‘Sobre la sentencia’, por el Secretariado de la FAV Sabadell

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Secretariado de la FAV Sabadell

Desde siempre, la FAVS ha manifestado su apuesta porque los problemas políticos deben ser abordados políticamente y no judicialmente. Llegar al punto actual no es causal, sino fruto de un conjunto de despropósitos y falta de miras políticas de todas las partes del conflicto, sin bien con distinto grado de responsabilidad.

Despropósito la declaración unilateral de independencia sin contar con la mayoría social suficiente para algo de tan extraordinaria magnitud; ingenuidad creer que el Estado se quedaría quieto ante la segregación de una parte de su territorio; e irresponsable el evitar (ERCCUP) que el entonces President Puigdemont convocases elecciones en su momento para frenar el viaje a ninguna parte.

Despropósito, la incapacidad del Estado para ofrecer diálogo en la búsqueda de salidas consensuadas al conflicto político, la represión del 1O, optar por aplicar el 155 y no entender que probablemente en la España plurinacional (y en una Catalunya plural), la única salida razonable es celebrar un referéndum consensuado con todas las garantías democráticas donde los distintas partes puedan defender sus propuesta, para que el pueblo catalán (sin que nadie se arrogue su representatividad y menos en exclusiva) decida lo que estime conveniente

Constatar y criticar estos y otros despropósitos no es óbice para estar en contra de la prisión preventiva de más de dos años de los líderes independentistas (aunque la huida de algunos dio argumentos jurídicos para ello), como de la calificación de rebeldía del Ministerio Fiscal (jurídicamente inaguantable) y últimamente la de sedición con penas durísimas.

Creemos que la sentencia es un punto de inflexión a partir del cual las elites políticas deben ponerse las pilas y legislar/tomar decisiones (levamos años con todo paralizado) y escuchar las demandas de la sociedad civil, iniciando un diálogo abierto (en Catalunya entre las “dos catalunyas” y entre Catalunya y el Estado).

El diálogo ha sido recurso habitual en sociedades democráticas (incluso con conflictos armados) por lo que no es de recibo creer que no sea posible aquí y ahora. La premisa para ello es dejar de mantener el discurso que ambas partes difunden de referirse/presentar a “los otros” (españoles/catalanes) como enemigos, porque no es cierto, entre otras cosas el ser español, catalán, francés o ruso es contingente y porque como parte del pueblo trabajador que somos nos unen más cosas que nos separan.

Conviene recordar que las divisiones entre los pueblos invariable e históricamente las fomentan los de arriba por intereses obvios y más en momentos de crisis económica propiciada por el neoliberalismo con recortes brutales al Estado de Bienestar y que el poder económico (y la clase política a su servicio) sean catalanes, madrileños, rusos o japoneses, están de acuerdo en defender.

Foto portada: un moment del judici al Suprem. Autor: Pool EFE via ACN. 

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