La polémica entre la revista ‘Can Oriach’ y el diario ‘Sabadell’ sobre Marcet (1974)

La inauguración de la plaza Marcet (1974) motivó que la revista Can Oriach publicase dos artículos críticos sobre la figura del alcalde franquista. Esto provocó la virulenta reacción del diario del Movimiento y la réplica de la revista. Una agria discusión que, ahora cuando se debate la revisión del nomenclátor, no ha perdido actualidad.

El primero de los dos artículos dedicados a la figura de Marcet publicados en el n. 82 (abril-mayo 1974) de la revista Can Oriach, órgano del movimiento vecinal y de la oposición democrática, se titulaba Las memorias del Alcalde Marcet. Una semblanza del autor a través de su libro, firmado por Lorenzo Anselmo, sin duda un seudónimo. En él se describía críticamente la trayectoria del alcalde de Sabadell entre 1940 y 1960 en base a sus memorias, Mi ciudad y yo.

El artículo de 'Can Oriach' que desencadenó la polémica.
El artículo de ‘Can Oriach’ que desencadenó la polémica.

El autor sostiene que en ellas Marcet queda “perfectamente retratado”, al defender “machaconamente” los “principios de la derecha clásica”. Es decir, “un desprecio olímpico por las formas –y el fondo- democráticas. Una fe ciega en la economía capitalista regida por la oferta y la demanda y libre de intromisiones estatales”. A su juicio, “el alcalde actuaba como un padre, a veces severo, a veces tolerante, pero siempre omnipotente. Se inmiscuía en todas las actividades ciudadanas; desde el Centro de Deportes Sabadell, hasta el Gremio de Fabricantes, desde la Fundación Bosch i Cardellach a las parroquias católicas. El alcalde interviene también en las esferas policíacas y judiciales. Se entromete en funciones ajenas, salpica toda su actuación de pintorescas alcaldadas, como cuando va pistola en mano y acompañado de unos cuantos concejales y miembros del Frente de Juventudes, en busca de jugadores de naipes por los bares de Sabadell.”

Durante los 20 años al frente de la alcaldía, “la clase dirigente sabadellense deposita un voto de confianza en el Sr. Marcet” quien “sabe perdonar, admitir a una serie de viejos combatientes obreros exiliados o encarcelados a raíz de la guerra civil; muchos de ellos son casi recuperados y llegarán a hacer de elementos moderadores en conflictos laborales posteriores. La política de ‘mano dura’ hará el resto y Marcet podrá jactarse de que, incluso en 1956, en medio de una convulsión general en Cataluña y aún en toda España, no haya habido disturbios en Sabadell”.

El autor muestra lo que denomina “la otra cara del crecimiento” económico y demográfico de la ciudad durante su mandato: “son años de penuria cultural aterradora, de nulas posibilidades de asociación, de falta de transportes públicos, de falta de escuelas, de caos urbanístico. Son años en que Sabadell pierde sus escasas zonas verdes (bosque de Can Feu, Can Borguñó), en que hay poquísimas calles pavimentadas, en que el mercado de Sabadell es el más caro de España. Son los años en que se forman los suburbios de Can Oriach, Can Puigjaner (sic), Torre Romeu, Torrent del Capellà, Poble Nou de la Salud, etc. en condiciones increíbles, sin agua, sin corriente eléctrica. De toda esta larga lista de lacras son responsables la clase dirigente sabadellense, las autoridades y, por supuesto, Marcet”.

Marcet, un hombre inteligente, se percató de esta situación y reaccionó ante ella en tres frentes, pero lo hizo tarde como relevan las fechas. En 1952, cuando llevaba 12 años en el poder, impulsó el llamado Plan Marcet para combatir la falta de viviendas y la proliferación de cuevas y barracas. En 1957 promovió la solución al acuciante problema de falta de escuelas y en 1959 reaccionó ante la extremada carestía del Mercado de Sabadell que, según el propio Marcet, fue la causa de su caída al enfrentarse al monopolio de los intermediarios del Born y sus protectores políticos.

