Opinión de Josep López (ICV): ‘Caso Mercurio: Cuarto aniversario’

ARTICLE D’OPINIÓ
Josep López, Coordinador de Iniciativa per Catalunya Verds y miembro de la Plataforma Sabadell Lliure de Corrupció.

Antes de entrar en el caso Mercurio, quiero hacer una breve referencia a hechos acaecidos en 2006. ICV había denunciado adjudicaciones a una empresa de socios de Melquíades Garrido, tío del entonces alcalde Manuel Bustos. La empresa era E.S.A. Los administradores de E.S.A conjuntamente con Melquíades Garrido eran los titulares de otra: Industrial Park. La denuncia provocó la salida de Melquíades Garrido del consejo de administración de Vimusa, del que formaba parte en calidad del presidente del gremio de la construcción. La empresa municipal fue quien dio la primera adjudicación a E.S.A.

En 2010, personas de ICV pusieron en conocimiento de la fiscalía los datos que se nos habían facilitado. A partir de ahí se inició la investigación.

El 27 de noviembre de 2012 se desplegaron 300 Mossos d’Esquadra en 50 edificios de Sabadell y comarca. Empezaba la llamada operación Mercurio, liderada por la fiscalía anticorrupción. Mercurio en la mitología romana era el mensajero de los dioses.

Según la fiscalía “se investigaba una trama política y empresarial dentro del ayuntamiento de Sabadell. Para tener ventajas en las adjudicaciones de obras públicas, se cobraba un depósito que iba de los 120.000 a los 300.000 euros. En función del presupuesto de la obra la cantidad era más grande. Lo que se recaudaba se repartía entre políticos y funcionarios involucrados. Acabada la obra se cobraba un tres por ciento en dinero ‘negro’. La fiscalía aseguraba que las personas vinculadas a la trama habían podido cometer siete delitos: prevaricación (ordenar algo a sabiendas que es injusto), cohecho (soborno), tráfico de influencias, falsificación documental, infidelidad en la custodia de documentos, negociaciones y actividades prohibidas a los funcionarios públicos y omisión del deber de impedir delitos o de promover su persecución.

Continúa el procedimiento judicial. Se están produciendo nuevas derivadas y nuevas imputaciones, nuevas personas investigadas, y se ha ampliado el número de piezas judiciales. Hasta el momento ha habido una condena firme, ratificada por el tribunal supremo, contra los hermanos Bustos.

Cuando vemos las noticias sobre corrupción, apreciamos que, en los diferentes casos, existen repercusiones económicas para el erario público. Los presupuestos de las adjudicaciones incorporan también “las gratificaciones o comisiones”. Es decir, además de la inmoralidad, y el comportamiento delictivo de algunas personas, corruptores y corruptos, se produce una repercusión en los fondos públicos, que proceden de las personas contribuyentes.

Cuando hablamos de corrupción, enseguida valoramos la necesidad de aplicar el código penal a rajatabla. Parece, sin embargo, necesarias las políticas preventivas y un cierto cambio cultural. En el ámbito político son necesarias medidas. A mi juicio, las organizaciones políticas no deben confundir liderazgos naturales con sumisión de todo el colectivo a ellos. La formación ideológica y la capacidad de gestión deben ir acompañadas de ética, honradez y honestidad contrastadas.

La elección de personas para las candidaturas electorales debe hacerse con el conocimiento suficiente del historial de las personas. Estas son condiciones necesarias pero no suficientes. Luego deben funcionar a la perfección, en las instituciones, los mecanismos de fiscalización, convenientemente fortalecidos para que sean útiles, y un aspecto fundamental: no puede existir la complicidad, por acción u omisión, de nadie (personas particulares, funcionariado, entidades económicas y financieras). Harina de otro costal es la escala de valores en un número no desdeñable de personas, que a veces se expresan de esta guisa: “Yo hubiera hecho lo mismo, hincharme…y apoyar a los míos”

Es evidente que, para cambiar las cosas, hay que recorrer todavía un camino importante. Sin embargo, ha habido muchas experiencias y las hay, que nos reconcilian con la política, con la defensa de la cosa pública.

Permítanme recordar, sin nostalgia alguna, pero con mucho orgullo lo que Toni Farrés nos comentaba en las reuniones del grupo municipal del PSUC y después Iniciativa per Catalunya, mientras gobernábamos en solitario la ciudad de Sabadell: “Podremos meter la pata, pero nunca meteremos la mano”.

One Comment