Ajuntament de Sabadell

‘L’estat de la ciutat (92)’: Incógnitas del cambio de ciclo

L’ESTAT DE LA CIUTAT

A 15 meses para las elecciones municipales la ciudad experimenta una profunda crisis económica, social, política, nacional y ética a la que no se atisban salidas. Todo apunta a un cambio de ciclo aunque nadie sea capaz de adivinar qué fuerzas políticas se encargarán de liderarlo.

El ascenso de Manuel Bustos coincidió con la onda expansiva de la economía basada en el sector de la construcción y en los créditos abundantes y baratos que han desencadenado la crisis financiera y la recesión en que nos hallamos sumidos. Su caída, tras el estallido del caso Mercurio, se inscribe en el hundimiento de un modelo de crecimiento basado en la especulación inmobiliaria que funcionó mediante la colusión de intereses entre la banca, los promotores inmobiliarios y la administración local, como se desprende de la lectura del sumario del caso.

La crisis de la ciudad-fábrica provocó la deserción de la burguesía industrial y rompió la espina dorsal del movimiento obrero, los principales sujetos sociales del Sabadell de los siglos XIX y XX. La apuesta de Antoni Farrés por una ciudad como centro de negocios y de servicios, cuyo emblema es el Eix Macià, no acabó de funcionar. Como tampoco lo ha hecho la construcción especulativa durante la era Bustos cuya última apuesta, el parque empresarial de Sant Pau de Riu-sec, no ha servido para relanzar la actividad industrial, sino para crear una macroárea comercial de dudosos beneficios para la ciudad.

El estallido de esta versión local de la burbuja inmobiliaria no sólo ha provocado la quiebra de las finanzas municipales, intervenidas por el ministerio de Hacienda, sino que ha generado un enorme vacío en el modelo de ciudad para el que no se adivinan alternativas.

Multicentralidad y gobernabilidad

Con el telón de fondo de este desolador panorama, se plantea la pregunta ¿qué formaciones serán las encargadas de gestionar el nuevo ciclo político?

Manel Larrosa, urbanista y ex concejal de Farrés, publicó el artículo Fi de cicle, començament de nova etapa donde aborda esta cuestión y que permite una primera aproximación. Apunta correctamente al fin de la era Bustos, lo cual abre un escenario que permite cambios profundos o una operación de simple maquillaje. Larrosa piensa que ni PP ni PSC, pero –aunque por diferentes motivos- tampoco Entesa, ERC o CUP (añadiría en la lista a Ciutadans) están en disposición de ejercer esa centralidad política que les otorgue el acceso a alcaldía. Una posición central que reserva para CiU e ICV.

A nuestro juicio tampoco estas formaciones reúnen las condiciones necesarias para ello. La federación nacionalista por la propia composición sociológica de la ciudad, que circunscribe su implantación al centro sociológico de Sabadell, por su previsible declive electoral que señalan todas encuestas y por la escasa capacidad de su equipo político.

Por su parte, la coalición ecosocialista, tras la ruptura con EUiA, está muy debilitada y en el presente mandato ha sido incapaz de liderar una propuesta política para articular las fuerzas de la fragmentada izquierda local. De este modo, se ha asistido a una aproximación entre Entesa y CUP que, probablemente, desembocará en una coalición preelectoral entre ambas formaciones.

Por tanto, el escenario previsible es de multicentralidad y fragmentación con, al menos, siete formaciones políticas representadas en el Consistorio con escasa distancia entre ellas. Por un lado, tres formaciones relativamente mayores: PSC, CiU e ICV-EUiA que podrían obtener entre cinco y siete regidores; por otro, tres o cuatro fuerzas menores PP, ERC, Entesa-CUP y Ciutadans, que podrían conseguir entre dos y tres ediles cada una.

Un mapa político que hará necesario pactos a tres o cuatro bandas para asegurar la gobernabilidad del municipio.

Maniobras políticas

Desde esta perspectiva hemos de contemplar los últimos movimientos de las fuerzas políticas de la ciudad. Las recientes primarias del PSC, donde se impuso por un estrecho margen el candidato bustista Josep Ayuso, significaron una gran oportunidad perdida para que los socialistas pasasen página de la etapa anterior y emprendiesen la regeneración de su partido y de la administración local (más info: ‘Josep Ayuso guanya les primàries del PSC‘).

Además, las primarias certificaron la profunda división, tanto de la sección local como del grupo municipal, que está derivando en la parálisis del Ayuntamiento. Esto unido al declive a nivel nacional del PSC puede provocar un severo desplome del voto socialista hasta el punto de complicar que conserve la alcaldía.

En principio, podría parecer que la candidatura de Ayuso dificulta extraordinariamente los acuerdos con otras formaciones. Sin embargo, no parece ser ésta la orientación de Unió Democràtica, cuya flamante nueva presidenta local, Georgina Bombardó, se mostró en Ràdio Sabadell partidaria de un pacto sociovergente, en la línea de las declaraciones del diputado y concejal de su partido Toni Font. Ello a pesar que el PSC de Ayuso, fiel a su mentor, no dará ningún paso en la línea de regeneración democrática y también del desmentido a esta opción del cabeza de lista de la federación nacionalista, el convergente Carles Rossinyol, tras las manifestaciones de Font.

El pospuesto acuerdo entre PSC y CiU para renovar la dirección de Ràdio Sabadell, bloqueada desde hace meses, se orienta en esta dirección. Un pacto en la línea de la operación de maquillaje señalada por Larrosa.

Da la impresión que CiU le está haciendo la campaña electoral a ERC cuyo cabeza de lista, Juli Fernàndez, mantiene una ambigüedad calculada, no exenta de oportunismo. Si por un lado, afirma que su prioridad es un acuerdo con las fuerzas de izquierda para encabezar la regeneración democrática por otro, no le importaría pactar con la federación nacionalista, si ésta apuesta por el cambio. De este modo, intenta pescar en ambos caladeros.

La propuesta de formación de una candidatura unitaria de las cuatro formaciones a la izquierda del PSC (ICV, EUiA, Entesa y CUP), se presenta muy complicada y lo más probable es que la recomposición de la izquierda local se articule sobre dos ejes. Por un lado, la reconstrucción de la coalición ICV-EUiA; por otro, el acuerdo preelectoral entre Entesa y CUP.

Esta división impedirá que la ciudadanía perciba una alternativa de cambio y puede comprometer que el nuevo ciclo esté comandado desde la izquierda, la única capaz de realizar las transformaciones profundas que exige la ciudad ante la profunda crisis económica, social, política, nacional y ética que la atenaza.

Sin alternativas

Esta no es la única ocasión que Sabadell experimenta un cambio de ciclo. Ahora bien, es la primera en que no se percibe una alternativa política. En efecto, al final de la dictadura, el PSUC liderado por Antoni Farrés se configuró como la alternativa al consistorio franquista. Tras dos décadas de gobiernos de Farrés (1979-1999), el PSC de Manuel Bustos se proyectó como la opción de recambio. Sin embargo, ahora, cuando todo apunta al final del ciclo del PSC, no se adivina una alternativa política para liderar la nueva etapa.

Una expresión, en este caso en el terreno político, de la profundidad de la múltiple crisis que experimenta la ciudad.

Foto portada: fachada del ayuntamiento de Sabadell. Autor: David B.

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