Simón Saura, durant l'entrevista el 22 de desembre de 2023. Autor: David Jiménez

Simón Saura, activista y político: “Farrés y Bustos fueron dos buenos alcaldes, cada uno con su estilo”

Simón Saura Conesa nació el 30 de julio de 1932 en Cartagena, hace 91 años, en tiempos de la Segunda República. Se casó en 1959 con Maria Dolores Sánchez Garrido con quien tuvo siete hijos que le han dado numerosos nietos. Con él repasamos su trayectoria profesional, sus activades en la lucha antifranquista y su larga etapa como concejal del Ayuntamiento de Sabadell.

Le entrevisto en la sala de actos de la Biblioteca del Vapor Badia antes de presentar su último libro Plan de urgencia de Sabadell 1978 – Plan de urgencia de Sabadell 2023, el pasado 22 de diciembre.

¿Cuál era la profesión de sus padres?
Mi padre tenía negocios. Regentaba una charcutería y aparte de eso compraba y vendía sobre todo caballos. También se dedicaba a traer a veces ganado, ovejas para Catalunya. Mi madre era ama de casa y también trabajaba en la charcutería.

¿Cuántos hermanos eran?
Cinco hermanos, yo era el benjamín de la familia.

¿Qué estudios tiene?
Empecé a estudiar en Cartagena el bachillerato, que entonces duraba siete años, cuando lo terminé mis padres querían que siguiera estudiando y me matriculé en Derecho en la Universidad de Murcia. Poco después, en 1950, por motivos económicos, pero sobre todo políticos, me vine a Cataluña y me puse a estudiar en la Universidad Central de Barcelona. Mi padre era militante socialista y recibía fuertes presiones de las autoridades franquistas. No me licencié. Yo trabajaba y estudiaba, pero para el trabajo se me pedían otra serie de cualificaciones. Entonces estudié dirección de personal en ESADE en Barcelona, donde por cierto me dieron muy buena nota. Después, hice graduado social, también en Barcelona, detrás del Palau de la Música. Aquí, en Sabadell, hice algún curso de administración de empresas. También tuve que hacer muchos cursillos relacionados con el trabajo.

¿Cómo y en qué circunstancias se instaló en Sabadell?
Primero, en 1950, fui a vivir al Centro, en una casa de mis abuelos, en la calle Sallarès i Pla, casi tocando con el apeadero la Rambla. En Sabadell vivían mis abuelos, las hermanas de mi madre y toda la familia de mi madre, que era muy numerosa. Eran nueve hermanos que vivían en Sabadell y habían nacido aquí. Mis abuelos habían muerto y la casa estaba cerrada. Aquí tenía a mis tíos, mis primos y una casa para nosotros. Primero, me vine con una de mis hermanas y luego vinieron mis padres. Cuando me casé en, 1959, me fui a vivir al barrio de La Concòrdia.

¿Cuál su primer trabajo en Sabadell?
Mi primer trabajo solo me duró un día, en el Banc Sabadell que entonces estaba en la calle Sant Quirze. Me llamaron para hacerme una prueba y estuve un día donde me sentaron en una mesa arreglando papeles. Antoni Forrellad, vivía en la calle Sant Pau, San Pablo como se decía entonces, y al lado vivía uno de mis primos que le dijo: ‘Acaba de llegar uno de mis primos que es muy buen chico, que está estudiando y es muy religioso’. También, le digo que mi familia siempre ha sido muy religiosa. Forrellad le respondió: ‘Que vaya a trabajar a mi empresa’. Y, claro, ya no fui al banco.

Me habla de la empresa CES.
Sí, Construcciones Eléctricas de Sabadell, Sociedad Anónima. Luego se asociaron con los suecos de ASEA y se creó ASEA-CES.

