Por si alguien tenía alguna duda el domingo se disiparon todas. Sabadell, desde todos sus ámbitos estuvo, está y estará con Manuel Bustos, a las buenas pero sobre todo a la malas.
A nadie se le escapa que ésta nunca tuvo que ser la despedida de la primera línea política –aunque sea por un tiempo- de la persona que junto a su equipo ha convertido a Sabadell en una ciudad de primera en todas sus facetas.
Los que pudimos asistir in situ a la asamblea del domingo que sirvió para hacer balance de los 14 años de gestión del alcalde Bustos, vivimos emocionados el mayor aplauso que jamás, al menos en mi caso, hayamos oído.
Fueron minutos en los que se mezclaron un sinfín de sensaciones: recuerdos, agradecimientos, sentimientos a flor de piel y esperanza.
La esperanza de que la justicia pueda acallar con toda su fuerza a todos aquellos que han aprovechado el momento y el contexto para arremeter contra una persona, contra un equipo que ha transformado la ciudad incluso en las peores circunstancias.
Una vez más –en esta ocasión sin papeles, que es cuando un político adquiere la mayor credibilidad desnudando su intimidad- Manuel Bustos defendió ante todo a su ciudad, a su equipo y a su partido.
Y una vez más esa imagen imborrable, mezclada con palabras llenas de emotividad y agradecimiento, resultaron un cóctel explosivo difícil de digerir para algunos que no respetan la democracia ni la presunción de inocencia.
Los que tuvimos el privilegio de poder asistir a ese encuentro, a ese acto de justicia, una vez más hemos sido insultados y vejados. Ahora que nadie nos lee… me importa un pimiento la opinión de los que no respetan la misma en el caso de los otros.
A mí me importan la justicia, las palabras acompañadas de hechos, la presunción de inocencia, el estado de derecho, la democracia y el reconocimiento.
Nadie puede saber lo que alguien que lo ha dado todo por su ciudad, su familia, sus compañeros, sus amigos, pueden estar pasando en estos momentos. Pero todos los que asistimos el domingo si sabemos lo que vivimos: un momento mágico por la trascendencia, por la emotividad, pero sobre todo por la fuerza que pudimos transmitirnos los unos a los otros. Que unidos, el socialismo jamás será vencido.
Me siento orgulloso de formar parte de esta familia. De la que la sabe disfrutar al máximo de los buenos momentos pero sobre todo de la que da la cara y se une aún más en los peores.
Tal y como él mismo ha indicado, Manuel Bustos debe centrarse ahora en restituir su honorabilidad, cuanto antes mejor, para demostrar ante la opinión pública que no todos somos iguales, que no todos actúan de la misma manera, que no todos son merecedores del aplauso. Desconozco quien tomará su relevo, quien continuará con la tarea iniciada el año 1999 pero sin duda, gozará de todo el apoyo de la familia socialista. Así lo pidió el mismo alcalde y así será sin duda.
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