El autor repasa su trayectoria política de las Juventudes Mauristas, a la Unión Patriótica de Primo de Rivera, por la que fue concejal por Sabadell, a su ingreso en la Falange y a su alistamiento en el ejército franquista donde terminó la guerra con el grado de teniente. Además fue delegado comarcal de sindicatos y jefe local del Movimiento.

“Marcet entendía la política como una actividad propia de las clases superiores, -de unas castas o estirpes llega hablar en su libro- (…) El mismo gobierno de la ciudad es considerado por Marcet como un acción personalísima del padre-alcalde que recela de colaboradores e instituciones intermedias. No hay más que ver la pintoresca sección ‘Diálogos con el Alcalde’ que publicaba el periódico Sabadell”.  En este sentido. cita sus diferencias con la política oficial y sus desacuerdos con algunos jerarcas del régimen. Unas memorias –concluye- que no tienen desperdicio y que son “una divertida historia para veinte años trágicos de silencio, miseria cultural y barraquismo”.

El segundo artículo, Operación: mandos rojos para la CNS. Los primeros años del sindicato vertical en Sabadell, firmado por Paco García Birlaín, describe la operación realizada, en convivencia con el gobernador civil Antonio F. Correa Véglison, con el objetivo de captar cuadros sindicales “rojos” para el sindicato vertical. Así explica el caso de Ricard Fornells, dirigente sindicalista de la corriente trentista de la CNT, a favor del cual declaró Marcet -vestido de uniforme militar- en el consejo de guerra, consiguiendo que fuera absuelto y puesto en libertad. Fornells alcanzó “lugares preeminentes en el sindicato vertical”, mientras en la “cárcel Modelo sufrían condena un sinfín de personajes de tercera y cuarta fila”. Ahora bien, estas captaciones no fueron ni masivas, ni numerosas. Finalmente, el régimen impuso la afiliación obligatoria de los trabajadores al sindicato vertical.

La reacción del diario Sabadell

La respuesta del diario del Movimiento Sabadell, en cuya cabecera figuraban el yugo y las flechas, no se hizo esperar. Hemos de tener en cuenta que entonces los ánimos estaban muy caldeados por la polémica sobre la Gran Vía. Jaime Brossa Sobré firmaba, el 9  julio, el artículo Juguem tots o estripem les cartes donde vertía durísimas acusaciones contra la revista, tachándola de “inmundo” y “asqueroso libelo” que le extraña que pueda ser publicado y distribuido legalmente. Tras manifestar haberse quedado asqueado por su lectura, se sorprende porque las empresas y los comercios “gasten de su presupuesto para insertar el anuncio en semejante porquería”. Dos amenazas veladas para que las autoridades clausuren la revista y para que los comerciantes dejen de anunciarse. Brossa acusa a los articulistas de Can Oriach de “destilar odio” y “veneno capaz de contaminar todo lo sano que queda en la ciudad”. El autor dice no comprender de qué se quejan si se trata de una barriada “mimada” y aporta como prueba que Ca n’Oriach disponga de dos o tres pasos de cebra, mientras que en Gràcia, donde él reside, no hay ninguno.  Al final de la pieza, se destapa criticando la cobardía de atacar a una “persona que por haber, años ha, acabado con su misión terrenal no se pueda defender”.

Inauguració de la plaça. Foto: P.Farran.
Inauguración de la plaza. Foto: P.Farran.

El 10 de julio J. Catalá firmó en Sabadell el artículo, ¿Qué hay detrás de la Gran Vía? donde lanza insidiosas sospechas sobre la financiación de la revista.