Usted llegó a Director de Personal de la empresa y trabajó estrechamente junto a Antoni Forrellad ¿Qué me puede decir de su personalidad y su figura?
Sí, pero no empecé como jefe de personal, sino con la categoría de aprendiz, de pinche, en las oficinas. Entonces, éramos unos 80 trabajadores. La empresa estaba en la calle Sol i Padrís, cerca de donde yo vivía. La verdad es que Antoni Forrellad me apadrinó bastante por una serie de motivos. Yo era muy buen chico, era de la Acción Católica, era de la Santísima Trinidad de la Acción Católica, estudiaba…Para según qué cosas le hacía como de secretario, pero no de secretario para llevarle el día a día, para eso ya tenía su secretario, sino a veces cuando él iba, por ejemplo, a Barcelona, tenía su chófer y me llevaba a mí. Entonces, según a dónde iba, yo le llevaba la cartera. Por cierto, muchas veces íbamos al Paseo de Gracia, a un piso donde se fundó Convergència i Unió. Yo había estado en aquel local, porque me decía, sube la cartera y yo subía con la cartera. Por lo tanto, he participado en la fundación de Convergencia i Unió.

¿Cuántos años trabajó en ASEA-CES?
Pues, desde el 1951 al 1984, siempre en la misma empresa donde, por suerte, fui cogiendo más responsabilidades. Al final, estábamos la dirección de la empresa, que ya era sueca solo, cinco directivos. Yo era el director de personal y había tres directores más y el presidente que era sueco.

Simón Saura, durant l'entrevista el 22 de desembre de 2023. Autor: David Jiménez

En los años de la dictadura usted militó en movimientos cristianos progresistas. ¿Puede explicarnos cómo nació ese movimiento y que papel jugó en la vida de la ciudad?
Yo estaba en la Acción Católica de la Santísima Trinidad. Rápidamente me puse en contacto con la Acción Católica Obrera (ACO). Mi primera actividad fue en las cuevas de Sant Oleguer, donde estuve bajando cada día festivo desde el año 1952 hasta el 1959. Entonces ya tenía relaciones con gente más inquieta que estaban más organizados. Mi primer acto político salió de la empresa, entonces ya hacía muchas actividades sociales y conocía a los chicos que trabajaban abajo en el taller. Había que uno que era del Partido Comunista y siempre me decía: ‘Tú mucho hacer cosas, pero no te comprometes’. Me propuso que, cara en la huelga de tranvías de Barcelona del año 1951, saliéramos por la noche para hacer pintadas con otro chico joven, también del Partido Comunista, y yo que no era de ningún partido. El problema, las dos noches que salimos, eran los serenos que daban parte a la policía si veían algo raro. Esta fue mi primera actividad política. Después, más tarde, desde la ACO se organizó la Semana de la Juventud montada por Acción Católica que coincidía con la Semana de la Juventud que montaba la Falange y hubo cierto enfrentamiento por esa semana. Yo participé bastante e hice mis primeras conferencias públicas. Tenía entonces 22 o 23 años. Mis primeras conferencias en público fueron tres, lo recuerdo muy bien, una en Pueblo Nuevo, otra en Ca n’Oriac y otra en la Escuela Industrial.

Usted fue un de los detenidos en la huelga de autobuses de 1964. ¿Qué recuerda de aquellos acontecimientos?
El 1 de mayo de ese año, por una serie de circunstancias y de insinuaciones que dio el párroco de la Creu Alta, fueron a mi casa. Me detuvieron y a bastante gente del movimiento de cristianos progresistas, había gente de la ACO, de la HOAC… Entonces ya tenía un cargo importante en la empresa. Estuvimos de paso en la comisaría de policía de Sabadell y luego nos llevaron a la comisaría de Via Laietana.

