Voluntaris valencians a la Ciutat de les Arts i les Ciències, esperant ser mobilitzats. Autor: ACN.

‘Valencia: la solidaridad frente a la infamia’, por Josep Asensio

“Los meteorólogos avisaron a tiempo, y el Gobierno valenciano subestimó ese aviso, por razones que aún no están claras. Hay numerosas alertas rojas a lo largo del año en el golfo de Valencia y se aproximaba un apetitoso fin de semana de tres días. Un buen puente. El presidente valenciano, Carlos Mazón, deberá explicar qué le indujo a afirmar el pasado martes que el riesgo remitiría hacia las seis de la tarde, y también deberá explicar por qué borró el vídeo que su servicio de prensa había colgado en las redes sociales con esa declaración”.

Enric Juliana, periodista

Escribo estas líneas todavía con nudo en la garganta, con una sensación doble de impotencia y de optimismo, con el miedo en el cuerpo esperando que las cifras de fallecidos no aumenten más, imaginando que los miles de desaparecidos están cobijados en algún sitio y no pasarán a formar parte de los que no han podido salvarse. Y miro a Valencia con tristeza, a esa comunidad que vive sus fiestas con intensidad y que ahora tiene que arremangarse para intentar volver a la normalidad lo antes posible. Y vuelvo a ver coches amontonados en las calles, gente haciendo cola para conseguir agua o algo de comer o en los balcones pidiendo ayuda. Y esas hileras en el puente de la solidaridad con cubos, palas, con lo que sea, para poder paliar tanta desgracia. Molestan y no molestan; todo a la vez, porque cuando ocurre una catástrofe de este tipo lo humano sale en tromba sin saber demasiado bien si es efectivo. Lo es y lo será siempre. Y todo esto va unido a la falta de humanidad de Carlos Mazón. Tengo tantas preguntas… ¿Acaso no alertó a la población porque se aproximaba un fin de semana largo y, como su amiga Isabel Díaz Ayuso, prefería la economía a las personas? ¿Por qué los periódicos madrileños explicaban en sus páginas cómo llegar a la costa valenciana para disfrutar de una paella mientras todavía se recogían cadáveres a pocos kilómetros de distancia? ¿Por qué Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, no suspendió la jornada de fútbol la semana pasada?

Y me duele que algunos políticos mientan descaradamente. Lo mismo que cuando algunos lanzan al aire bulos y proclamas llenas de odio donde la culpa la tiene Marruecos o Pedro Sánchez. Afortunadamente, los hay que, a pesar de las declaraciones indignas y rastreras, siguen adelante, diciendo la verdad. Porque solo hay una. Se actuó tarde y mal. Yo mismo estaba pasando por Valencia en tren cuando el cielo se oscureció de golpe sobre las cuatro de la tarde. Esas nubes no eran normales. Hubo momentos de miedo, pensando que quizás pasaríamos la noche allí dentro. Pero no, llegamos bien a Barcelona, a tiempo de percibir la incompetencia del presidente de la Generalitat Valenciana, de esos avisos que llegaron a las ocho de la tarde, cuando el desastre ya estaba matando a gentes de muchos pueblos. “Mazón no paralizó la actividad económica cuando el agua llamaba a nuestra puerta porque sabe que su función es garantizar que Juan Roig siga facturando. “En Irlanda llueve más que aquí y no veo que se paralice el país, anda y ponte a repartir, maldito vago”. También fue mala suerte que todo el mundo identificase la marca pese al repentino borrado mágico que sufrieron las nueve letras de Mercadona en el furgón zarandeado por las aguas desbordadas”, escribe Emma Zafón en el artículo Zánganos de buena familia y un furgón del Mercadona.

Foto portada: el municipi de Xiva, tres dies després de les inundacions. Autor: ACN.
El municipi de Xiva, tres dies després de les inundacions. Autor: ACN.

Y veo a ese Feijóo hundiéndose en el fango de Valencia, aprovechándose de las desgracias ajenas, señalando a la AEMET como culpable, mintiendo como siempre, sabiendo que este organismo estatal ya había advertido el domingo anterior de la peligrosidad de lo que estaba por llegar. No hay palabras para describir tanta ignominia, tanta desfachatez, tanta ruindad. Y Mazón bajando la cabeza, mirando hacia otro lado ante las palabras de su líder, obligado a agradecer a Pedro Sánchez su disponibilidad desde el minuto uno.

