Sabadell tiene un buen entramado de entidades sociales y solidarias: algunas de ellas se dedican a buscar recursos para la mejora de las condiciones de vida de los países del Sur. Las Organizacions No Gubernamentales (ONGs) ampliaron sus acciones y fondos mucho hasta 2008 pero con la crisis y los recortes de la administración se enfrentan a nuevos retos: asistimos a un diálogo de dos entidades solidarias de la ciudad sobre el futuro de la cooperación.
La Xarxa Educativa Sabadell Colòmbia y la Asociación Share son dos de las entidades de Sabadell que trabajan por la cooperación. Están dentro del Consell de Solidaritat municipal y cada una en su ámbito de actuación intentan mejorar las condiciones de vida de Colombia y de Guatemala.
Xarxa Educativa Sabadell Colombia
Agustín Lorca es el único voluntario de origen español de la Xarxa Educativa Sabadell Colombia. La entidad nació en 2007 para sensibilizar a la población escolar de Sabadell y de Cartagena de Indias luchando contra los prejuicios raciales o étnicos entre otros objetivos. Fue el resultado del tesón de Gladis Yemail, una profesora colombiana residente en España durante tres décadas, que al jubilarse decidió dedicar tiempo y esfuerzo a esa función.
Al poco tiempo de dar sus primeros pasos, centrados en la sensibilización y en la cooperación con proyectos como Planeta Imaginario, la entidad se encontró con la crisis económica. No habían volado el suficiente tiempo solos y dependían casi en exclusiva de la administración local. Así siguen.
“Somos ocho voluntarios en Sabadell y no pagamos ninguna cuota ni tenemos ayudas externas más allá de las subvenciones. Todo lo que tenemos lo invertimos en el proyecto. De hecho, trabajamos por obra, por proyecto. Presentamos un proyecto, si recibimos los fondos, lo hacemos”.
El problema, cuenta Lorca, es que para pedir las subvenciones, redactar los proyectos y todo el proceso burocrático deben contratar a técnicos. Si luego no se otorga, ese dinero se pierde. Así que, en tiempos de escasez, “llevamos toda la burocracia de forma voluntaria”.
Por otro lado, todavía no han cobrado parte de una subvención municipal relativa al año 2010. Del 2011 han cobrado una parte hace dos meses; les falta otra. “El ayuntamiento está dilatando los pagos, muy a su pesar”, asegura Lorca. Así que en esa disyuntiva desde la Xarxa Solidària Sabadell Colombia se aprovechan viejas recetas: cuando un voluntario viaja al país caribeño por motivos familiares o laborales, aprovechan el viaje para llevar a cabo parte de su función. Se han vuelto más pragmáticos y realistas. Han bajado el ritmo de la entidad “pero nunca paramos”, dice Lorca, ya que cree que si una entidad solidaria empieza a hibernar “es es su fin”.
Asociación Share
Celeste Flores, responsable de la Asociación Share (Compartir) reconoce que los retrasos en las subvenciones son importantes, pero asegura que están acostumbrados. Es el precio que hay que pagar a menudo por recibir subvenciones, en Sabadell y en todos lados. Prefiere poner en valor la apuesta del ayuntamiento por mantener la cooperación.
Pese a que el presupuesto destinado a tal fin ha bajado durante la crisis del 1 por ciento del total al 0,7 por ciento del presupuesto municipal, Celeste asegura que “hacen un doble esfuerzo”. “Hay algo importante que hay que decir: Sabadell es de los pocos municipios que mantiene un presupuesto para cooperación. Hay otros que casi lo han dejado de hacer. Aquí se ha reducido “pero es lógico” con la que está cayendo.
Share nació a finales de los años ochenta, con lo que tiene más experiencia que la Xarxa Solidaria. Pero llegaron a Sabadell en 2004. Su fuerte es la formación en finanzas, educación, salud, agricultura y otros aspectos con las comunidades indígenas de Guatamela y el desarrollo compartido. Se financiaban de varias vías: apadrinamientos, subvenciones, venta de productos y aportaciones económicas. Todas ellas han bajado. Las que dependen de la administración entre un 30 y un 40 por ciento. Pero el resto también. “Todo está afectado pero el problema que estamos viviendo, esta crisis, es tan grande que es comprensible”, señala Flores.
