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Opinión de Juan Guil (UpC): ’40 aniversario del asesinato de los abogados de Atocha’

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Juan Guil, miembro de Unitat pel Canvi y EUiA

El martes 24 de enero, cumplió 40 años de los asesinatos de los abogados laboralistas de Atocha, afiliados a las CCOO. El domingo pasado el Periódico de Catalunya le dedicó las páginas centrales a dicho acontecimiento, que fue sin duda una matanza revanchista de los sectores ultraderechistas del franquismo. Un acto doloroso y criminal para el movimiento obrero, que fue en atocha como podía haber sido en otro lugar.

En Sabadell, el despacho de Toni Farrés fue durante la dictadura quien se encargaba de la defensa de los presos políticos encarcelados en la dictadura, como por ejemplo los 16 jóvenes del barrio de Pueblo Nuevo, de los cuales 12 eran miembros de la Joventut Comunista de Catalunya, yo fui uno de ellos. O los detenidos en la huelga general de Sabadell en 1976. Entonces no hizo falta porque todos fueron puestos en libertad.  La asociación de Sabadell per la República está recordando en un ciclo que iniciaron hace unos meses todas las detenciones colectivas en Sabadell donde más de un centenar de sabadellenses pagamos con cárcel la defensa de la democracia.

No se puede comparar Madrid con Cataluña, pues la capital concentraba los sectores más duros del franquismo que nutria la ultraderecha, encabezada por Blas Piñar, procurador de Cortes hasta 1977 y diputado por Madrid en las primeras elecciones de 1979. La ultraderecha española era aquel sector del franquismo que de ninguna forma aceptan la legalización de los partidos y los sindicatos. En todos sitios hay extremos, y en este caso siempre han tenido el amparo de los aparatos del estado porque es habitual en ellos actuar, quemar fotos, banderas y difamar a la democracia o la izquierda y en especial a los comunistas.

La complicidad de los aparatos del estado en aquel periodo con los ultras, dejándoles hacer y no persiguiéndoles, demuestra también lo que pasó con los asesinos del despacho de atocha, pues de los que fueron juzgados y condenados solo uno está cumpliendo la condena siendo encarcelado en 1985. De los que fueron condenados: uno falleció antes de que se dictara condena, el sobrino de Blas Piñar desapareció, otro fue condenado a un año de cárcel y por lo tanto no entró y otro condenado a cuatro años. Por último, los dos ejecutores de los asesinatos, fueron condenados a 193 años de cárcel, uno estaba vinculado a Fuerza Nueva y se fugó, al otro ejecutor se le dio un permiso a los 13 años de condena y ya no volvió a la cárcel.

Esto solo puede ocurrir con complicidad de los aparatos del estado. Depende del bando que sean las victimas las ordenes eran diferentes para que la policía y los jueces actúen de una manera o de otra. Por ejemplo, los presos de ETA que están siendo perseguidos hasta el último rincón del mundo, cuando se les detenía se ponía todas las medidas de seguridad para evitar fugas, y después de cumplir la mayoría de la pena se le niegan permisos.

Los abogados de atocha eran servidores a la causa de la clase trabajadora, de los derechos humanos y de la lucha por la democracia. Como ellos eran entonces todos los abogados laboralistas arriesgando su vida por la defensa de los trabajadores/as. No puedo olvidar en ningún momento de mi vida lo que era el despacho de Toni Farrés, y del grupo de abogados. Tenerlos a ellos en aquellos momentos donde te detenían y te encarcelaban y te despedía, te ayudaba a mantener la moral alta y saber que no estabas solo. Recordad estos hechos de atocha es importarte porque refleja lo que costó esta democracia.

Foto portada: entierro de los abogados asesinados.

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