Mientras, también el odio en las calles, con entidades que solo dan comida y bebida ‘a los nuestros’, con gente que lo ha perdido todo aprovechando una cámara para criticar sin saber, para proyectar más rabia. Me quedo con los miles de voluntarios que no miran si la persona que tienen delante tiene la tez más oscura o más blanca, que salvan a personas, sin preguntar su ideología, sin necesidad de conocer sus orígenes ni su religión. Un odio al que se unen algunos militares que, sin pudor, sin vergüenza, cuelgan en sus redes improperios contra el gobierno central, desde la zona cero. Me huelo que han ido a echar más leña al fuego, no para ayudar. A alguno de esos militares en la escuela no sabían ni leer ni escribir. Ahora tienen muy claro lo que quieren. Robos, saqueos, inmundicia y obscenidad que no podrá con la ola de solidaridad que viene de toda España.

Voluntaris arribats des de Vilarreal per ajudar. Autor: ACN.
Voluntaris arribats des de Vilarreal per ajudar. Autor: ACN.

Y mientras las ratas y los lobos hacen su mísero trabajo, como siempre, la sociedad confía en la fuerza de las instituciones, de las empresas, de los que saben. Las fuerzas armadas, los sanitarios, los bomberos, los ingenieros, los médicos, personal cualificado que es el que va a saber actuar de un determinado modo en estas situaciones. La movilización ha sido espectacular en poco tiempo. Teniendo en cuenta la magnitud de la catástrofe, se va actuando con rapidez. Mienten los que dicen que no se hace nada. No se para ni por la noche. Ya se puede circular por las autopistas dañadas. Es hasta insultante y ofensivo gritar que las administraciones están inactivas. Quizás no han visto o no quieren ver el caos que ha creado esta DANA mortal. Prefieren formar parte de los que echan más mierda, de los que nunca han tenido la más mínima empatía por los que sufren. Las ayudas que muchos no querrían ya están en marcha.

También los hay que se divierten recordándoles a los valencianos que disfruten de lo votado, hurgando en esa herida que ahora no hay que abrir. No obstante, es imposible olvidar que cuando PP y Vox sellaron su pacto para gobernar la Comunidad Valenciana, este incluía la disolución de la Unidad Valenciana de Emergencias y 40 millones de euros a la tauromaquia, siendo la autonomía que más gasta. Los expertos nos dicen que ese organismo, de existir, hubiera salvado muchas vidas. La viñeta de Ermengol Tolsa-Badia, en la que se observa a un torero intentando parar la avalancha de barro, enseres y personas con su capote, es mucho más que una simple imagen porque muestra la deshumanización de una cierta clase política valenciana que ha renunciado a lo público y que menosprecia a las personas. Más dolorosa todavía, la imagen en la que sobresale un brazo desde el agua con un móvil en la mano y el aviso que llegó demasiado tarde.

Foto portada: veïns de Paiporta, aquest diumenge 3 de novembre. Autor: ACN.
Veïns de Paiporta, aquest diumenge 3 de novembre. Autor: ACN.

Y bulos, muchos bulos, mentiras cocinadas desde un despacho o desde un youtuber que paga sus impuestos en Andorra, con la connivencia de políticos de extrema derecha que se aprovechan del lema ‘Solo el pueblo salva al pueblo’, cuando eso es una falacia. El pueblo no reconstruye las carreteras dañadas, ni las infraestructuras ferroviarias, ni se mete en un garaje inundado para saber si hay personas atrapadas allí. Esa idea de que los impuestos no sirven para nada también la asume cierta izquierda que no sabe adónde va.

Siento asco y vergüenza de la manipulación que está haciendo el PP y Feijóo del dolor de los valencianos. También de Vox y sus acólitos, que ya han sido identificados en las algarabías del pasado domingo en Paiporta lanzando barro a las autoridades y agrediendo por la espalda con una pala al Presidente del Gobierno. No se quedan ahí. Ofrecen la cobertura jurídica de su ‘sindicato’, Solidaridad, a los que zarandearon o rompieron las lunas de los coches oficiales. Espero que valencianos y valencianas tomen nota de lo que está pasando y actúen en consecuencia cuando toque. Ahora, hay que arrimar el hombro, dejar de estorbar y de impedir el buen funcionamiento de las instituciones. Alguien tendrá que asumir responsabilidades en algún momento. Y, a pesar de todo lo que he escrito, me doy cuenta de que es un chorro de sensaciones, aturdido por tanta información, por tanta morbosidad, por reacciones que no van conmigo, con gritos inconexos de impotencia, con barro hasta las cejas, con miradas perdidas que siguen buscando a sus seres queridos. Y pseudoperiodistas mintiendo con descaro. No voy a caer en la trampa. A mis amigos valencianos, sean estos de Aldaia o de Torrent, sean de donde sean, no los voy a olvidar. Todo mi cariño desde estas líneas. No estáis solos, pero no os dejéis arrastrar por ese fango en que otros disfrutan. Eso no.

Foto portada: voluntaris valencians a la Ciutat de les Arts i les Ciències, esperant ser mobilitzats. Autor: ACN.

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