Abou Zed, activista sirio: “La revolución siria continuará y acabará triunfando”

Con 25 años y residiendo en Barcelona desde hace poco más de un año, Abou Zed pronunciará este sábado en el Casal Pere Quart una conferencia de mano del colectivo Corrent  Roig. Zed se involucró en las protestas contra la dictadura de Bachar Al Asad en Siria el 2011 e imbuido por la llamada primavera árabe. Pero después de ser detenido, torturado y viendo la cronificación de la guerra en su país, vive en Barcelona desde hace un año mientras hace un máster universitario.

En el marco de un acto en solidaridad con Siria, Abou Zed pronuncia esta tarde, a las 18 horas, una conferencia en el casal Pere Quart (Rambla, 69), junto al periodista palestino Abu Alabeed Guevara y la activista siria y miembro de Corrent Roig, Ruba.

72 horas antes, Abou Zed, bien peinado, la barba bien recortada, buen inglés e incipiente castellano, atiende a iSabadell. Él pertenece a los jóvenes árabes que con un ojo puesto en las redes sociales se levantaron ilusionados por un futuro mejor. Pese al fracaso de las revoluciones árabes, sólo dos años después, asegura que sin duda valió la pena y cree que al final “la revolución triunfará”.

Zed debe preservar su identidad y pide con cortesía que su rostro no aparezca en las imágenes o lo haga difuminado. Tiene miedo y mantiene que los servicios secretos del régimen sirio buscan cualquier atisbo de disidencia, incluso virtual, incluso en el extranjero. Éste es su testimonio.

Usted fue una de las personas que se sumó a las movilizaciones iniciales contra el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad. ¿Por qué lo hizo?
En marzo de 2011 veíamos las noticias del principio de lo que ocurría en la primavera árabe: Túnez, Egipto, Libia y también en algunos puntos de Siria. Los dos primeros meses prácticamente sólo participaba a través de las redes sociales como Facebook. Pero luego hablando con compañeros de universidad o amigos, obviamente vimos que lo que pasaba era real y nos incumbía. Tomamos la decisión de participar porque era necesario. Empezamos a ir a las protestas en Damasco y a implicarnos más.

Abou Zed¿Cuáles eran las principales peticiones que llevaban a cabo en estos primeros momentos?
Los primeros meses sólo pedíamos justicia, algunas reformas. Las necesitamos. Siria necesitaba reformas. Ni siquiera nos planteábamos hacer caer al régimen. Pero en Dara durante la primera semana mataron a 100 personas. Y la gente respondió de forma emocional. Allí empezó todo. Allí empezó la revolución. Cada día moría gente. Mis amigos y yo nos implicamos más porque la respuesta del gobierno fue brutal. Después la gente cambió el eslogan: de sólo pedir reformas pasamos a pedir que cayese el régimen. Sin matanzas no hubiera habido esas peticiones: justicia, libertad y caída del régimen.

¿Cómo cambia su vida cotidiana?
Cambió todo. Cuando empecé a participar, sabíamos que no podíamos ir a ninguna protesta porque era muy peligroso. Incluso hablar con conocidos era peligroso. Sabíamos que salir a protestar podía significar que no volviésemos a casa, ser arrestados o asesinados. Era el último semestre de mis estudios universitarios y estaba muy ocupado con los estudios pero solía ayudar a mis amigos a organizar algunas actividades de la oposición al régimen desde la universidad. Principalmente solíamos sentarnos con la gente a hablar y explicar lo que sucedía. La gente estaba confundida. Nuestro foco de atención era explicar que había realmente una revolución y deshacer las mentiras del régimen y la desinformación.

¿Ha sido detenido, golpeado, torturado o algunos de sus conocidos o amigos?
Cuando empezaron las protestas en las áreas urbanas de Damasco, fui golpeado y retenido varias veces por los servicios de seguridad. Me amedrentaron pero al final me dejaban ir a casa. Fui afortunado las primeras veces porque sólo me golpearon pero no me detuvieron. No era lo habitual. Habitualmente arrestaban a los protestantes.

