Afirmó que estos incidentes fueron los “más violentos que había vivido”.
Un grupo de 30 jóvenes independentistas se concentraron ante el juzgado.
Rosa Díez, líder de Unión Progreso y Democracia (UpyD) y ex dirigente del Partido Socialista de Euskadi (PSE), declaró el viernes por la mañana, en calidad de testigo, en el juzgado de lo penal número 1 de Sabadell por los incidentes ocurridos en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) el 5 de marzo de 2010, cuando un grupo de estudiantes de la izquierda independentista quisieron impedir que impartiera una conferencia.
Esta es la segunda vista oral del proceso por la que están imputados cinco estudiantes, que declararon el viernes pasado, por los presuntos delitos de desórdenes públicos, coacción y vulneración del derecho a la libertad de expresión y reunión. La Fiscalía pide cuatro meses de prisión o multa y la acusación particular, ejercida por UPyD, seis años de cárcel.
Escenas de tensión
Rosa Díez respondió a las preguntas de la fiscal, la acusación particular y el abogado defensor, realizando un relato de los hechos. Manifestó que no pudo acceder a la sala de actos de la Facultat de Ciencias Políticas, donde estaba prevista su intervención por la presencia de un “grupo organizado” que bloqueó el acceso a la misma durante unos 20 minutos durante los cuales se vivieron momentos de “tensión brutal”.
La diputada aseguró que había recibido “insultos gravísimos continuados“, empujones y amenazas:
Hija de puta”, “vosotros fascistas sois los terroristas” o “Rosa Díez pim, pam, pum” acompañado por el gesto de disparar un tiro con una pistola. “Recuerdo bien estos gritos e insultos como éstos en mi vida política en el País Vasco dirigidos a compañeros que luego fueron asesinados”. La diputada aseguró que, aunque había sufrido experiencias semejantes en otros recintos universitarios, éste fue “el más tenso y violento que había vivido”.
Díez afirmó que el entonces decano de la facultat de Ciencias Políticas, Salvador Cardús, le aconsejó suspender el acto pero que ella insistió en celebrarlo para defender su derecho a ejercer la libertad de expresión. Finalmente impartió la conferencia, a puerta cerrada, ante unas 50 personas en el aula 12 de la facultad de Ciencias Políticas.
La salida de la UAB, según la versión de la diputada, también resultó problemática, pues hubo de acceder hasta su automóvil custodiada por guardias de seguridad de la universidad que la protegieron con un paraguas de los objetos que le lanzaron. En el vehículo tuvo grandes dificultades para salir pues los manifestantes continuaron insultándola y zarandeando el coche hasta que pudieron salir, momentos en que “sintió miedo”.
Rosa Díez e Ibarretxe
La declaración de Díez estuvo precedida por la de Joaquim Molins, entonces profesor de la asignatura de Política Española de la facultad de Ciencias Políticas y ex decano de la UAB, que fue quien cursó la invitación a la política vasca. Molins manifestó “sentirse impresionado por la capacidad de coacción” de este grupo que 15 días antes había protagonizado incidentes semejantes contra el ex lehendakari Juan José Ibarretxe. En el curso de su declaración criticó a estos grupos que se “creen con el derecho de quién puede pude hablar y quién no”.
Concentración de la izquierda independentista
Ante los juzgados se concentró un grupo de unos 30 de jóvenes de la izquierda independentista separados por vallas metálicas y un despliegue de los Mossos d’Esquadra. Mientras Díez realizaba declaraciones a los medios de comunicación, profirieron gritos como “Absolució del jovent que lluita”, “Defensar la llengua no és cap delicte”, “Canya a Espanya” o “Visca Terra Lliure”. Diez afirmó que concentraciones como ésta no son “normales en una democracia”.
Teresa Tussell, portavoz del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) aseguró que los estudiantes de la UAB no quisieron impedir que Díez impartiese la conferencia sino realizar una “protesta pacífica” por la presencia de una persona de actitudes anticatalanas. Criticó el juicio como una “estrategia política para crear confrontación” y denunció la “represión sistemática” contra los estudiantes.
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