Acabada su comparecencia ante la comisión de investigación del Parlament de Catalunya sobre corrupción y fraude fiscal, Jordi Soriano se avino este lunes a hablar con iSabadell en la cafetería de la cámara catalana.
Jordi Soriano está imputado en siete piezas del caso Mercurio. Particularmente en la número uno o causa principal por el presunto delito de cohecho en las obras de ampliación del cementerio, la licencia de mejora de la finca de Ca n’Ustrell, las obras de Fira Sabadell y del centro cívico de Can Llong, así como en la recalificación de una finca en Palau-solità i Plegamans. También lo está en la pieza 2, junto con la exconcejal del PP en Castellar Sandra Roig, por diversos delitos contra el patrimonio. Del mismo modo está imputado en la pieza 6, relacionada con el vertido de tierras en Can Xupa, junto a los exediles socialistas Ricard Estrada y Joan Manau. La lista de imputaciones continúa con la pieza 7 por la infografía de Catavins de Fira Sabadell y en la 8 junto a Montserrat Costa por la contratación de la esposa del empresario José González Parra (imputado también por cohecho en la pieza principal), en la empresa Serveis de Medi Ambient SA. En la pieza separada 10 se le imputa por las gestiones para no pagar una multa de tráfico. Recientemente ha sido imputado, en la pieza 33, por estafa a la Seguridad Social.
En principio el primer juez instructor, Ramón González, decretó contra el medidas cautelares consistentes en ir a firmar al juzgado cada día 1 y 15 de cada mes pero que actualmente han sido levantadas.
Oscuras tramas
El exedil popular y uno de los principales encausados en el caso Mercurio se ratificó ante iSabadell en sus declaraciones ante la comisión parlamentaria respecto a su inocencia y a presentarse como una víctima de un montaje protagonizado por Nicolás Giner, cuyas denuncias provocaron el inicio de las investigaciones judiciales y policiales. En este sentido, argumentó que Manuel Bustos y él no están imputados juntos en ninguna pieza del sumario.
Soriano apuntó a una oscura conspiración impulsada por Juan Carlos Sánchez, que aspiraba a sustituir a Manuel Bustos en la alcaldía, Carme García, entonces portavoz del grupo municipal de ICV-EUiA, y el propio Giner, quien actuó como instrumento de la misma. Negó que él hubiese cobrado comisiones, aunque no que otros lo hicieran. En esta línea apuntó al entorno de Melquíades Garrido y sus socios. Aseguró que quienes querían acceder a los contratos de obra pública primero se entrevistaban con el tío del alcalde, posteriormente los detalles de algunas operaciones se concretaban en el conocido despacho de abogados del Eix Macià, uno de cuyos socios era un regidor del área económica del gobierno de coalición del primer ejecutivo Bustos.
Del mismo modo aseguró que, al fallecer dicho concejal, se dio por hecho que él se haría cargo de esas operaciones pero que se había negado. A modo de consolación se le ofreció actuar de “conseguidor” en los movimientos y vertidos de tierras. Preguntado sobre cuál era su interés en las numerosas intermediaciones con diversos empresarios para acceder a contratos públicos, si no cobraba comisiones, dijo que “como Quique Blasco” –director comercial de la empresa de ingeniería IDP y después presidente de la Companyia d’Aigües de Sabadell– quería dedicarse a la asesoría de administraciones locales y empresas. “Una vez me hubiese retirado de la política hubiera rentabilizado mis contactos a través de una empresa de asesoría”, reconoció Soriano.
Pactos y compensaciones
Respecto a sus pactos con el PSC, afirmó que contaron con “el apoyo al máximo nivel de la cúpula del PP catalán”. A cambio de garantizar la gobernabilidad de Sabadell, Bustos se comprometió a compensar al PP en el Área Metropolitana de Barcelona donde obtuvo tres puestos de asesores, entre ellos el de la hija del histórico dirigente popular Armando Querol. Además, el acuerdo incluía a los municipios de Cerdanyola y Palau-solità y “eso explica la recalificación de la finca en esta localidad”. Según Soriano, Bustos le ofreció que el PP entrase en el gobierno municipal de Sabadell, extremo que no consideró conveniente y que también estuvo a punto de ostentar la vicepresidencia de comercio de la FMC.
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