‘Procesos participativos y mercado de Campoamor’, por Manuel Navas (FAV)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Manuel Navas, Presidente de la FAVSabadell

¿Qué sucede si el partido vencedor en unas elecciones incumple con sus promesas electorales? Pues, poco o nada. De hecho es algo habitual en elecciones generales o autonómicas, sin embargo en el ámbito municipal es algo distinto al existir más presión por el tema de la proximidad. ¿Y qué sucede si un proyecto del programa es cuestionado por un determinado colectivo ciudadano? ¿Debe cumplirse o incumplirse? Si incumple traiciona a sus votantes y si cumple provocará el rechazo del colectivo discrepante. Ese es el dilema.

En democracia, es incuestionable que el gobierno está legitimado por las urnas para aplicar su programa puesto que para eso ha sido votado. Pero son tiempos en los que la democracia representativa pura es cuestionada, con razón, como una de las causas del desapego entre gobernantes y gobernados y tímidamente se están abriendo puertas a la democracia deliberativa (participación ciudadana) como instrumento para implicar y/o empoderar a la ciudadanía en los asuntos públicos.

En la jornada de Democracia Local “Parlem de democracia deliberativa” celebrada hace unas semanas en Sabadell, se señalaba acertadamente que importante es quién gobierna y también el cómo se gobierna.

Aceptar que es posible y necesario otra forma de hacer política implica que debe existir prudencia y sensibilidad a la hora de ejecutar proyectos que pueden generar situaciones no deseadas y choques evitables entre la ciudadanía, siendo aconsejable recurrir a procesos participativos como instrumento para analizar, deliberar y realizar propuestas.

En el caso del mercado de Campoamor, se dan los elementos para llevar a cabo una buena práctica participativa, a saber: un proyecto recogido en el programa del partido ganador en las elecciones municipales de 2019; un determinado colectivo que se opone; sensibilidad y voluntad política del Equipo de Gobierno para abrir puertas a la deliberación antes de ejecutar el proyecto discutido. Así las cosas, se trata de establecer las premisas para poner en marcha una mesa ad hoc

Lógicamente, el objetivo inicial de la mesa debe ser realizar un diagnóstico sobre el equipamiento a partir de disponer de todos los datos para entender y explicar la situación por la que atraviesa el mercado, las causas y consecuencias, los beneficios y costes para el Distrito y la ciudad y concluir con una valoración rigurosa a partir de la cual hacer propuestas y, en la medida de lo posible, consensuar conclusiones.

Definido el objetivo, la constitución de la mesa también debe resolverse. Para que sea representativa (sería un contrasentido que no lo fuese), además de técnicos del ayuntamiento y miembros del Equipo de Gobierno, debe concretarse su composición: ¿qué entidades forman parte?, ¿del barrio donde está ubicado el mercado?, ¿de los barrios colindantes? ¿del Distrito?, ¿de la ciudad?

El Ayuntamiento de Sabadell está trabajando en la elaboración del nuevo Reglamento de Participación. Mientras tanto, la vida sigue y los problemas precisan de respuestas. Y para evitar que el Reglamento acabe siendo un producto de laboratorio, debe integrar las experiencias que se lleven a cabo. La oportunidad que ofrece el mercado de Campoamor, puede ser inmejorable para poner en práctica un proceso participativo y extraer conclusiones.

Foto portada: El passadís central del mercat de Campoamor. Autor: David B.

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