Arrimadas se presenta como la garantía de la permanencia en España y la Unión Europea.
Rivera propugna un cambio político y una segunda transición “para arreglar España”.
Medio millar de personas abarrotaron la sala polivalente del norte, en la Ronda Navacerrada, en el míting de Ciutadans (C’s) en el que intervinieron Joan García, concejal del Ajuntament de Sabadell y número 11 de la lista del partido al Parlament, Inés Arrimadas, candidata a la presidencia de la Generalitat y Albert Rivera, presidente de la formación.
Joan García presentó el acto y explicó los cuatro motivos que le condujeron a militar en C’s: perseverancia, coherencia, ilusión y diálogo. Asimismo se felicitó porque Sabadell no se haya integrado en la Associació de Municipis per la Independència (AMI).
La candidata el 27S, Inés Arrimadas, reivindicó que C’s es un “proyecto de valores de la ciudadanía”, nacido para “dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos”. Arrimadas cargó contra Artur Mas, calificado de “presidente de la ciencia-ficción” e “instalado en el monotema independentista”. Del mismo modo, le atacó por “haberse librado de hacer campaña” y esconderse tras Raül Romeva “el breve”. Asimismo criticó a Mariano Rajoy por ser incapaz de “defender lo obvio”, por su ignorancia respecto a la amenaza que la secesión comporte la pérdida de la nacionalidad española y europea.
La cabeza de lista de C’s comparó el prestigio de Catalunya en el resto de España con la situación actual y defendió un “gobierno a la altura de los catalanes”. También, presentó a su formación como la garantía de la estabilidad de las pensiones y los ahorros, pero también del cambio, la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción. Arrimadas cargó contra el PSC por su gestión en el tripartito y por apoyar la adhesión a la AMI en muchos municipios, pero también contra Catalunya Sí Que Es Pot a cuyo líder, Lluís Rabell, calificó de independentista y que prefiere que Mas sea presidente a Ciutadans. Acabó su parlamento reivindicando la “centralidad” de su proyecto político, su limpieza frente a la corrupción y como la garantía de continuar siendo catalanes, españoles y europeos
Transición ciudadana
Albert Rivera estructuró su intervención en torno a dos ejes. En el primero realizó una valoración de la situación política, centrado en las críticas a sus adversarios políticos. Empezó el PP y Rajoy a quien afeó “no saber responder qué es España”, pero también a José Manuel García Margallo por aceptar el debate televisivo con Oriol Junqueras. Asimismo afirmó no esperar nada del PSOE. Continuó su diatriba contra la coalición de Podemos e ICV que calificó de “tómbola” pues su líder es incapaz de definirse y decir si votaría sí o no en un plebiscito sobre la independencia. Reservó la artillería pesada para Artur Mas a quien acusó de propugnar “una independencia a la carta” y de pasarse la campaña “comiendo palomitas viendo la tele”.
Rivera se mostró partidario de un “cambio político” en España para acabar con la corrupción, mejorar la sanidad pública, acabar con las amnistías fiscales y la situación de muchos trabajadores el 30 por ciento de los cuales no pueden llegar a fin de mes y que han perdido un 16 por ciento de capacidad adquisitiva. “Hay que arreglar España”, remató.
El segundo eje pivotó sobre las razones para votar a Arrimadas. La primera porque se trata de una persona preparada con dos carreras universitarias y que habla cuatro idiomas. El segundo porque es la “única mujer” que representa el “verdadero feminismo”. El tercero porque es una persona con las manos limpias y el último porque representa el cambio frente al “intercambio” que encarna Artur Mas.
Rivera abogó por una “otra Transición más ciudadana”, liderada por una presidenta que “no ofenda a la mitad de Catalunya”. Finalizó apelando al voto de los presentes para “dar la vuelta a la tortilla y cerrar con este periodo” dominado por el soberanismo. “Catalunya és la meva terra, Espanya el meu país i Europa el nostre futur”-concluyó.