Otro destacado periodista del régimen, Juan Maciá Mercadé, publicó el 13 de julio una carta al director. En ella manifiesta su indignación por haber leído en “una publicación cuya legalidad, cuya representatividad y cuya autenticidad pongo en cuarentena” un artículo sobre Marcet que le parece, en la “preferida expresión vernácula de Bartolomé Soler llama un ‘rot’ contra Marcet, el Sabadellense (Con mayúscula, por favor, linotipista)”.  Tras evocar, “las buenas gentes de todos los barrios de Sabadell que lloraron de verdad en su entierro”, los hombres de empresa, deportistas a quienes ayudó, las familias que salvaron a sus hijos gracias a la Clínica del Nen Jesús levantada a pulso con su esfuerzo y el de de su esposa Anita, pide sarcásticamente que “se borre la efigie y la inscripción en la lápida que recientemente le dedicamos y grabemos en su lugar: ‘Plaza de la ingratitud cívica’”. Concluye su requisitoria afeando “la osadía de unos jovencitos que conocen la vida de un hombre sólo por un libro y no por la vida auténtica, (que) si es consentida nos mancha a todos”.

En la misma página, debajo de esta carta al director, aparece una noticia titulada: En carta dirigida al Alcalde. La Junta Directiva de la Residencia Albada, opina: ‘José María Marcet y Coll demostró en todo momento un amor y una entrega fuera de duda a Sabadell’. Saliendo al paso de un artículo calificado de repudiable en una revista portavoz de una Asociación de Vecinos”.

El diario Sabadell, con motivo de la “vacaciones colectivas”, dejaba de publicarse del 14 julio al 3 de agosto. Cuando reaparece, el tema de Marcet no se ha olvidado. Con motivo de la “tradicional” celebración del golpe de Estado del general Franco del 18 de julio de 1936, el diario glosa el parlamento del alcalde José Burrull en uno de cuyos párrafos puede leerse:

“Se refirió en esta línea a un intento de minimizar y tergiversar la figura señera del Jefe Local y Alcalde Marcet, hombre que fue querido y admirado por todos los sabadellenses, sin distinción de ideología ni clase social, de ancho corazón y brazos siempre abiertos y afirmó rotundamente que no toleraría ninguna ofensa a su memoria, no por razones de bandería política, sino interpretando el más amplio consenso popular y ciudadano”.

El 8 de agosto, el diario del Movimiento, dedica un largo y denso artículo titulado A la memoria del alcalde Marcet, firmado por Jaime Busqué y Marcet, donde se repasa en términos elogiosos su trayectoria y que resulta una contestación, sin citarlo, al escrito de Can Oriach. De este modo, se reivindica la fundación de la Clínica del Nen Jesús, la creación de la Escuela Oficial de Comercio, el Instituto Sallarès y Pla, el Instituto Ferran Casablancas, la Escuela de Formación Social Sabadell-Terrassa, la Escuela de Secretariado Profesional o la Fundació Bosch i Cardellach. Asimismo se subraya su preocupación por los inmigrantes y se reivindica el Plan Marcet de vivienda. Se intenta rebatir las tesis de Can Oriach sobre la falta de escuelas y de planificación urbanista con el argumento de los magros de recursos económicos del Ayuntamiento: “con un presupuesto, en 1960, de 51 millones de pesetas y con 105 mil habitantes que representaba una cifra de 485 pesetas ‘per cápita’ no se podían hacer milagros”. No obstante, Marcet planificó, “hoy vemos la Ronda Poniente, la Rambla Iberia asfaltadas y perfectamente urbanizadas. Vemos como Can Oriach, de un suburbio, se ha transformado en un verdadero centro comercial”. También se elogia su trayectoria como empresario.

“Marcet nunca fue el señor Marcet , nunca fue don José María, nunca se le llamó señor Alcalde. Marcet fue Marcet y nada más. Este es el signo democrático que dentro de su ideología, a la que jamás renunció, demostró en su largo, no mandato, sino estancia en la silla presidencial de la primera magistratura de la ciudad. Sus ‘Diálogos con el Alcalde’ que a alguien le han parecido pintorescos, no son más que un reflejo espontáneo (…) de su deseo de llegar al corazón de sus conciudadanos”.

