTAT

A pesar que falta poco más de un año para las municipales del 2015, empiezan a darse indicios suficientes para realizar una primera prospectiva sobre los posibles escenarios de la contienda electoral, condicionada por factores de índole local y nacional.

Unos comicios que se plantean como los más abiertos desde 1999, cuando la alcaldía se dirimió entre Manuel Bustos (PSC) y Mª Dolors Calvet (Entesa). Desde entonces no existían demasiadas dudas sobre quién ocuparía la alcaldía, pues nadie cuestionaba que Bustos sería reelegido, la única incógnita estribaba si lo sería por mayoría absoluta o mayoría simple.

Ahora nadie sería capaz de aventurar quién será el próximo alcalde o alcaldesa de la ciudad, atenazada por una crisis económica y social sin precedentes y por los devastadores efectos del caso Mercurio que toca de lleno al partido que gobierna Sabadell desde hace 14 años.

Por otro lado, el profundo descrédito de las formaciones centrales del sistema de partidos, CiU, PSC y PP, augura una caída de su representación municipal y la previsible entrada en el consistorio de fuerzas como ERC, Ciutadans o CUP que actualmente carecen de representación municipal.

Esto dibujaría un panorama de fragmentación que haría necesario pactos a dos o tres bandas para constituir un gobierno local estable.

Ayuso versus Farrés

El PSC será la formación que experimentará una caída más pronunciada, al punto que podría perder la alcaldía. Hubieran tenido alguna posibilidad si, tras el caso Mercurio, los socialistas hubieran procedido a una operación quirúrgica de limpieza del partido y la administración municipal, pero no ha sido así.

La dirección nacional del PSC no solo no procedió a disolver la agrupación local y constituir una gestora, sino que premió a los ediles imputados con cargos generosamente pagados en la Diputació de Barcelona o en el Àrea Metropolitana de Barcelona.

Además, Bustos continúa ejerciendo el control de la agrupación local y del grupo municipal, lo cual ha lastrado la gestión de Juan Carlos Sánchez, que tampoco se ha atrevido a emprender esta labor de limpieza. Una falta de valentía política que ha acabado por hacerle renunciar a presentarse a las primarias y optar a la reelección.

Las primarias del PSC enfrentarán a Josep Ayuso (el tapado de Manuel Bustos, que ha prometido mantener una estricta continuidad con las prácticas populistas y caciquiles de su mentor que han conducido a la quiebra de las finanzas municipales) contra Marta Farrés, apoyada por Sánchez y que, con la boca pequeña, afirma querer emprender la regeneración del partido.

Como era de esperar, dado su control del aparato, Ayuso recogió un número superior de avales, (260) que Farrés (140). Ahora bien, el resultado de las primarias se dirimirá por el voto de los 2.000 simpatizantes donde quizás la postbustista Farrés podría contar con mayores simpatías que el bustista Ayuso.

Marta Farrés y Josep Ayuso pugnan por encabezar la lista del PSC.

En el supuesto que Ayuso resultara vencedor, la debacle electoral del PSC sería aún más pronunciada que si Farrés fuese la candidata y se crearía un clima político irrespirable entre el alcalde Sánchez y el alcaldable Ayuso, que podría conducir al estallido del grupo municipal o a la renuncia de Sánchez. Además, se demostraría que la sección local del PSC es irrecuperable para una política municipal honesta y democrática, pues apoyaría la continuidad con las ominosas prácticas del bustismo.

En caso contrario, si Farrés venciese en las primarias, los socialistas podrían aspirar a obtener mejores resultados electorales. Sin embargo, el decálogo ético de Farrés, cargado de buenas intenciones,  palabras altisonantes y vaciedades, no incluye un programa de acción política definida (más info: ‘Farrés limitarà el seu període com alcaldessa a dos mandats‘). Ni siquiera contiene el compromiso de lucha contra la corrupción para desterrar las prácticas irregulares del bustismo, que deberían ser uno de los ejes de su propuesta política si quiere que sus promesas de regeneración sean creíbles.

En otro orden de cosas, está por ver si, tras las primarias, ambos oponentes se ponen de acuerdo en confeccionar una candidatura de integración, lo cual les restaría toda credibilidad política y sería percibida por la ciudadanía como un cambalache para repartirse el poder.

Por otro lado, si Farrés se impusiese en las primarias, Juan Carlos Sánchez no tendría excusas para emprender la impostergable tarea de limpieza de la administración local, no sólo para conferir cierta credibilidad a la candidatura de Farrés, sino para salir con dignidad de la alcaldía.

Trasvases nacionalistas

Todas las encuestas pronostican una importante caída de la intención de voto de CiU y un importante incremento de los apoyos a ERC. El análisis de los resultados electorales en las municipales revela la existencia de vasos comunicantes entre las dos formaciones nacionalista: cuando aumenta el voto a ERC, descienden los apoyos a CiU y viceversa.

