Nicolás Giner, a l'exterior del Parlament. Autor: David B.

Nicolás Giner: “Melquíades Garrido y Jordi Soriano actuaban con total impunidad como si la ciudad fuera suya”

  • Habla el presunto testaferro de Jordi Soriano. “Bustos le debía la alcaldía”, dice.

  • Su testimonio dio inicio a la investigación que acabó en el caso Mercurio.

Las denuncias de Giner a Carme Garcia, exconcejal y exportavoz de ICV, sobre la presunta trama de sobornos del entonces portavoz del grupo municipal del PP Jordi Soriano fueron el detonante de las investigaciones policiales y judiciales que condujeron al estallido del caso Mercurio.

Mientras se esperaba la comparecencia de Carme Garcia en la comisión parlamentaria de investigación sobre corrupción y fraude fiscal, Nicolás Giner, extrabajador municipal y pequeño empresario, se avino a hablar con iSabadell. La conversación transcurrió en el bar del Parlament de Catalunya.

Giner aseguró que había conocido a Soriano “por casualidad y de la manera más tonta” a través de Marisol Roig, entonces jefe de prensa del edil popular, e imputada en el caso Mercurio. Según su relato la primera oferta de Soriano fue que le buscase fincas para realizar vertidos de tierras procedentes de obras públicas. Según Giner, Marisol Roig y su hermana Sandra, también imputada en el caso, operaban como “conseguidoras de Soriano” y cobraban comisiones por ello.

A partir de ahí empezó a realizar trabajos de intermediario para Soriano en diversas operaciones, entre ellas acompañarlo en la recogida y reparto del dinero de los sobornos y las comisiones ilegales. Siempre según las declaraciones de Giner, uno de los epicentros de trama estaba situado en un conocido despacho de abogados ubicado en el Eix Macià, uno de cuyos socios fue un concejal de los primeros gobiernos de Manuel Bustos en la ciudad.

Preguntado cómo sobre se repartían las comisiones ilegales, Giner afirmó que estaba seguro que las percibían “Jordi Soriano, Manuel Bustos y Joan Manau” y que también sospechaba de Juan Carlos Sánchez aunque respecto a éste último tiene “grandes dudas”. Ahora bien, confesó que nunca había sido testigo presencial de estas entregas y que estas acusaciones se basan en las reiteradas afirmaciones de Soriano en este sentido. De hecho, excepto Soriano, ni Bustos ni Manau ni Sánchez están imputados en la pieza número uno, que trata de los sobornos y el cobro de comisiones ilegales.

Pugna entre Soriano y Garrido

Giner fue conocedor de los duros enfrentamientos entre el tío del alcalde y presidente del Gremi de Constructors y el edil popular. “Soriano era consciente que Bustos le debía a él la alcaldía” y ello le condujo a redoblar sus exigencias frente a Garrido que se llevaba la parte del león en las adjudicaciones de contratos y obra pública. Según Giner estas comisiones se cifraban en 120.000 euros de entrada y el tres por ciento del total de la obra liquidada.

Tanto Soriano como Garrido, así como los empresarios implicados en la trama, se comportaban “como si la ciudad fuera suya” y con un sentimiento de “total impunidad”.  Soriano “alardeaba constantemente” de sus excelentes relaciones con el alcalde Bustos y el equipo de gobierno.

El exedil y portavoz del PP organizaba una especie de subastas entre los empresarios que aspiran a contratos del ajuntament de Sabadell que acaban siendo adjudicados a quien más cotizase. Ello provocó serios enfrentamientos con algunos de ellos que veían cómo a pesar de haber pagado no conseguían los contratos. “Soriano les convencía diciéndoles que el próximo sería para ellos”, mantiene Giner.

Arrepentimiento y amenazas

Preguntado por los motivos que le condujeron a denunciar la trama, Giner confesó que empezó a “sentirse mal” a raíz de los testimonios de diversos empresarios perjudicados por la trama y por sentirse utilizado por la trama corrupta. En principio creyó, según mantiene, que las comisiones del tres por ciento que cobraba por los trabajos de intermediación eran legales, pero pronto se dio cuenta que no lo eran, pero siguió adelante.

Giner afirma que declaró ante los Mossos d’Esquadra y el juez instructor de “forma voluntaria”,  sin que nadie le instase a ello y “sin pedir nada a cambio”. Desde entonces, dice haber sufrido diversas amenazas a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas, así como la desaparición de correspondencia postal.

Foto portada: Nicolás Giner, en el exterior del Parlament. Autor: David B.

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