¿Lo maltrataron?
Bueno, tuve suerte. A mí me solo me dieron algunos empujones. A diferencia de otros compañeros, les dieron más fuerte, una auténtica paliza. Los policías estaban bastante nerviosos porque éramos todos de movimientos cristianos. Según y como éramos comunistas, pero había mucho enredo. Después nos llevaron a La Modelo. Allí yo diría que fui un enchufado. Mi mujer se empezó a mover. Además, yo tenía un puesto importante en la empresa, conocía hasta al alcalde. Al lado de mi casa vivía uno que era de las juventudes falangistas. Se hicieron una sería de cartas, del alcalde, del jefe de la empresa… A las dos semanas me liberaron, sin cargos, ni nada. Estuve incomunicado, como a todos los que nos apresaron, en una celda individual. Aunque estábamos incomunicados, descubrimos la existencia de una organización comunista que se puso en contacto con nosotros. Entre los presos políticos de la Modelo, hubo mucho revuelo porque había detenido a una serie de cristianos, algo que entonces llamaba la atención.

Simón Saura, durant l'entrevista el 22 de desembre de 2023. Autor: David Jiménez

¿Fue detenido más veces por sus actividades políticas?
Detenido, no. Años más tarde descubrí, a través de mi mujer, que me vigilaban y me seguían. Cuando entré en el Ayuntamiento, me dieron los informes que hacía la policía y los serenos donde se leía: ‘ha salido de su casa a tal hora, ha ido a tal reunión…’. Esto te obligaba a tomar ciertas precauciones porque también estaba muy implicado en el tema de la escuela. Llegamos a montar en cada escuela de Sabadell una asociación de padres que nos reuníamos una vez al mes. Yo hacía de secretario de esas reuniones. También iba a Barcelona en representación de las asociaciones de padres de las escuelas públicas de Sabadell.

Usted fue un activo militante del movimiento vecinal, desde la asociación de vecinos de la Concòrdia y colaboró en la revista Can Oriach. ¿Qué importancia tuvo el movimiento vecinal en esos años del franquismo?
Fue un movimiento muy potente que estaba apoyado por las asistentas sociales. Cuando fui a vivir a La Concòrdia, nos reunimos un grupo que fundamos la asociación de vecinos del barrio que, diría, fue la primera de Sabadell. Posteriormente, se fundó la de Ca n’Oriac donde participé a través de un grupo de la ACO. También, participé en algunas reuniones para crear la asociación de vecinos de la Creu Alta. Ellos no tenían local y se reunían en el nuestro donde les informábamos cómo funcionaba nuestra asociación de vecinos.

¿Cuándo ingresó en el PSC?
A finales de los 60, aquí en Sabadell, cuando había ya más inquietud y más politización, se formó un grupo que tuvo varios nombres, quizá el más conocido es el de Els Elèctrics. La cuestión es que nos reuníamos unos veinte y pico chicos y chicas. Hacíamos reuniones. siempre clandestinas. A esas reuniones venía gente a hacernos conferencias. Una vez vino Joan Reventós, en 1974, cuando se estaba fundando el Partit Socialista de Catalunya (Congrés). De esa conferencia salimos todos politizados. Unos se fueron al PSUC y otros al Partido Socialista que se fundó entonces en Sabadell. Desde entonces he militado siempre en el Partido Socialista. Ha tener en cuenta que mi padre había militado en el PSOE y ya me venía de familia.

Usted fue concejal socialista en el Ayuntamiento de Sabadell desde 1979 a 1999 y fue candidato a la alcaldía en 1987 y 1991, ejerciendo la oposición a Antoni Farrés ¿Cómo recuerda con sus claroscuros la figura de Farrés?
Estuve de regidor 20 años, los mismos que estuvo Farrés. Conocía a Farrés antes de que fuera alcalde a través de los movimientos sociales, de una escuela social que se había montado. Para algunos comunistas, mi persona era contradictoria. Por un lado, tenía un puesto de responsabilidad en la empresa; por otro, estaba en todos los enredos y reuniones de la lucha antifranquista. Cuando se montó esa escuela social, Farrés se opuso a que yo diera clases porque era directivo en la empresa. Quiero decir que ya teníamos ciertas tensiones. Después, cuando entramos en el Ayuntamiento, gobernamos juntos en el primer mandato; pero yo tengo mi carácter y Farrés tenía el suyo. Farrés se había educado en el Centro, en los medios de la burguesía, y yo venía de más abajo. No nos entendíamos muy bien. Varios regidores socialistas de mi grupo habían ido a los Escolapios con Farrés y tenía con ellos más posibilidades cuando quería conseguir algo que mi grupo no veía muy claro. Cuando le decían: ‘Eso háblalo con el Saura’ y nos reuníamos, si era algo que yo no veía bien, sabía que como mínimo habría dos días en que no me hablaría.