Esta pauta general podría verse incrementada por los graves errores estratégicos cometidos por la federación nacionalista en la crisis mercurial. En primer lugar, aparecieron ante la opinión pública como los más remisos a presentar una moción de censura y luego tras la dimisión de Bustos se comportaron como el principal apoyo del maltrecho y descreditado ejecutivo socialista.

Cuatros de los cinco concejales de CiU: R.Roig, T.Font, C.Rossinyol (portavoz) y J.Font. Autor: J.d.A.

En segundo lugar, recientemente el dirigente de Unió Antoni Font se mostró partidario de suscribir un pacto postelectoral con el PSC. El cabeza lista Carles Rossinyol se esforzó en rectificar este error mayúsculo; no obstante, el mal ya está hecho. Y, probablemente, ERC se lo recordará una y otra vez, para atraerse el voto nacionalista del centro sociológico de la ciudad, poco amigo de pactos con los socialistas.

Todo ello a expensas del desenlace del órdago independentista y en la perspectiva de las elecciones plebiscitarias avanzadas en noviembre si, como todo parece, indicar la consulta soberanista no llega a celebrarse.

La fragmentación de la izquierda

Un factor determinante para el futuro mapa electoral radica en la fragmentación de las fuerzas a la izquierda del PSC. Si estas formaciones fueran capaces de construir una candidatura unitaria tendrían muchas posibilidades de alzarse con la victoria en las municipales, pues la ciudadanía podría percibirla como una alternativa al actual estado de cosas.

Sin embargo, este objetivo parece muy difícil por no decir imposible de asumir. Todo parece indicar que estas formaciones concurrirán por separado en dos polaridades: una conformada por ICV-EUiA y la otra por Entesa-CUP.

En el primer caso, la ruptura de la coalición parece a punto de ser superada, más por las gestiones de las respectivas direcciones nacionales, donde el regidor y diputado Joan Mena tiene importantes responsabilidades, que por factores de índole local. La eventual desaparición de la escena política local de Carme García se configura como un factor determinante para la recomposición de la coalición.

El nuevo concejal de Entesa, Maties Serracant. Autor: J.d.A

En el segundo caso, la entrada en el consistorio de Maties Serracant debe interpretarse como un signo del avanzado estado de las negociaciones entre  Entesa y CUP para concurrir unidos en las próximas municipales. Justamente, en la entrevista concedida a iSabadell, Serracant se mostró muy remiso a un pacto con ICV-EUiA y planteó todo tipo de obstáculos para ello (más info: ‘Maties Serracant: “Seria fantàstic unir les esquerres a Sabadell però no ho veig possible“).

Ciertamente si Serracant se hubiese mostrado partidario de un acuerdo de esta naturaleza habría comprometido los eventuales pactos con CUP que, en el mejor de los casos, estaría dispuesta a negociar con EUiA, pero que se niega a concurrir una lista donde figure ICV.

Ahora bien, la ciudadanía progresista de Sabadell se merece que las cuatro formaciones implicadas al menos lo intenten y abran conversaciones en esta línea antes de descartar de antemano esta opción.

El ascenso de Ciutadans

El Partit Popular podría sufrir un importante varapalo en las próximas municipales. Los resultados de esta formación están condicionados por los ascensos y caídas de la intención de voto a nivel estatal. Ahora todas las encuestas apuntan a un importante descenso de sus expectativas electorales a consecuencia de la desastrosa gestión del gobierno Rajoy.

A estos factores de índole nacional se unen las consecuencias del estallido de su grupo municipal que ha derivado en el abandono del partido de dos de sus tres regidores electos y cuyo cabeza de lista, Antonio Vega, se marchó al grupo de no-adscritos.

El portavoz del PP, Esteban Gesa, y la concejal Cuca Santos
El portavoz del PP, Esteban Gesa, y la concejal Cuca Santos.

Quizás la previsible caída del PP habría podido contenerse atrayendo al voto españolista movilizado por la deriva soberanista del nacionalismo catalán, pero justamente aquí Ciutadans se alza como principal obstáculo para ello. Una formación que tiene grandes posibilidades de conseguir representación municipal y que además puede beneficiarse del trasvase de importantes sectores del voto socialista.

Abstención y desafección

La abstención devendrá un factor determinante en los próximos comicios locales. La elevada abstención en las últimas convocatorias, en torno al 50 por ciento del cuerpo electoral, podría incrementarse y darse la circunstancia que fueran más los abstencionistas que los votantes (más información: ‘L’estat de la ciutat (XI): ‘Abstención y desafección‘).

Un fenómeno que no sólo cuestionaría la legitimidad democrática del consistorio entrante y mostraría la desafección de la ciudadanía con el sistema político, sino que beneficiaría a las fuerzas minoritarias que con menos votos podrían conseguir el necesario 5 por ciento de los votos para entrar en el reparto de las actas de concejal, favoreciendo de este modo la previsible fragmentación del mapa político de la ciudad.

Foto portada: los tres alcaldes de Sabadell en democracia: Antoni Farrés en 1979, Manuel Bustos en 1999, Juan Carlos Sánchez en 2013. ¿Quién será el cuarto?

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