Celeste recuerda que el año 2008 fue el mejor en cuanto a captación. “Había mucha disposición de los particulares, por ejemplo para llevar el programa de apadrinamientos. Notamos un bajón a finales de 2009 pero el que hemos vivido en 2011 ha sido muy drástico”. Así que en Share han cogido también las tijeras: han tenido que cambiar de sede, han prescindido de personal específico recargando a otras personas y, sobre todo, han tenido que hacer muchas horas a cambio sólo de la satisfacción personal. “Lo cierto es que si hemos podido seguir las actividades fue gracias al trabajo voluntario”.
Pero reducir gastos no es suficiente. Flores asegura que las entidades solidarias deben replantearse varias cosas. “Debemos buscar otras alternativas, otras fuentes de ingresos, otros países. Por ejemplo, personas directamente en Guatemala ya empiezan a aportar y antes estaban de espaldas a los problemas. A veces nuestros países no son conscientes de las necesidades que hay, así que hemos empezado a buscar el apoyo allí.
¿Con la profunda crisis aquí, hay que ayudar al Tercer Mundo?
Llegados a este punto, la responsable de Share duda: “la cooperación es muy importante y sabemos que la pobreza aquí acaba derivando en más pobreza allí pero en las dimensiones que está cogiendo la crisis en nuestro entorno, habrá muchas personas que se preguntarán porque no apoyamos primero acá”. Ella es de origen guatemalteco pero ve comprensible las dudas. “Las entidades tenemos que replantearnos lo que hacemos y buscar alternativas aquí pero sobre todo en los países donde trabajamos”.
Por su parte, el representante de la Xarxa Solidària Sabadell Colombia, Agustín Lorca, asegura que “por mucha necesidad que haya aquí no se puede dejar de atender allí. Son montoncitos diferentes. Eso sí, quizás haya algunos países emergentes – cita a Brasil- que no deben tener tanta ayuda como antes porque se han desarrollado mucho. Y hay otros donde no hemos sabido enseñarles a pescar; solo les hemos dado el pescado”.
Autocrítica
Las entidades hacen autocrítica en este sentido. No ven normal que, en algunas ocasiones, después de años y años de proyectos, los resultados sean muy limitados. Aseguran que el Consell de Solidaritat municipal ya ha pactado entender la solidaridad de una forma diferente.
– Pregunta: ¿Se ha abusado del proyecto de emergencia y no se ha mirado más alla?
– Agustín Lorca (A.L): Seguramente sí.
– Celeste Flores (C.F): Hay mucha atención al momento. Creo que debemos hacer un trabajo constante con resultados integrados. No vale hacer un proyecto suelto en una población, porque hacerlo en una población que carece de salud, de educación… es acomtumbrarlos a que solo pongan la mano y esperen recibir siempre. Estoy convencida que las acciones no pueden ser de corto plazo. Hay que mirar a largo plazo y deben tener unos resultados medibles e impactantes para que sean capaces de buscar su propio desarrollo. Es el lugar al que deberíamos llegar.
– A.L: No se puede dar dinero siempre pero tampoco dejar de colaborar. La cooperación debe cambiar pero debe continuar para ser efectiva. Y desde aquí las líneas marcadas en el Plan Estratégico deben seguir gobierne quien gobierne en la ciudad.
– C.F: Los resultados se verán.
– Pregunta: ¿Hay entidades solidarias locales que han desaparecido?
– A.L: Las que más peligro tenemos somos nosotros, la Xarxa Sabadell Colombia, que vamos por proyecto y si no hay dinero no podemos funcionar pero las ganas y la ilusión te llevan adelante. Todo el que está en voluntariado sabe que lo más gratificante es hacer cosas por los demás, ayudar a la gente. Como se quiere continuar, vamos haciendo más despacito y que yo sepa ninguna entidad local ha cerrado. Bajarán el ritmo pero seguirán.
– C.F: Hay que buscar nuevas vías pero hay que seguir. Tenemos unos compromisos en nuestros países. Sabemos cuáles son las necesidades que tienen y por eso existimos. Así que tendremos que cambiar estrategias para cumplir esas expectativas.
– Pregunta: ¿Es posible que una entidad se financie por ella misma?
– C.F: Hay entidades que pueden estar autofinanciadas. Y nosotros creemos que la vía está en ese camino. A día de hoy nos autofinanciamos en un 50 por ciento. Hay mucho margen de mejora.
– A.L: En nuestro caso, haría falta mucho tiempo, estar muy consolidados en la ciudad porque hacen falta muchos recursos y llevamos poco tiempo. Pero reconocemos que a largo plazo sería lo ideal.
– C.F: Sí, el camino debe ser ése.
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