Todo empezó el año 2008. Hasta entonces, Roberto trabajaba en el control de acceso de grandes eventos. Cada vez que había un concierto en Barcelona le llamaban para que fuera a trabajar. Estuvo en el Sónar y en los conciertos de U2 y Shakira, entre muchos otros. 16 horas, 120 euros. Había meses que su sueldo ascendía a 1.200. Llevaba toda su vida trabajando por la seguridad de los demás, hasta que llegó la crisis.
Y con la crisis, dejaron de llamarle. Al principio hacía alguna suplencia. Ahora nada. Lleva cuatro años en paro y está desesperado. Por eso, ha salido a la calle. Él y cuatro personas sin trabajo en su misma situación.
Desde hace dos semanas se les ve por las inmediaciones del Hospital Taulí de Sabadell, pero se mueven por toda la ciudad. Hucha en mano, piden donativos a quien quiera dárselos. No mendigan. “Buscamos trabajo”, dicen. A todo el que pasa por su lado le dan un papel: “Si conoces a alguien que necesite a alguien para pintar, hacer una mudanza, cambiar un grifo o lo que sea, llama al 683 337 335… Gracias por tu ayuda”. Ninguno de ellos es pintor, pero pintan. “Trabajamos de lo que sea”.
La policía les ha llamado la atención. No pueden coger una hucha y pedir dinero por la calle, les advierten, pero su nivel de desesperación es demasiado alto. Roberto vive con sus padres y tiene una hija de seis años. Sus compañeros, que prefieren mantenerse en el anonimato, también tienen cargas familiares. Han ido al INEM, “pero es una pérdida de tiempo”, dice Roberto. No forman parte de ninguna asociación, pero cualquiera puede unirse a ellos. “Un chico se nos ofreció el otro día como carpintero. Le dijimos que si salía algo, se lo diríamos”.
A Roberto se le ha acabado el paro y las dos ayudas familiares. Hace dos días, sin embargo, le dijeron que recibiría una subvención de 400 euros. Sus compañeros no han tenido esa suerte. Siguen buscando una casa que reformar o una pared a la que poner un poco de color. “No buscamos reventar precios. Pintamos y cobramos bajo. Pedimos la voluntad”.
Un año difícil
Las últimas cifras de paro alertan que hay 19.620 personas sin trabajo en Sabadell. El año pasado, además, el paro ascendió un 11%. Las cifras de enero no se esperan mucho mejores. Gobiernos y economistas ya han avanzado que será un año difícil y la recuperación, lenta.
Roberto y sus cuatro compañeros son sólo un ejemplo de esta dificultad. Ellos se han unido para mejorar su situación. “Hay que buscarse la vida. O hacemos esto o atracamos un banco”, dicen. Las huchas y los papeles que llevan en la mano son, por ahora, su única arma contra la crisis.
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