En enero de 2012 fui arrestado. Esto es lo que pasó: por la mañana me llamó un amigo diciendo que uno de nuestros buenos amigos había sido asesinado en una protesta en Damasco. Normalmente íbamos al funeral y hacíamos saber a la gente que esta persona había sido asesinada por las fuerzas del régimen y no por terroristas, como ellos decían. Estos actos eran importantes para explicar lo que pasaba de verdad. Lo que el régimen solía hacer era asesinar a miembros de la revolución y decir que los habían matado terroristas. Cuando llegamos al funeral, antes de que empezara, lo que encontramos es que había más miembros de las fuerzas de seguridad que asistentes al funeral. Habían cerrado todo el área y la controlaban. Arrestaron a todo el mundo que estaba intentando acceder al funeral. Intenté escapar pero fui arrestado. Estuve arrestado 20 días. Fui torturado pero no demasiado. Volví a tener suerte. Amigos míos estuvieron 10 días más arrestados por hacer lo mismo. En realidad arrestaron a todo el mundo que estaba en la zona sin ningún motivo así que era totalmente arbitrario. Me considero afortunado porque estuve en una celda con 15 personas. Todos, incluido niños, sufrieron torturas: fueron electrocutados de forma brutal. A mí sólo cuatro o cinco veces me interrogaron y golpearon. Querían saber quién lideraba las protestas del comité local. Estaban preocupados por lo que salía en Facebook. Pero después de 20 días me dejaron salir.

¿Por qué salió de Siria y cómo llegó a España?
Después de ser arrestado y salir a la calle, necesitaba calmarme y bajar la actividad. Sufría por mi familia y quería estar con ellos. Quería mantener las protestas pero estaba asustado y no quería exponerme más. Ayudé a algunos amigos en las comunidades locales para tener algo de dinero, proveía de medicamentos para ayudar a gente que no tenía familia o casas en nuestro barrio, que es un área muy atacada por las fuerzas del régimen. Hay muchas barricadas. Intenté ayudar desde atrás a los comités locales. Y estaba trabajando.

Pero debía hacer el servicio militar y no quería servir a un ejército asesino. Menos aún después de ser detenido e identificado como opositor. Planeé estar aquí en Barcelona. Pedí y tramité el visado de estudiante y después, en septiembre de 2012, dejé mi país y vine aquí.

¿Qué hace aquí en su día a día?
Al principio aquí no tenía ningún contacto con sirios. Mi actividad se centraba sólo aquí y no mantenía ningún contacto. Pero hace unos meses fui a una protesta de la Asociación Siria en Barcelona, conocí y me involucré con Corrent Roig y empecé a estar más activo en este proceso, empezando esta campaña de información sobre lo que ocurre en Siria.

Abou ZedPero lo más importante para mí es no estar en público. Lo que pasa es que muchos seguidores de Al Asad siguen todo lo que se divulga o sucede en las redes sociales. Muchas personas son detenidas sólo por hacer comentarios en Facebook. Pero fuera de esto estoy estudiando un máster universitario.

Desde aquí, parece que la situación en Siria se ha enquistado desde hace mucho tiempo. ¿Cuál es la situación sobre el terreno que le hace llegar su familia?
Ahora en toda Siria pero en Damasco en particular, no hay lugar que no sea peligroso. Incluso en los lugares más seguros o donde vive el presidente, no hay seguridad. Todo es peligroso. Sufres por la familia y los amigos. Les llamo siempre que puedo. Todas las noticias son malas. Intento hablar por Skype para saber lo que pasa siempre que hay conexión. Mi barrio no es de los peores pero en general, cortan la electricidad.

Falta agua. No hay medicamentos. No se recogen las basuras. Hay problemas de salubridad. Infecciones. Es la nueva técnica que usa el régimen. No sólo atacar con aviones o tanques sino desproveer y aislar los barrios, especialmente ahora en invierno. La gente está sufriendo mucho, ahora especialmente pasan hambre. No pueden salir de las zonas, porque están separadas y no pueden salir ni para proveerse de pan. No hay educación. Hay una generación de niños ya perdida por muertes y también por no ir a la escuela. Un vecindario rechazó poner retratos de Bachar Al Asad en la escuela y el régimen cerró la escuela y sitiaron todo el vecindario. Han llegado a matar a gente por intentar salir de su barrio. Ahora Siria es el país más peligroso del mundo.