Farrés tenía una cualidad estupenda: era austero como él solo. En lo demás hay de todo. En algunos de los libros que he publicado hay cuentos dedicados al alcalde. Buscando en mi obra literaria puede encontrarse cómo lo veía. La verdad es que la ciudad estaba necesitada de todo y entre todos, tanto ellos como nosotros, colaboramos y se hicieron las cosas más esenciales de Sabadell. Hoy día se ponen cositas, pero entonces era poner el agua corriente, la electricidad, el asfalto, el alcantarillado…cosas esenciales. Eso es lo que más se recuerda de aquella época.

Ya que hablamos de alcaldes ¿Qué valoración hace de Manuel Bustos que, en muchas ocasiones, le consideró a usted su padre y su maestro político?
A Bustos lo conocí cuando estaba en las juventudes del partido y tuvimos siempre muy buena relación. En el partido hubo ciertas tendencias. Yo era el primer secretario de Sabadell. Había cinco agrupaciones, éramos una federación. Unas agrupaciones apoyaban a unos y otras a otros. Ahí hubo cierto conflicto. De todos modos, con Bustos siempre me había llevado bien. Participé mucho y a gusto en su campaña electoral. Para mí fue un buen alcalde.

Siempre digo que Farrés puso el asfalto, me refiero con ello a las infraestructuras básicas de la ciudad que eran necesarias. Bustos puso la flor: las bibliotecas, los centros de pensionistas, las guarderías… Rellenó lo que en los primeros 20 años no se pudo hacer. Ciertamente, tuvo sus defectos. No era tan severo como Farrés. De cara a la ciudad, los dos tienen sus aciertos y sus problemas. Si uno puso el cemento, es decir reconstruir la ciudad como se necesitaba; el otro le puso la capa encima que también era necesaria. Fueron dos buenos alcaldes, uno con un estilo y el otro con otro.

Eso independientemente de las acusaciones que después se han hecho. Pero si es lo que hasta ahora lo que salido…Estoy escandalizado que por dos multas…Muy mal hecho que un alcalde levante dos multas, pero que sean tres años de cárcel…Eso, cuando ves los desfalcos que se están haciendo, me parece desproporcionado.

Simón Saura, durant l'entrevista el 22 de desembre de 2023. Autor: David Jiménez

¿Qué opina de la gestión de Marta Farrés al frente de la alcaldía?
Quizás la respuesta no sea muy válida porque a mí me parece excelente. La he apoyado desde el primer momento. En el partido hubo dos tendencias, desde un principio apoyé a Marta y he seguido apoyándola. Creo, independientemente que sea una mujer y eso es importante, que está viviendo la ciudad. En el plano popular, yendo a los sitios, pero no el sentido populista que a veces se critica, sino haciendo ciudad. Y eso no solo mirando el resultado electoral, sino las propuestas que se están haciendo para que Sabadell sea una ciudad importantísima en Catalunya. Por tanto, valoro positivamente su gestión.

Entre los periodistas se dice que usted es el sabadellense que es miembro de más entidades cívicas y asociaciones culturales ¿Sáquenos de dudas y dígame a cuántas pertenece?
Soy miembro de 20 entidades de las que pago cuota. Tengo la siguiente satisfacción, de Joventuts Musicals, hace 70 años que soy socio; de la Acadèmia de Belles Arts soy también socio desde hace 70 años y luego de las asociaciones de vecinos. Cada vez que ha habido una entidad de tipo ciudadano, sobre todo de tipo cultural o social, pues he estado. Tengo la satisfacción que este año Sabadell Sardanista me declarase sardanista del año y me dieron una placa. Para mí, eso es una gran satisfacción.

Fotos: David Jiménez.

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