Acaso con la intención de desacreditar a la revista, Rafael Prats, párroco de Ca n’Oriac, entre 1947 y 1967, publicó en Sabadell el artículo Sobre las ‘pintorescas alcaldadas’ de Marcet, “un hombre dispuesto y eficaz para solucionar o mitigar los múltiples problemas y necesidades del barrio”. Así asegura que “Marcet no escatimó esfuerzos para que los transportes públicos, agua y electricidad llegasen a la barriada (…) Marcet realizó numerosas “PINTORESCAS ALCALDADAS” para cortar los abusos de quienes explotaban a los recién llegados”. Asimismo reivindica la Clínica del Nen Jesús, obra suya y de su esposa. “Esta carta, Sr. Director, -concluye- es motivada por el estupor que me ha causado unos infundios vertidos en la Revista que lleva el nombre del barrio, órgano informativo del mismo, y para cuya aparición y permisos legales tuve que estampar mi nombre (…) y que ahora se ha servido lamentablemente para menospreciar la memoria y el nombre del que fue gran Alcalde Marcet, siempre amante del barrio a pesar de todas sus estupendas y veces necesarias ‘PINTORESCAS ALCALDADAS’”.

La réplica de la revista Can Oriach

El Consejo de Redacción de Can Oriach remitió el 15 de julio de 1974 una carta al director del diario Sabadell, con la intención que fuese publicada después de las vacaciones. Se invocaba el derecho a réplica prescrito en los artículos 58, 59, 60 y 61 de la Ley de Prensa por los términos injuriosos de los artículos citados de Brossa y Mercadé. Después que Sabadell se negase publicar la citada carta, Can Oriach presentó una querella por difamación. El juez falló a favor del diario y la revista reprodujo íntegramente la sentencia, añadiendo este comentario: “con seguridad que si nosotros hubiésemos utilizado las mismas expresiones contra el periódico del Movimiento, el Señor Juez no hubiera sentenciado como ha hecho ahora”.

Plaça Marcet
El monumento a Marcet, suprimido el paso mes de mayo. Autor: David B.

En dicha carta, que fue publicada en el n.84 de la revista (agosto-septiembre 1974), salen al paso de las dudas sobre su legalidad haciendo constar que Can Oriach figura con el número 1031 del registro de empresas periodísticas. Antes de entrar en el fondo de la cuestión -las críticas a Marcet- manifiestan su sorpresa porque a Brossa le moleste que Ca n’Oriac tenga dos pasos cebra y el barrio de Gràcia ninguno, “también a nosotros nos duelen las condiciones deficitarias del barrio de Gracia. Nuestros deseos es que todos los barrios formulen sus reivindicaciones. Cualquier lector de la revista habrá visto que ésta es, precisamente, nuestra principal tarea.” Asimismo se percatan que Brossa y Mercadé “pretenden desencadenar una campaña ciudadana contra nosotros” y “quieren asustar a nuestros escasos anunciantes”.

Ambos y la Junta de la Residencia Albada se muestran escandalizados por la incorrección de criticar a una persona muerta y que no puede defenderse. El Consejo de Redacción argumenta que en su escrito no hay nada que pueda interpretar se como “un ataque personal” a Marcet y que éste hubiese fallecido hace doce años impide que pueda considerarse “una ofensa a su memoria reciente”. En realidad, “el Sr. Marcet es actualmente un personaje de la Historia y, como tal, discutible y polemizable”. Se justifica la publicación del escrito sobre Marcet por el hecho que el Ayuntamiento decidiese darle su nombre a una céntrica plaza. “Creíamos que era una buena ocasión para aprovechar la actualidad del tema y proyectar una reflexión sobre unos 20 interesantes años de nuestro pasado”. Por ello, el Consejo de Redacción apela a un debate riguroso sobre su figura, pero sin insultos y descalificaciones.

