‘¿Necesita Sabadell restaurar el gobierno independentista?’, por Manuel Navas

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas, sociólogo

Hace unos días, el cónclave de partidos independentistas aseguraba que la ciudad necesita un gobierno independentista. No un gobierno de izquierda, derecha, progresista, social, etc., sino independentista. Un calificativo sin contenido, más allá de expresar la voluntad secesionista de quienes lo defienden, de lo que se deduce, a sensu contrario, que lo que no necesita Sabadell es un gobierno no independentista (no porque gobierne bien o mal, sino por no ser independentista). Irrefutable argumento político. Se agradece la franqueza para que la ciudadanía no independentista sepa para qué será utilizado su voto si, por confusión o seducción, pensase votar a esos partidos (que, dicho sea de paso, aparecen por los barrios sin estelada, ni simbología independentista y hablando en castellano, todo para pescar votos en “territorio hostil”). Olvidan que un gobierno independentista ya existió en la pasada legislatura con dos alcaldes (ERC y La Crida) y que la ciudadanía reprobó su labor y gestión. Así las cosas, ¿para qué necesita Sabadell restaurar un gobierno independentista?

En el imperativo “necesita” subyace el mensaje de que los partidos independentistas gobiernan mejor que los no independentistas, algo que a nivel local no es compartido por la ciudadanía que no les prorrogó su mandato, precisamente por no considerarlo “necesario”. Así que, o el pueblo tiene pocas luces despreciando el “gobierno de los mejores” o tales partidos están anclados en una autoestima que no se corresponde con la realidad.

Y si a nivel local existen datos sobre hoja de ruta y capacidades de un gobierno independentista, también existen a nivel autonómico, datos que, en ambos casos, son útiles para poner puntos sobre las íes.

Para valorar las prioridades de un gobierno de cualquier ámbito, más que a su programa, que en general no suelen cumplir, y de disquisiciones sobre si la abuela fuma, a nivel local, habrá que estar, a lo que han hecho, el cómo y el porqué y qué valoración realiza la ciudadanía de ello y en lo autonómico desde la perspectiva social, al porcentaje de los presupuestos que destinan a sanidad, educación y servicios sociales.

Al respecto, veamos datos de Consellerias y Ministerios.

En sanidad, Catalunya, tras Madrid, es la que menos invierte de su presupuesto total (un 24,7%), por debajo de la media de España y de otras comunidades. Esto explica la precariedad del servicio público: listas de espera, falta de recursos, de personal, de equipamientos e infraestructuras, salud mental, pediatría, etc. sin olvidar (ni perdonar) el sufrimiento y muertes evitables en las residencias durante la pandemia. La guinda del fracaso del modelo de gestión la pone el 31,82% de la población que aspira encontrar en la privada el servicio que le niega la pública o que, en Sabadell, 1 de cada 4 personas acuda a la privada por las inhumanas listas de esperas o abran un CAP y amplíen el Taulí sin el personal necesario.

En educación, basta recordar que la Ley de Educación de Catalunya de 2009 marcaba que para el 2017 la inversión en educación debía llegar al 6% del PIB y que en el 2023 estamos en el 3,82%, (se ha puesto en marcha una ILP ¡para que la Generalitat cumpla su propia ley!) Una infra financiación que provoca, entre otras cosas, el disponer de un profesorado insuficiente, mal pagado y peor tratado en perjuicio del alumnado con unas ratios de fracaso escolar y segregación por encima de la media de España y, en Sabadell, la existencia de barracones (Virolet, Arraona, Narcisa Freixas) o que 2.000 jóvenes no pudiesen cursar la Formación profesional, a la que aspiraban, por falta de plazas.

Servicios sociales y promoción social. En Catalunya del total del presupuesto dedica el 7,4%, por debajo de otras comunidades y justo por debajo de la media de España.

Decisiones políticas que, entre otras cosas, provoca el macabro dato de 38 personas que diariamente mueren en Catalunya esperando la ayuda por la dependencia o la falta de equipamientos intolerable (residencias, centros de día, vivienda social asistida, ….), etc.

Y como no se trata de caer en la esterilidad del NO por sistema, es evidente que durante este tiempo la Generalitat ha hecho cosas bien como el corto, pero en buena línea, Plan Nacional de Erradicación del Amianto en Catalunya auspiciado por la presión popular y otros males como el actual caos de las oposiciones, pero aquí hablamos de políticas sociales. Y como el hábito no hace al monje, es insostenible decir que un gobierno independentista, per se, es mejor que uno no independentista (como sería decir lo contrario), ni en Sabadell ni en Catalunya, sino que, socialmente hablando, la prueba del algodón está en las prioridades políticas, los proyectos y ejecuciones, la gestión y el destino que hacen de los dineros públicos. Lo exigible es que el ayuntamiento gestione bien los recursos, beneficiando al vecindario, los barrios y la ciudad y no utilizar el municipio como estrategia política para irse “desconectando de España desde los ayuntamientos”. Y llegados a este punto, no olvidar que Catalunya, con un Govern independentista, que está entre las CCAA con mayor PIB y presupuesto per cápita, está a la cola de España de la inversión en sanidad y por debajo de la media en educación y servicios sociales y es que la arrogancia nunca es buena consejera porque suele destapar vergüenzas propias.

El diari digital iSabadell obre la possibilitat als representants d’entitats, partits polítics i altres col·lectius a enviar articles d’opinió, reservant-nos el dret a la seva publicació. L’espai d’opinió reflecteix la visió personal de l’autor de l’article. iSabadell només la reprodueix.

Foto portada: Manuel Navas. Autor: David B.

Comments are closed.