Se estima que medio millón de personas han perdido la vida en Siria desde el inicio de la revolución, que desencadenó una guerra abierta desde el año 2011. Además, hay entre dos y tres millones de refugiados. La Unión Europea acogerá el año 2014 a 30.000 refugiados. Una cifra poco significativa. Aún menos el estado español, que se comprometió a acoger a 30 asilados. Por otro lado, Reporteros sin fronteras considera que Siria es el peor país del mundo para informar. 40 periodistas han sido secuestrados, entre ellos, tres españoles. Varias ONG han abandonado también el país ante la falta de seguridad.

Usted es una persona que entró en la protesta a través de la esperanza de la primavera árabe ¿Qué significa para usted que ahora la guerra de Siria se libre entre una dictadura y unos insurgentes fundamentalistas? Resumiéndolo aún más: ¿la situación ahora no significa escoger entre el dictador Al Asad o Al Qaeda?
Los yihadistas vinieron de fuera y estoy seguro que no van a tener opciones para ser el recambio de Al Asad. Todos los sirios saben que ahora hay como dos revoluciones: una contra el régimen y otra contra los luchan en nombre del islamismo. No contra el islam porque el islam es la religión de la paz. En mi opinión y en la de muchos, los yihadistas son las manos del régimen. No digo que Al Asad les apoye sino que él puso las raíces para que los yihadistas llegaran. Éstos tienen el apoyo de países externos y están financiados por Arabia Saudí o Qatar. Compran armas del mercado negro. Esta gente no tiene opciones para tomar el poder. De hecho, en realidad están matando a la revolución. La revolución son los comités locales y no ellos.

Abou ZedDiversos cálculos de los servicios de inteligencia occidentales estiman que en Siria hay 30.000 extranjeros enrolados en las milicias islamistas. Más de un millar son de algún país europeo. Siria se ha convertido en vía de entrada de Al Qaeda en Oriente Próximo. La oposición moderada y prodemocrática ha quedado en un segundo plano desde el estancamiento de la situación. 

¿Considera que detrás de la guerra queda algo de la revolución inicial?
Por supuesto. Incluso ahora en algunos lugares algunas personas están protestando. La revolución todavía está activa dentro del pueblo sirio. Si ves eslóganes en las protestas, están en contra de los grupos islamistas y en contra del régimen sirio. Hay una revolución todavía viva aunque las dos partes están luchando por otras cosas.

¿Qué espera de las mesas de negociación internacional, con presencia de China, Estados Unidos, Rusia? ¿Cree que pueden comportar avances?
Toda negociación está dejando de lado la realidad del pueblo sirio y la voluntad de la gente. Por ejemplo, la gente no quiere soluciones que pasen por Al Asad y las negociaciones están siendo casi un sarcasmo. Por ejemplo, el tío de Bachr Al Asad, Rifaad Al Asad, ha entrado en las conversaciones como un miembro de la oposición. Él, que mató 40.000 personas en 1992, propone suceder a su sobrino. Ellos quieren cambiar este régimen por otro que sea absolutamente igual y en el fondo esté controlado por las potencias. En cambio, la gente de Siria quiere libertad. Necesita democracia. Cambios.

Se tiene la impresión que la primavera árabe ha acabado fracasando, tanto en Túnez como en Egipto o Siria. En su caso y visto el paso del tiempo, ¿valió la pena entrar en la revolución o visto cómo ha evolucionado la situación se arrepiente?
No, nunca me arrepentiré.

Toda mi vida hemos vivido con miedo. Y cuando sientes el sentimiento de libertad, de poder decir lo que quieres, lo que no te gusta o poder criticar al gobierno, es un sentimiento maravilloso. Cuando pruebas la libertad, no puedes volver atrás. En absoluto me siento mal por haberme implicado aunque me entristece ver cómo ha evolucionado el país y sé que la gente está sufriendo y más de medio millón de personas han muerto. Es verdad: Siria está destruida. Pero no por la gente. La ha destruido el régimen. Esta revolución continuará y sea cuando sea en el futuro al final la revolución triunfará.

¿Cómo se ve usted en ese futuro?
Imagino que Siria todavía necesita 10 o 15 años para que todo se ponga en su lugar. Pero al final de todo estaremos mejor que ahora. Todo será corregido. Será mejor. Con democracia, derechos sociales, respeto a las religiones… Lo que vaya a pasar, pasará si la gente en Siria continúa la revolución.

Fotos: David B.

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