“No creemos que sea necesario cambiar el nombre de Plaza Marcet por Plaza de la Ingratitud Ciudadana, tal como propone el Sr. Maciá. El ciudadano sabadellense, realmente, no es ingrato. Lo que de veras ocurre es que el ciudadano sabadellense no sabe qué pensar del Alcalde Marcet. Muchos ni siquiera saben quién fue, cosa que se podría constatar incluso entre quienes asistieron a la inauguración de la plaza y monumento. Muchos de los que sí saben quién fue no tienen una opinión formada sobre su significado histórico. No se les dejó formar una opinión, Sr. Director. No olvidemos, sobre todo, que al Alcalde Marcet no le eligió la población sabadellense, nos lo dieron, lo tuvimos durante 20 años. Y esto, para muchos, ya es una desautorización”.

En el mismo número de la revista se publicó el artículo La noche de los cuchillos largos, firmado por Miguel Rubín de Celis, donde replica en tono irónico a Macià Mercadé y Brossa. Ahora bien, el fragmento más interesante es cuando se refiere a ex párroco de Ca n’Oriac que, a su juicio, se atribuye abusivamente la “paternidad de la revista”. Y se pregunta “¿dónde estaba el ex párroco de Can Oriach en los días de las vacas flacas? cuando la revista se moría y nadie le daba de comer, cuando pedía alojamiento y nadie le abría la puerta. En verdad le digo, que al ex párroco de Can Oriach Rafael Prats no le hemos visto por la redacción desde los tiempos más remotos del Génesis bíblico”. También contesta a las insinuaciones de J. Catalá sobre la financiación de Can Oriach.  “Quién va a pagar la revista. El petróleo del Rey Faisal de la Arabia Saudita, y los jeques de los emiratos Persas. No irá usted a pensar que es el Oro de Moscú. También el Mercado Común está interesado en la conservación del único órgano independiente de la prensa local”. El artículo finaliza reclamando que “algunos articulistas locales, dejen de ser la reserva espiritual de la ciudad, que entierren su pluma de guerra”.

No deja de llamar la atención que la inauguración de la plaza Marcet, en el antiguo edificio de la Casa de la Caridad, desencadenase tan agria polémica y que ahora ésta vuelva a reabrirse en otros términos cuando se discute de la conveniencia de retirar su nombre de la plaza, después que se hiciese lo propio con el monolito de homenaje en su memoria. Quizás los dirigentes locales del PSUC, que tomaron buena nota de esta polémica, mantuvieron en 1979 el nombre la plaza para evitar, en aras al consenso, que la discusión se retomase y crispase los ánimos de la clase dirigente de la ciudad.

Bibliografía

BROSSA SOBRÉ, Jaime. Juguem tots o estripem les cartes, Sabadell,  9 julio 1974.
BUSQUE y MARCET, Jaime. En memoria del alcalde Marcet. Sabadell, 8 agosto 1974.
CATALÁ, J. ¿Qué hay detrás de la Gran Vía? Sabadell, 10 julio 1974.
CONSEJO DE REDACCIÓN DE LA REVISTA CAN ORIACH. Carta-réplica de la revista Can Oriach al diario Sabadell., Can Oriach, n. 84, agosto-septiembre 1974.
GARCÍA BIRLAÍN, Paco. Operación: mandos rojos para la CNS. Los primeros años del sindicato vertical en Sabadell. Can Oriach, n. 82, mayo-abril 1974.
LORENZO ANSELMO. Las memorias del alcalde Marcet. Una semblanza del autor a través de su libro. Can Oriach, n. 82, mayo-abril, 1974.
MACIÁ MERCADÉ. Juan. Sabadell, Carta al director. Sabadell, 13 julio 1974.
PRATS, Rafael. Sobre las ‘pintorescas alcaldadas’ de Marcet. Sabadell, 14 agosto 1974.
RUBIN DE CELIS, Miguel. La noche de los cuchillos largos, Can Oriach, n. 84, agosto-septiembre 1974.

Foto portadsa: Marcet juntamente al alcalde Clapés de Terrassa.

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